Alarma en la Amazonia brasileña
El país suramericano, que posee el 23% del agua potable del planeta, sufre más cambios en sus ríos durante seis meses que en los últimos 100 años
La Amazonia brasileña, el pulmón del mundo, que posee el 23% del agua potable del planeta, está en una situación alarmante. La Compañía de Investigaciones de Recursos Minerales (CPRM) del servicio geológico de Brasil ha registrado en esta zona cambios en el clima durante los últimos seis meses, tanto en las inundaciones como en la sequía, que no ocurrían desde hace más de 100 años.
Para los especialistas no se trataría ya de los efectos de El Niño, sino de los cambios climáticos que está sufriendo el planeta. En junio pasado, por ejemplo, el río Negro alcanzó una altura de 15,89 metros, la quinta mayor de los últimos 100 años. La cuota mínima de seguridad se sitúa en 16 metros. Según el meteorólogo Marcondes Gama, en declaraciones al diario O Globo, nunca se había registrado hasta hoy un cambio climático de tal envergadura en los ríos de la Amazonia, tanto en relación con las lluvias como la sequía.
Las subidas del nivel de los ríos amazónicos en junio pasado dejaron más de 100.000 personas sin techo en 55 de los 62 municipios de la región, según ha comunicado la Defensa Civil de Amazonia. Menos de seis meses más tarde, las familias están sufriendo el azote de una terrible sequía. Unos 20 municipios brasileños se encuentran en estado de emergencia, lo que afecta a cerca de 300.000 personas.
El principal temor es que, con los cambios climáticos que se están produciendo en el mundo, los fenómenos de desbordamiento de los ríos de la Amazonia y de las fuertes sequías consecutivas puedan agravarse aún más, comprometiendo gravemente la región.
A todo ello se añade que, a pesar de los esfuerzos llevados a cabo por el Gobierno del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, cada mes se siguen destruyendo miles de kilómetros cuadrados de selva, lo que agrava la situación. Incluso cuando el Gobierno habla de que ha disminuido la deforestación de la Amazonia, esto sólo significa que se han destruido algunos kilómetros menos, pero que la ruina continúa de manera inexorable.
Como afirma la ecologista Marina Silva, que fue ministra de Medio Ambiente del Ejecutivo de Lula y que disputará el próximo año las elecciones presidenciales como cabeza lista del Partido Verde, la buena noticia será cuando se anuncie que "ya no se ha vuelto a cortar un solo árbol en la Amazonia".
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