La investigación estadounidense, en punto muerto tras el cierre
Los principales departamentos científicos, académicos y sanitarios detienen sus proyectos en un país pionero en innovación
El cierre de la Administración en Estados Unidos está teniendo un "efecto devastador" en el sector de la investigación científica, académica y médica; dejando tras de sí en punto muerto la inspección sanitaria; a los enfermos de cáncer pendientes de sus ensayos clínicos y sin control exhaustivo de sus enfermedades; a los estudios de conservación, y el envío de una sonda espacial a Marte de la NASA está en riesgo de detenerse varios años, entre otros. Los investigadores de la nación, cerca del 70%, han sido enviados a su casa sin sueldo y sin saber cuando retomarán sus estudios. Aquellas investigaciones -además, de las considerados esenciales- que están sobreviviendo son las que cuentan con financiación privada o con dinero tras el año fiscal recién acabado. La falta de acuerdo entre demócratas y republicanos se produjo por la falta de acuerdo en relación al presupuesto anual.
En las instalaciones de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, en sus siglas en inglés), asentado en Bethesda, Maryland, la imagen es desoladora. El complejo de laboratorios amanecía este pasado jueves vacío. El 73% de sus trabajadores, lo que significa más de 18.600 investigadores, han sido enviados a sus casas tras ser decretado el cierre. Pero el problema puede ir más allá. Existen dos tipos de laboratorio en el NIH: por un lado, están los que trabajan directamente dentro del complejo que ya están afectados y luego están los que reciben fondos del NIH y que se verán realmente perjudicados si la suspensión se prolonga.
"Este último caso es el de mi laboratorio. El proyecto que tenemos está financiado por el NIH y cubre gran parte de los salarios del grupo de investigación. Es un estudio de aproximadamente dos millones de dólares y de cinco años de duración, cada año es necesario enviar un informe de resultados para pasar una evaluación antes de conceder la partida del año siguiente", explica Emma Pérez-Costas, neurocientífica y profesora adjunta en la Escuela de Medicina de la Universidad de Alabama.
"El año presupuestario para muchos proyectos -incluyendo el suyo- termina el 30 de noviembre y por lo tanto para el 1 de diciembre tendríamos que tener transferido ya ese dinero. El día 15 de octubre es la fecha límite para hacer esta gestión. Normalmente, este proceso requiere un mínimo de un mes. Debido al cierre no podemos enviar los informes y si la acción se retrasa 20 días o más empezará a haber problemas, porque miles de proyectos van a estar en la misma situación y eso hará que las universidades tengan que adelantar el dinero que normalmente traemos los investigadores", continúa Pérez-Costas.
"Aunque esto fuese solo por un mes, sería una catástrofe, porque dudo mucho que los centros educativos tengan la capacidad para cubrir semejante vacío presupuestario teniendo en cuenta que llevamos años de recortes estatales", concluye esta investigadora.
Con intención de restablecer los fondos del NIH, la Cámara de Representantes aprobó una ley, con 254 votos a favor y 171 en contra, el pasado miércoles que proponía reponer la financiación hasta el próximo 15 de diciembre. Una normativa que no pasó el Senado. La cámara Alta alegó que "los republicanos del Congreso no podían elegir qué departamentos federales pueden abrirse y cuáles no", según explicó Harry Reid, senador demócrata y líder la mayoría. "Los republicanos deben presentar una regulación que permita la apertura total del Gobierno y, por consiguiente, de todos sus departamentos", añadió.
Otras de las instituciones afectadas es la NASA. Según datos de esta Agencia, en este momento, cerca de 600 personas están en su puesto de trabajo, entre ellos, aquellos que permiten el funcionamiento de la Estación Espacial Internacional. Unos 17.000 han sido enviados a sus hogares. A través de su página Web, la NASA informa que no puede transmitir ningún tipo de imagen. De alargarse la situación de suspensión, los expertos barajan "traer de vuelta a la Tierra a los astronautas que habitan en la estación espacial", según un comunicado de la propia Agencia.
Identificar por qué un pájaro colisiona contra un avión, recibir un hueso de dinosaurio para una exposición o descubrir una nueva especie de flor, entre otras, son investigaciones que todavía este sábado también se mantienen en punto muerto debido al cierre. Todos estos estudios se hacen en el complejo de museos del Smithsonian en la capital de EE UU, una situación que lleva afectando días a los turistas ya que son públicos y, por lo tanto, todos están cerrados, pero que también perjudica a los estudios que se llevan a cabo entre sus paredes. Alrededor del 90% de los 6.400 trabajadores del Smithsonian están en su casa desde el comienzo del conflicto.
Una amplia gama de investigaciones académicas que se hacen en el país también se están interrumpiendo. La clausura de edificios de Gobierno en el que se desarrollan este tipo de estudios como son la biblioteca del Capitolio y todas las presidenciales, más la imposibilidad de acceder a todos los recursos electrónicos de los que muchos investigadores dependen -como las páginas Web de la Oficina del Censo, del Departamento de Educación o la Natural Science Foundation, entre otras- están impidiendo que estos finalicen sus estudios. "He venido a Washington desde Arkansas para terminar mi trabajo de fin de carrera. Y estoy parada y no puedo hacer nada. Estoy frustrada", asegura Mary Allen, estudiante de derecho a las puertas de la biblioteca del Capitolio.
Además, el Área de Derechos Civiles del Departamento de Educación ha dejado todas sus investigaciones sobre los casos de abuso y violencia en las escuelas; varias clases se han cancelado en la Academia Naval de Anápolis; se ha detenido toda la investigación en todas las universidades públicas del país, y los centros de información sobre los beneficios y posibilidades educativas para los veteranos están funcionando bajo mínimos.
La investigación es un bien necesario para la población, un bien que el cierre está dejando cojo y que afecta a todos los sectores de la sociedad, en un país que, además, es pionero en innovación.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.