Nueve insurgentes muertos y tres 'marines' heridos en un ataque en Faluya

La violencia se ha desatado de nuevo en la ciudad iraquí de Faluya, el conflictivo feudo de la resistencia suní a 50 kilómetros al oeste de Bagdad, después de varios días de calma relativa. Esta mañana, al menos nueve milicianos iraquíes han muerto y tres marines estadounidenses han resultados heridos en un duro enfrentamiento, provocado por un ataque de los rebeldes y que se ha prolongado durante más de cuatro horas. Estos combates se han producido pese al acuerdo de alto el fuego alcanzado hace dos días en la ciudad, asesiada por las tropas de EE UU desde hace más de dos semanas.

Según portavoces militares, se ha producido un ataque a una posición controlada por los marines a las afueras de la ciudad a las 6.30 (4.30 en España) y, posteriormente, los soldados se han enzarzado en duros combates con los rebeldes que han durado cuatro horas. Los marines han sido puestos en estado de alerta y poco después se han escuchado fuertes explosiones, acompañadas por el sobrevuelo de aviones y helicópteros.

Los insurgentes, un grupo de unos 35 hombres, han empleado en su ataque impresionante arsenal de granadas, misiles anticarro, proyectiles de mortero y armas ligeras. Horas después de confirmar los enfretamientos, un comunidado militar estadounidense ha informado de que, tan sólo en las dos primera horas, han fallecido al menos nueve milicianos y tres marines están heridos, "dos de los cuales han sido evacuados". Además, los habitantes de Faluya hablan de seis civiles muertos y 10 heridos, aunque este extremo no está confirmado.

Cuatro muertos en Kirkuk

La cadena árabe de noticias Al Yazira ha mostrado imágenes en las que aparecían un grupo de marines tomando posiciones y disparando contra supuestos insurgentes desde un edificio. Según esta fuente, aviones militares estadounidenses han bombardeado el barrio Golán, en el noreste de la ciudad, donde se han registrado los enfrentamientos.

Estos combates se han producido a pesar del cese de hostilidades anunciado el pasado lunes por las fuerzas de EE UU con autoridades locales, después de tres intentos fallidos. Ayer, se había llegado a un principio de acuerdo por el que los insurgentes se comprometían a la entrega de las armas pesadas, mientras que las fuerzas de EE UU permitirían a cambio el regreso de la Policía y levantarían el sitio impuesto a la ciudad. Gracias a este pacto, podrían regresar las miles de familias que se vieron obligadas a abandonar la ciudad por los combates de las últimas dos semanas, que costaron la vida a cientos de iraquíes y decenas de soldados de EE UU.

Los marines amenazaron ayer con entrar en la ciudad si no se cumplía el pacto que, con el ataque de hoy, queda definitivamente roto. Anoche, al sur de Kirkuk, cuatro rebeldes que preparaban un ataque con coches bomba han muerto y un soldado de EE UU ha resultado herido.