Maduro rechaza la mediación de la OEA en la crisis política de Venezuela
Castro y Morales asisten a los actos de conmemoración de la muerte de Chávez El presidente anuncia que su Gobierno rompe relaciones diplomáticas con Panamá
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, descartó este miércoles cualquier mediación de la Organización de Estados Americanos (OEA) en la crisis política provocada por la oleada de protestas callejeras que ya entra en su cuarta semana. “Que la OEA se quede donde está”, advirtió al organismo regional, que el jueves celebrará una reunión informativa sobre Venezuela de su Consejo Permanente.
Maduro hizo la declaración durante un desfile militar en Caracas para homenajear a Hugo Chávez, al cumplirse el primer aniversario de su muerte. El mandatario venezolano también adelantó que estudiaba adoptar represalias contra “un gobierno lacayo” de la región. Horas después confirmó que rompía relaciones diplomáticas con Panamá, cuyo Gobierno solicitó a través de su representación diplomática en la OEA la celebración de una reunión para examinar la crisis desatada en Venezuela por las protestas estudiantiles y su represión. “Después que no se vengan a quejar y a hacerse las víctimas, porque por vías diplomáticas les hemos hecho saber la opinión del gobierno revolucionario de Venezuela”, dijo.
La exhibición de celo nacionalista por parte de Maduro tuvo lugar ante invitados internacionales como los presidentes de Cuba, Bolivia y Nicaragua, aliados cercanos de la revolución bolivariana. “Somos un pueblo pacifista pero también somos un pueblo arrecho (bravo, en el castellano de Venezuela) para defender nuestros derechos”, bramó. El tono del discurso del sucesor de Hugo Chávez poco tuvo que ver con sus invitaciones conciliadoras de los últimos días para dialogar con la oposición. Las protestas habían amenazado con estropear los eventos preparados para la conmemoración del aniversario.
Grupos de la oposición –desoyendo la determinación oficial de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) de no hacer actividades durante la jornada “para respetar los sentimientos de una parte del país”- anunciaron que bloquearían calles y avenidas de la capital venezolana para impedir o entorpecer los desplazamientos de los mandatarios, en particular, de Raúl Castro, a quien señalan como mentor del régimen bolivariano.
Muchas vías de Caracas, sobre todo de sus zonas de clase media, amanecieron cerradas con barricadas rudimentarias. Aunque finalmente los pocos invitados internacionales –que incluían al vicepresidente argentino, Amado Boudou, y el representante especial del gobierno brasileño, Marco Aurelio García- llegaron sin inconvenientes al desfile, Maduro denunció los intentos de sabotaje por parte de “remanentes de esos grupetes fascistas” en cuatro ciudades, incluyendo “la Gran Caracas”. Dijo que la conspiración había sido derrotada y se congratuló por la detención de “varios jefes de las guarimbas violentas (…) Presos, bien presos están”.
Por la tarde había varios bloqueos y focos de disturbios en distintas zonas de Caracas, así como de otras ciudades del interior como Valencia, Maracaibo y Barquisimeto. Maduro apeló a las Unidades de Batalla Bolívar-Chávez (UBCh) y otros grupos de base del oficialismo para colaborar con las labores de restablecimiento del orden. “Candelita que se prende, candelita que se apaga”, instruyó.
Las arremetidas verbales del presidente venezolano ocurrieron antes de dar inicio al desfile militar en el Paseo de Los Próceres, en el suroeste de la capital venezolana. En la parada destacó el despliegue del armamento de última generación adquirido por Venezuela a Rusia, que incluye misiles tierra-aire, cazas Sukhoi y versiones actualizadas de blindados T72. También desfilaron beneficiarios de las misiones de asistencia social gubernamentales y efectivos de la Milicia Bolivariana. La marcialidad del acto quedó intercalada con intervenciones de cantantes de pop y música folklórica.
Más tarde, a las 16.25 de la tarde –hora exacta en la que expiró Chávez, según la versión oficial-, los fastos conmemorativos siguieron en el llamado Cuartel de la Montaña, antiguo Museo Histórico-Militar, convertido desde el año pasado en mausoleo del comandante. Las tradicionales salvas de artillería precedieron a la intervención del presidente boliviano, Evo Morales, orador de orden y amigo del mandatario desaparecido. Para el evento habían llegado además el presidente nicaragüense, Daniel Ortega (a quien no se veía en público desde hace varios días), y la primera ministra de Jamaica, Portia Simpson-Miller, quienes también hablaron ante el sarcófago que guarda los restos del ex teniente coronel.
La programación del día se completará en la noche, con el estreno del documental Mi amigo Hugo. Se trata de una producción del canal TeleSUR, financiado por Venezuela, que dirigió el realizador estadounidense Oliver Stone, reconocido simpatizante del proceso bolivariano.
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