La monja colombiana secuestrada por Al Qaeda pide ayuda al Papa en un vídeo
La grabación de la religiosa Gloria Cecilia, cautiva en Malí desde hace un año, es una 'prueba de vida'
Gloria Cecilia Narváez Argoti, la monja colombiana secuestrada por un grupo yihadista en el norte de Malí hace casi un año, ha implorado al Papa que interceda "hasta lo imposible" para conseguir su liberación. En un vídeo difundido como prueba de vida pos sus captores -revelado por la agencia privada de prensa mauritana Al Akhbar y el centro de inteligencia estadounidense de vigilancia de los grupos yihadistas SITE- la religiosa se refiere a la Navidad y a la gira que Francisco iba a hacer por América Latina, lo que hace suponer que la grabación data del mes de diciembre.
La agencia Al Akhbar, bien conectada con los grupos yihadistas, recibió un vídeo de 4,44 minutos del Frente Al Nusra para el Islam y los Musulmanes (Nusrat Al Islam wal Muslimin), organización vinculada a Al Qaeda que agrupa ahora a los principales grupos yihadistas activos en el Sahel.
Al Akhbar, que no enseña el vídeo, dice que en las imágenes "la rehén colombiana suplica al Papa del Vaticano que intervenga para liberarla". "Haga hasta lo imposible por liberarme", le asegura en francés al Papa la monja, de 56 años, y le recuerda que el 7 de febrero próximo se cumplirá un año exacto desde que fue secuestrada en una iglesia de una zona rural del norte de Mali.
En la grabación, la religiosa colombiana se dirige al papa para pedir su intervención para su liberación, aprovechando además de felicitarlo por su gira por América Latina. También asegura que su cautiverio se prolonga en un momento en que los cristianos celebran la Navidad, lo que hace suponer que el vídeo fue registrado a finales de diciembre.
Al final del vídeo, los secuestradores acusan a "la fuerza que ocupa la región entorpecer las negociaciones para cerrar el caso de Gloria Narváez", y proponen "negociar por medio de organizaciones benéficas independientes ajenas a la fuerza colonialista".
El sur de Malí, donde fue secuestrada la religiosa colombiana, ha sido escenario de ataques yihadistas en las fronteras con Costa de Marfil y Burkina Faso, al igual que el norte y el centro del país.
Precisamente las autoridades colombianas declararon el pasado septiembre que trabajaban "con organismos de inteligencia, especialmente la misión internacional que hay allá, encabezada por Francia", según el director del Grupo Antisecuestro y Antiextorsión de la Policía colombiana (Gaula), general Fernando Murillo. Murillo precisó entonces que la monja tenía problemas de salud en una pierna y en los riñones.
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