Alemania registra un auge de delitos “políticos” cometidos por extranjeros
Los crímenes imputables a la extrema derecha destacan sobre el resto, según las cifras de Interior
La cifra de “delitos con una motivación política” cometidos en Alemania vuelve a marcar récords históricos, según las cifras de 2016 que ha presentado el ministro de Interior, Thomas de Maizière, quien las consideró “inaceptables”. Crecen los llamados crímenes políticos en general y destacan en cifras absolutas los crímenes de la extrema derecha. Pero sobre todo aumentan en números relativos los cometidos por extranjeros o en base a ideologías extranjeras: hasta un 66,5% más que en el año 2015, lo que supone un total de 3.372. Estos datos aportan una potente munición argumental para la extrema derecha alemana.
Dentro de cinco meses los alemanes deberán elegir nuevo Gobierno. A pesar de que el número total de delitos se mantiene estable respecto al año pasado gracias entre otros, al descenso de robos, el uso y el abuso de la seguridad como tema de campaña es uno de los asuntos que sobrevuelan los comicios de septiembre, en los que la canciller, Angela Merkel parte de nuevo como favorita, pese las críticas a su política migratoria. En Alemania no hay un partido xenófobo de las dimensiones del Frente Nacional francés ni se le espera.
La llegada de un millón de demandantes de asilo Alemania en los últimos dos años sí dio alas a Alternativa por Alemania (Afd), el joven partido antiinmigración que cimienta su identidad en el rechazo al extranjero y el anhelo de una seguridad plena. Afd, debilitado por las luchas internas, ha perdido apoyo en los últimos meses, a medida que la crisis de los refugiados se ha ido desvaneciendo de la agenda política. Pero las críticas y el malestar ha echado raíces entre un sector más amplio de la población, que trasciende a la extrema derecha y que desconfía de la capacidad del Gobierno y de la propia sociedad para integrar a los recién llegados. “La brutalidad en nuestra sociedad es preocupante”, estimó de Maiziere
En total, el año pasado se cometieron en Alemania 41.500 crímenes “con motivación política”, según la clasificación de Interior, lo que supone un 6,6% más que en 2015. La cifra es la más alta desde que empezaron este tipo de registros en 2001. Los delitos de extrema derecha sumaron en 2016 un total de 23.555 y vuelven a experimentar una subida, esta vez del 2,6%.
En el caso de criminalidad política extranjera”, es decir, por influencia de “ideologías importadas”, suman 3.372 y casi la mitad de ellos incluyen los perpetrados por islamistas radicales así como por militantes del PKK kurdo. En el caso de las motivaciones islamistas, el aumento alcanza el 13,7% e incluye el atropello indiscriminado de visitantes del mercado de navidad en Berlín, en el que murieron 12 personas y que fue perpetrado por un tunecino al que le habían denegado el asilo.
Campos de refugiados
El aumento de delitos coincide con un aumento de la población extranjera en Alemania, debido al pico de llegadas de demandantes de asilo al país. Entre 2015 y 2016 llegaron cerca de un millón de demandantes de asilo desde Siria, Afganistán o Irak entre otros países. El ministro De Maizière explicó que algunos de los extranjeros son reincidentes y que en ese sentido, las estadísticas podían parecer más abultadas de lo que en realidad son. Indicó que la mayor parte de las víctimas son también extranjeros y vinculó también algunos delitos con las condiciones de precariedad en las que viven muchos refugiados y demandantes de asilo en Alemania, amontonados en campos de refugiados provisionales.
La política de puertas abiertas de la canciller Merkel, ha mermado su popularidad y trasladó durante meses el debate migratorio a la primera línea del debate político. En la calle, la discusión política se traducido en un avance de la xenofobia, como también muestran los datos presentados por el ministro de Interior. Los crímenes racistas crecieron un 5,3% hasta alcanzar los 10.751 casos. El ataque a centros y apartamentos donde viven refugiados es continuo, sobre todo en el este de Alemania. La oficina federal de Investigación criminal de Alemania contó el año pasado 994 ataques contra albergues, una cifra parecida a la del año anterior.
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