El Congreso mexicano aprueba la reforma fiscal de Peña Nieto
El Senado avala el texto en lo general que grava más a las empresas, a quienes más ganan y la comida basura y los refrescos
La reforma fiscal presentada por el presidente mexicano Enrique Peña Nieto ha pasado por las manos de diputados y senadores con mucho ruido pero pocos cambios. El Senado aprobó la medianoche del martes en lo general la reforma del presidente, que pretende aumentar la recaudación en unos 230.000 millones de pesos (17.830 millones de dólares) para 2014 con nuevos impuestos.
Los votos favorables del PRI, del Partido Verde Ecologista de México, Nueva Alianza y de parte de los senadores del Partido de la Revolución Democrática (PRD, izquierda) avalaron el texto en la Cámara Alta por 73 votos a favor y 50 en contra (en total hay 128 senadores). Ahora la reforma volverá a la Cámara de Diputados para refrendar los cambios antes del jueves, fecha límite para su aprobación.
A pesar de la votación general, el Senado siguió debatiendo durante madrugada algunos de los puntos de la reforma de Peña Nieto que más controversia han creado. Con un porcentaje de votos a favor similar (68 frente a 55) se aprobó el aumento del IVA en las zonas fronterizas, que pasará de un 11 al 16% para unificarse con el resto del país. Al aumento del impuesto en la franja con Estados Unidos se opusieron el Partido Acción Nacional (PAN, derecha), que votó en contra de la toda reforma, y algunos senadores del PRD.
Al filo de las tres de la madrugada, tras una sesión maratoniana que había comenzado 13 horas antes, el PAN decidió abandonar el debate al considerar que la sesión era una "farsa" cuyos resultados se habían cocinado previamente. Se prevé que la sesión vuelva a reaunudarse al mediodía de este miércoles, ya que aún hay varios puntos pendientes de aprobación. Entre ellos está el impuesto a los refrescos o a la comida basura, una medida que el Gobierno defiende como una forma de luchar contra la obesidad y que ha levantado resquemor entre el sector empresarial.
Aún así, la amplia ventaja de los apoyos sobre los votos en contra hacen previsible que el texto que se aprobó hace diez días en la Cámara de Diputados no sufrirá mayores alteraciones. De las pocas modificaciones que lograron los opositores en el Senado está un capítulo de medidas de transparencia y fiscalización y racionalización del gasto, una exigencia demandada por el perredista Armando Ríos Píter, que ha sido uno de los senadores de la izquierda que ha votado a favor.
El camino de la reforma hacendaria hasta aquí no ha sido fácil. El partido del Gobierno -el PRI- no tiene mayoría suficiente en ninguna de las dos cámaras del Congreso. El texto había solventado su primer escollo hace diez días al salir aprobada de la Cámara de Diputados gracias a una alianza con el PRD, que negoció a cambio mayores ingresos para el Distrito Federal, gobernado por la izquierda. El paso por el Senado, sin embargo, está siendo mucho más tortuoso. Los legisladores perredistas decidieron jugar sus cartas para sacar mayor rédito a su apoyo (aunque al final cedieron los votos necesarios para sacar adelante la reforma).
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