La canciller alemana exige ante Putin la integridad territorial de Ucrania
Merkel afirma ante el presidente ruso que no se observa el alto el fuego estipulado en los acuerdos de Minsk
La canciller de Alemania, Angela Merkel, y el presidente de Rusia, Vladímir Putin, evidenciaron su discrepancia sobre la situación en Ucrania y también sobre la historia, incluido el pacto germano-soviético de 1939, este domingo en Moscú pese a los intentos de ambos de mantener la armonía sobre el telón de fondo de las celebraciones del 70º aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi. Merkel, que se negó a acudir al desfile militar el 9 de mayo, conversó dos horas con Putin en el Kremlin. Antes, acudieron juntos a la tumba del soldado desconocido para realizar una ofrenda floral. Los dirigentes conversan con frecuencia teléfono, pero esta era su primera cita en persona tras la maratoniana sesión de trabajo en Minsk en la noche del 11 al 12 de febrero, junto con los presidentes de Francia y Ucrania, para frenar el deterioro en el este de Ucrania (las autodenominadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk) controlada por separatistas prorrusos respaldados por Moscú.
El alto el fuego es una clave de las medidas aprobadas entonces en Minsk. Sin embargo, “hoy no tenemos aún un alto el fuego y cada día recibimos informes de la OSCE que de forma bastante objetiva explican por qué el alto el fuego no se observa”, afirmó Merkel. “No podemos decir que una parte lo cumple al 100% y la otra no lo cumple en absoluto, pero tenemos información de parte de los separatistas de que hay muchas violaciones del alto el fuego”, continuó la canciller en una rueda de prensa conjunta. Las acciones militares en la localidad de Shirokino y en el aeropuerto de Donetsk y el “peligro de que las acciones bélicas puedan reanudarse en otras regiones”, fueron temas abordados con Putin, según la canciller. Las medidas de Minsk son la base para la búsqueda de una solución pacífica, y aunque “por el momento no podemos decir con exactitud que esto tenga éxito, no tenemos nada mas”, agregó. Merkel dijo que “es necesario aspirar a la integridad territorial de Ucrania” y consideró positivo que se hayan formado el pasado 6 de mayo cuatro grupos de trabajo para desarrollar el proceso de Minsk (humanitario, económico, social y para celebrar elecciones locales).
A la pregunta de si estaba de acuerdo con la valoración del ministro de cultura de Rusia, que calificó el pacto germano-soviético de 1939 como un “éxito de la diplomacia soviética”, Putin manifestó que la “URSS había emprendido muchos intentos de crear un bloque antifascista en Europa y que ninguno de ellos había tenido éxito. “Cuando se firmó en Munich el acuerdo que dio varias regiones de Checoslovaquia (...) y la URSS vio que la dejaban sola con la Alemania hitleriana”, entonces “dio pasos dirigidos a impedir un choque directo y se firmó el pacto Mólotov-Ribentrop, y comparto la opinión del ministro de cultura en el sentido de garantizar la seguridad de la URSS”. Afirmó también que “·la misma Polonia” emprendió acciones para anexionar parte del territorio de Checoslovaquia”, para convertirse después ella en “víctima de la política que intentaba realizar en Europa”.
“No hay que olvidar nada, dijo. “Desde mi perspectiva el pacto Mólotov-Ribentrop no puede entenderse si no se tienen en cuenta los protocolos secretos”, terció Merkel, refiriéndose a los documentos que sellaban el reparto de Europa central entre Alemania y la URSS. Los soldados soviéticos liberaron a Alemania del nazismo, pero “el fin de la Segunda Guerra mundial no llevó libertad y democracia a Europa”, afirmó la canciller. “La división de Alemania y Europa se superó 45 años después, gracias al deseo de cambio de países vecinos como Polonia y Hungría y también de los cambios pacíficos en la URSS”. “Aspirábamos a más colaboración”, dijo, y añadió: “La anexión ilegal de Crimea daña esta colaboración porque vemos una amenaza para el orden internacional europeo”, afirmó.
Discrepancias sobre el pacto de 1939
Pese a mantener las formas, la canciller alemana y el presidente ruso dejaron en evidencia sus discrepancias en torno al pacto germano-soviético de 1939, que selló el reparto de Europa central entre la Alemania nazi y la URSS, un éxito de la diplomacia soviética, según Moscú. Los soldados soviéticos liberaron a Alemania del nazismo, admitió Angela Merkel, pero "la división de Alemania y Europa no se superó hasta 45 años después, gracias al deseo de cambio de países como Polonia y Hungría y por los cambios pacíficos en la URSS". Y apostilló: "La anexión ilegal de Crimea daña esta colaboración porque vemos una amenaza para el orden internacional europeo"
Resolver los problemas no parece un objetivo realista hoy por hoy, pero sí congelarlos en ara de los negocios ruso-alemanes. “Cuanto más pronto estos problemas dejen de ejercer su influencia negativa en las relaciones, tanto mejor”, dijo Putin, que calificó a los emprendedores alemanes como “gente pragmática” deseosos de “eliminar los obstáculos artificiales”. Según Putin, hay 6000 empresas alemanas en Rusia y más de 100 compañías de aquel país se beneficiaron de pedidos por valor de 1500 millones de euros en las olimpiadas de Sochi”. El resultado del “enfriamiento de las relaciones bilaterales” es una contracción del comercio bilateral de un 6,5% en 2014 y de un 35% en los primeros dos meses de 2015, señaló.
El líder ruso lamentó la falta de “criterios comunes” para valorar acontecimientos internacionales. Como ejemplo comparó el “golpe de Estado” de Ucrania y en Yemen. En el primer país, “al expresidente (Víctor) Yanukóvich le propinaron insultos” y en el segundo “otros países quieren devolver al poder al presidente local”. De esta comparación concluyó que hay que “afirmar las normas del derecho internacional” y no “la ley del fuerte o del puño”.
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