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El Papa pide perdón a las víctimas de abusos por exigirles “pruebas” que demuestren sus casos

El Pontífice, sin embargo, insiste en que el obispo señalado de encubrimiento es inocente y que no le apartará hasta que haya "evidencias"

El papa Francisco, durante la rueda de prensa en el vuelo de regreso a Roma.Vídeo: LUCA ZENNARO (EFE) / REUTERS-QUALITY
Daniel Verdú

El vuelo de regreso del papa Francisco y la tradicional rueda de prensa con los periodistas a bordo fue un fiel reflejo de su viaje a Perú y Chile. La corrupción, pero sobre todo el caso Karadima, el escándalo de abusos a menores que terminó empañando la primera visita del Pontífice, ocupó la mitad de sus respuestas. Principalmente después de que el cardenal Sean O’Malley, designado por el propio Papa para liderar la comisión contra la pederastia que formó al comienzo de su Pontificado, le reprochase en un comunicado insólito el domingo que hubiese pedido “pruebas” a las víctimas de abusos chilenas para condenar a quien sería el principal encubridor del caso, el obispo de Osorno Juan Barros. 

El último día de la visita a Chile del Papa, durante su estancia en Iquique, un periodista se acercó y le volvió a sacar a bocajarro el tema de los abusos, que ya había tratado en dos discursos. Algo molesto, Francisco le respondió: “El día que presenten una prueba contra el obispo Barros hablaré. No hay ninguna. Todo es calumnia. ¿Queda claro?”. La contestación provocó una crítica unánime de las víctimas y la citada carta de O'Malley, que señalaba que sus palabras "abandonan a quienes han sufrido reprobables violaciones a su dignidad humana y relegan a los sobrevivientes al exilio desacreditado".

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En el vuelo, sin embargo, Francisco ha pedido perdón por haberse expresado de ese modo y corrigió la palabra “prueba” por “evidencia”. “La palabra prueba me traicionó. Sé que hay mucha gente abusada que no puede traer una prueba, no la tiene. O la tiene, y lo tapa por vergüenza. El drama de los abusados es tremendo. La palabra no era la mejor para acercarme a un corazón dolorido. Pido perdón, la palabra ha herido a tantos abusados. […] Sé lo que sufren y escuchar que el Papa te dice que le lleves una prueba, es una bofetada. Y ahora me doy cuenta que mi expresión no ha sido afortunada. Entiendo el incendio que se ha creado. Pero Barros se quedará ahí si yo no tengo evidencias, y hay muchas maneras de llegar a evidencias. ¿está claro?”.

El Papa, además, se ha referido a la carta de O’Malley, cuyas palabras ha asegurado que agradece, especialmente las que hablan todo lo que sí ha hecho a favor de la lucha contra una de las principales lacras que han impregnado a la Iglesia en las últimas décadas. Pero siguió defendiendo la idea que si las víctimas no presentan "evidencias" o no hay "certezas morales" contra Barros, sus palabras no son más que calumnias. “Si uno dice con insistencia una cosa sin evidencias, eso es calumnia. Yo no he oído ninguna víctima de Barros, no han venido, no han dado las evidencias para el juicio. Es algo que está en el aire, no se puede tomar así. […] Alguien que acusa sin evidencias con insistencia es calumnia”.

De hecho, Francisco ha recordado que el caso de Barros, a quienes las víctimas acusan de haber presenciado los abusos y de haber callado, se ha estudiado a fondo y no se han encontrado pruebas para condenarle. "El caso del obispo Barros lo hice estudiar, investigar, lo hice trabajar mucho. No hay evidencias de culpabilidad y al parecer no se van a encontrar". Además, ha asegurado que mientras espera una evidencia para cambiar de pensamiento aplicará el principio jurídico de "cualquier tribunal: ninguno es culpable hasta que no se pruebe lo contrario". Tres de las víctimas que señalan a Barros pidieron una renuión con el Papa para hablarle de esas supuestas "evidencias" pero, según ellos mismos explicaron, les fue denegada.

El Pontífice, además, ha defendido ante los periodistas su política de "tolerancia cero", empezada por Benedicto XVI, que durante el viaje ha quedado algo empañada por las críticas. "Y después yo, en cinco años de Pontificado, no he firmado ninguna de las 25 peticiones de gracia que me han llegado", señaló en referencia a casos en los que los tribunales hallaron culpables a determinados sacerdotes. Además, ante las críticas por la parálisis en la que se encuentra la comisión que dirige O'Malley, Bergoglio ha asegurado que renovará su compromiso pronto. "El martes salió la lista de la integración definitiva y ahora sigue el trámite normal de la curia. Hay que aclarar algunas observaciones, porque las personas nuevas se estudian. Pero O'Malley ha trabajado bien y como se debe. Los tiempos son los normales para un nombramiento así".

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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