Sadam ya no controla Bagdad
Soldados estadounidenses entran sin apenas resistencia en el centro de la capital, donde empieza a reinar el caos ante la falta de autoridad
Bagdad ya no está en manos del régimen de Sadam Husein, que se desmorona. La temida batalla de Bagdad no ha sido tal y las tropas estadounidenses y británicas han entrado en la capital en una especie de paseo militar, con tan sólo esporádicos focos de resistencia. Las imágenes de todas las cadenas de televisión muestran a los bagdadíes en las calles, celebrando la caída del dictador y la llegada de los aliados.
Convoyes de blindados estadounidenses circulan libremente por las calles de la capital iraquí y han llegado a primera hora de la tarde hasta la plaza Farduss, situada frente a los hoteles Palestina y Sheraton, donde se alojan los periodistas extranjeros en Bagdad, y han tomado posiciones en torno a esos edificios, entrando en ellos posteriormente. La resistencia ha sido mínima, tan sólo grupos de milicianos, y ya no se aprecian restos de la autoridad de Sadam, que según algunas informaciones habría pactado la entrega de la ciudad para que no hubiera más muertes.
En dicha plaza, la plaza Farduss, (Paraíso) decenas de bagdadíes se han arremolinado ante la estatua de Sadam que presidía el lugar. Tras casi dos horas y tras haber colocado sobre el rostro del dictador una bandera estadounidense y otra iraquí, los ciudadanos, apoyados por un blindado americano, han derribado la estatua, en lo que será el símbolo de la caída de un régimen. Después, los ya centenares de habitantes de la capital han danzado sobre el monumento derribado.
Los soldados han sido recibidos por algunos grupos de personas que agitaban trapos blancos, mientras otros les aplaudían y vitoreaban. Desde algunas ventanas, mujeres iraquíes también aplaudían a las tropas, mientras los soldados hacían el signo de la victoria y levantaban el dedo pulgar. "No más Sadam Husein. Os queremos, os queremos", decía un grupo de iraquíes a los marines.
Ante el caos que empieza a reinar en Bagdad, han comenzado a producirse saqueos, según informa desde la capital iraquí el enviado especial de EL PAIS, Francisco Peregil. Ante la falta de autoridad en una ciudad que no está controlada por los soldados ni por el régimen de Sadam, los menos escrupulosos han entrado en tiendas y almacenes y pasean impunemente por las calles con el fruto de sus saqueos.
Sadam, en paradero desconocido
Prueba de que el régimen ha quedado descabezado es que no se ha producido la comparecencia diaria del ministro iraquí de Información, cuyo paradero, al igual que el de otros altos cargos del régimen, se desconoce. Igualmente se desconoce la situación del líder del régimen, Sadam Husein. Ayer se aseguraba que podría haber resultado herido en un bombardeo sobre un lugar donde se encontraba reunido con otros altos funcionarios del régimen. Fuentes del espionaje británico citadas por The Guardian aseguran que sobrevivió al ataque, que se produjo tras unas escuchas telefónicas en las que Husein daba instrucciones a miembros de la cúpula militar iraquí. En todo caso, tropas estadounidenses citadas por la cadena NBC informan de que se ha capturado a varios "responsables clave" del ya extinto régimen.
Sin embargo, EE UU intenta ahora atajar la euforia y trata de imponer la cautela. A falta de las declaraciones de George W. Bush -que sólo se ha dicho "satisfecho" del avance-, ha sido el vicepresidente, Dick Cheney, el primero en referirse a la toma de Bagdad, pidiendo cautela y asegurando que "hay que advertir a todo el mundo de que todavía tenemos mucho por hacer". "Estamos viendo el desmoronamiento de la autoridad central del régimen", ha dicho el vicepresidente, asegurando a continuación que "no se puede predecir con certeza" cuánto durará aún la guerra. Antes, el alto mando aliado se ha apresurado a enviar un mensaje de prudencia desde Doha (Kuwait), en el que ha señalado que es "demasiado pronto" para dar por concluida la batalla por Bagdad y ha subrayado que aún quedan "días de duros combates por delante" tanto en la capital como en el resto del país.
Pastillas para el dolor como anestesia
Bagdad se encuentra al borde de la catástrofe humana: las reservas de antibióticos y anestésicos son tan bajas que algunos hospitales, con el Al Kindi, utilizan pastillas para el dolor de cabeza como anestesia, según publica el diario británico The Independent. Este centro hospitalario, con 650 camas, no tiene ni electricidad ni agua potable.
De los 27 centros médicos del principal complejo médico bagdadí, que incluye cuatro hospitales, sólo funcionan seis. Y lo hacen con generadores de energía que apenas tienen autonomía para 72 horas y que pueden fallar en cualquier momento. Mientras, el número de heridos sigue aumentando, según ha advertido desde Ginebra la Organización Mundial de la Salud (OMS). La situación empeora debido a que las organizaciones humanitarias no pueden hacer llegar a los hospitales iraquíes el material de reemplazo necesario, como ha confirmado la OMS, que tiene material quirúrgico de emergencia y otros equipos médicos almacenados en Jordania a la espera de poder cruzar la frontera jordano-iraquí.
Desde la semana pasada, el acceso al agua potable es muy limitado en la capital iraquí y los especialistas consideran indispensable analizar la calidad de las fuentes de agua disponibles para prevenir epidemias de cólera y diarrea. Sin embargo, por ahora los productos de los que dispone la OMS para realizar estas pruebas del agua también se encuentran en Jordania. Por otro lado, la Oficina de Coordinación Humanitaria de las Naciones Unidas (OCHA) informa de que se han registrado 266.018 nuevos desplazados internos en la región norte de Irak.
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