Strauss-Kahn queda en libertad
El juez archiva la causa por agresión sexual abierta contra el exdirector del FMI.- El caso pone contra las cuerdas al fiscal, acusado de actuar con precipitación
Un juez neoyorquino ha desestimado todos los cargos criminales contra Dominique Strauss-Kahn por agresión sexual e intento de violación presentados por una limpiadora del hotel Sofitel en Manhattan. El exdirector del Fondo Monetario Internacional (FMI) y aspirante socialista a la presidencia francesa ha quedado finalmente libre, pero con su carrera gravemente dañada. Serias dudas quedan ahora sobre la actuación de la fiscalía pública de Manhattan, que armó el caso con precipitación y con el único testimonio de una limpiadora que mintió reiteradamente.
El magistrado Michael Obus, del Tribunal Supremo de Nueva York, ha dejado en libertad al político francés, de 62 años. Ha aceptado la petición de la fiscalía de que desestimara los cargos por haber perdido la confianza en la acusadora, Nafissatou Diallo, de 32 años. El juez también ha rechazado la recusación del fiscal que hicieron los abogados de la mujer, que pidieron que fuera sustituido por un procurador especial. Un tribunal de apelaciones ha confirmado esa decisión posteriormente y ha cerrado la causa criminal.
"Estos dos meses y medio han sido una pesadilla para mí y para mi familia", ha dicho Strauss-Kahn en un comunicado. "Quiero dar las gracias a mis amigos en Francia y en EE UU que han creído en mi inocencia y a los miles de personas que me han enviado su apoyo en persona y por escrito. Le estoy, sobre todo, agradecido a mi mujer, que ha pasado este calvario conmigo". "Estoy deseando volver a mi país, pero antes debo resolver algunos asuntos", ha afirmado posteriormente a su llegada al apartamento de lujo donde tiene instalada su residencia en el barrio neoyorquino de Tribeca.
William Taylor, uno de sus abogados, ha lamentado "la precipitación en el juicio" no solo de la fiscalía, sino de los medios de comunicación. "Quiero recordar la forma tan acrítica con la que los medios trataron este caso desde el principio", ha dicho.
Los fiscales neoyorquinos solo han podido saber una cosa con seguridad sobre lo que sucedió el 14 de mayo en la habitación 2806 del hotel Sofitel de Nueva York: Strauss-Kahn y la limpiadora tuvieron un encuentro sexual que él consumó y que duró menos de seis minutos. El político francés se ha negado a declarar sobre los hechos ante un gran jurado y ha mantenido un silencio absoluto hasta hoy. No hallaron indicios de que la relación hubiera sido forzada, y sí constataron en cambio inconsistencias y mentiras reiteradas en el testimonio de la mujer.
Este caso es solo uno más en una nutrida serie de fracasos judiciales de Cyrus Vance, el fiscal público de Manhattan, que en el pasado ha presentado cargos en acusaciones de alto perfil que los juzgados han desestimado total o parcialmente. Así sucedió este mismo año con dos agentes de policía a los que acusó de violar a una mujer y con dos supuestos terroristas a los que atribuyó la intención de atentar contra una sinagoga.
Vance, que es hijo de quien fuera secretario de Estado de Jimmy Carter, fue elegido fiscal del distrito de Manhattan en 2009. Se presentó a las elecciones como demócrata y ganó con un 91% de los votos. Se presenta a la reelección en 2013. Sus detractores le acusan ahora de haber querido armar el caso contra Strauss-Kahn de forma precipitada y sin someter a la supuesta víctima y testigo principal a un interrogatorio exhaustivo. El 15 de mayo presentó los cargos contra el político, en representación de la ciudadanía de Manhattan, y pidió al juez Obus la detención sin fianza de Strauss-Kahn. Este así lo hizo, pero le dio de plazo 144 horas para que presentara el caso ante un gran jurado, que debía decidir si había indicios suficientes para iniciar un juicio.
El fiscal presentó las pruebas y pidió al gran jurado que aceptara siete cargos criminales el 18 de mayo, después de diversas entrevistas con Diallo. A él y al jurado, el testimonio de la limpiadora les pareció coherente. Pero la causa se comenzó a desmoronar el 7 de junio, cuando Diallo admitió que había entrado en el país con el visado de otra persona y que había mentido sobre una violación sufrida en Guinea para pedir asilo político. El 28 de junio añadió que había contado falsedades al gran jurado sobre los hechos posteriores a la presunta agresión.
Las mentiras ya no afectaban solo a su biografía, sino al supuesto crimen del hotel. Diallo y el fiscal no volvieron a hablar hasta el 27 de julio, un día en que, a ojos de este último, el caso quedó totalmente invalidado. Entonces la limpiadora negó haber dicho cosas que el fiscal tenía transcritas y grabadas. Dijo Vance: "Es elemental que esa disposición a negar esas declaraciones a los mismos fiscales que las habían oído el 28 de junio pone en duda su credibilidad incluso en el nivel más fundamental".
La clausura de la causa no acaba con los problemas inmediatos de Dominique Strauss-Kahn. Le espera aún en Francia un caso abierto por una denuncia de agresión sexual y una demanda civil presentada en los juzgados de Nueva York por la misma Diallo. El 18 de mayo dimitió al frente del FMI. Las elecciones presidenciales francesas se celebrarán en abril de 2012, pero diversos políticos socialistas ya le han pedido que no se presente, en beneficio del partido.
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