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Argentina regatea a los acreedores

Los tenedores de bonos que rechazaron la reestructuración de la deuda en 2003 han logrado 29 embargos contra bienes del Estado sudamericano

Alejandro Rebossio

La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, tuvo que dejar el avión presidencial argentino, el Tango 01, en Marruecos y después alquilar un jet privado para llegar a Roma a entrevistarse con el papa Francisco. La jefa de Estado mantiene buenas relaciones con el rey marroquí, Mohamed VI, y obtuvo de él garantías de que la aeronave no sería embargada mientras ella estaba en el Vaticano. El Gobierno argentino siempre está atento a posibles embargos en Europa, EE UU, Asia o países de África donde los llamados fondos buitres (fondos de inversión) puedan echar mano de bienes del Estado para cobrar una deuda impagada desde 2001. El año pasado, el buque escuela de la Armada argentina, la fragata Libertad, permaneció dos meses retenido en Ghana hasta que fue liberada por un tribunal internacional.

Argentina declaró hace más de 11 años la mayor suspensión de pagos de la historia, por valor de unos 82.000 millones de dólares (unos 64.212 millones de euros). Desde 2002 comenzó a enfrentar demandas de los fondos buitres, cuyos accionistas son inversores mayoritariamente de origen estadounidense, y otros acreedores. En 2005, el Gobierno de Néstor Kirchner logró que el 76% de los bonos impagados fueran canjeados por otros títulos públicos que valían dos tercios menos que el valor original. La mayoría de los acreedores se convenció de que Argentina necesitaba desendeudarse para volver a crecer y abonar aunque sea parte de sus obligaciones. En 2010, Fernández reabrió aquel canje de deuda y la aceptación se elevó al 93%. Pero aún queda un 7% de deudas sin reestructurar, unos 11.000 millones de dólares (8.600 millones de euros), entre capital e intereses, y los tenedores de esa deuda persiguen a Argentina por todo el mundo.

El país sudamericano ha sufrido desde 2003 unos 29 embargos de bienes en el exterior. De momento, ninguno ha prosperado. Argentina debe presentar hoy ante un tribunal de apelaciones de Nueva York, donde fueron emitidos dos tercios de la deuda impagada, un plan de pagos a un grupo de los demandantes, encabezados por los fondos buitres EM y NML, el mismo que logró el embargo de la fragata. El Gobierno de Fernández intentará revertir un fallo de un juez de primera instancia que en octubre pasado dispuso que se bloquearan los pagos de la deuda regularizada del país sudamericano hasta que abonara de una sola vez los 3.000 millones de dólares (2.349 millones de euros) que los litigantes exigen. La prensa de Buenos Aires prevé que Argentina proponga al tribunal saldar la deuda sin quitas en el capital, pero en un plazo de 25 años, con título público igual que el que ofreció a los inversores que aceptaron los canjes.

El Gobierno de Fernández sostiene que no se puede privilegiar a ningún acreedor. Si los magistrados ratifican la decisión del juez, entonces puede que Argentina caiga en suspensión de pagos técnica o que se mantenga la situación sin cambios mientras apela al Tribunal Supremo de EE UU. Como el caso puede sentar un precedente perjudicial para los acreedores que acepten futuras reestructuraciones de otros países, como los europeos con problemas de deuda, el Gobierno de Barack Obama, pese a sus diferencias políticas con el de Fernández, la Reserva Federal de Nueva York y la exsubdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) Anne Krueger, han intervenido en el juicio a favor de Argentina y los bonistas que entraron a los canjes de títulos.

Además de la fragata Libertad, los fondos buitres también han embargado durante meses o años otros activos de Argentina en EE UU, Suiza, Francia, Alemania, Bélgica e Italia, el único país de la lista donde el máximo tribunal rechazó las demandas contra Buenos Aires por considerar que la suspensión de pagos era una decisión soberana. Entre los bienes congelados figuran desde el Tango 01, que permaneció dos meses en EE UU en 2007, hasta residencias de embajadores, sedes y cuentas diplomáticas y militares, fondos del Banco Central, de un banco estatal y de organismos públicos, un satélite que habían construido en conjunto Washington y Buenos Aires, las regalías que el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria cobra de la química alemana BASF por la patente de un arroz transgénico y la casa donde vivió y murió el líder de la independencia argentina, José de San Martín, en Boulogne Sur Mer (Francia) donde funciona en la actualidad un museo.

Argentina ha conseguido eludir esos embargos porque esgrimió el argumento de la inmunidad soberana de activos diplomáticos, militares y de las reservas del Banco Central. En algunos casos aún restan las sentencias definitivas. También ha tomado precauciones, como la transferencia de fondos de la autoridad monetaria desde Nueva York al Banco Internacional de Pagos en Basilea (Suiza), donde existen mayores resguardos, el alquiler de aviones privados para viajes presidenciales a ciertos destinos o la alteración del recorrido del viaje anual de graduación de marinos en la fragata Libertad para evitar puertos arriesgados en materia judicial. Los cálculos le fallaron a la hora de enviar el buque a Ghana y después de ese episodio se analiza que solo navegue por Latinoamérica. Fernández alquiló un avión para volar en enero pasado a Emiratos Árabes, Indonesia y Vietnam. En cambio, usó el Tango 01 para ir al funeral del fallecido presidente de Venezuela, Hugo Chávez, el pasado día 5.

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