Craig Gillespie y el fraude virtual que asombró al mundo: “Descubrió a mucha gente que vivimos en un sistema amañado”
El cineasta estrena ‘Golpe a Wall Street’, la historia los usuarios de Reddit que en 2021 ganaron dinero a costa de arruinar a fondos de inversión
Su nombre quizá no suene mucho, pero es difícil que un espectador contemporáneo no haya visto alguna película de Craig Gillespie (Sídney, Australia, 56 años) y probablemente hasta pagado una entrada por ella. Siempre da más de lo que se espera: contribuyó a la moderna ola de títulos de acción real de Disney con una entrega superior a la media –Cruella (2021), de la que prepara segunda parte–, rodó un remake de un clásico de terror ochentero –Noche de miedo (2011)– mejor que la mayoría de remakes de terror ochentero y demostró que podía hacer uno de esos biopics al gusto de la Academia, Yo, Tonya (2017), con más estilo y oficio que otras películas diseñadas para nacer y morir en temporada de premios.
Su irrupción en el cine independiente, Lars y una chica de verdad (2007), romance tragicómico entre Ryan Gosling y una muñeca hinchable, llamó la atención de Spielberg, que le reclutó para l serie United States of Tara (2009). “He tratado de conservar a lo largo de mi carrera lo que aprendí de él, su alegría de hacer cine y cómo cree en la colaboración por encima de las jerarquías”, cuenta a ICON por videoconferencia.
El director tiene previsto presentar la semana que viene en el Festival de San Sebastián (dentro de la sección Perlas) Golpe a Wall Street, precoz puesta en imágenes del Caso GameStop, cuando en 2021 un grupo de usuarios de Reddit se coordinó para comprar a bajo precio acciones de la popular cadena de tiendas de videojuegos y multiplicar hasta treinta veces su valor. La inesperada actividad de los foreros provocó una pérdida de miles de millones de dólares a fondos de inversión como Melvin Capital, dedicados a apostar por empresas cercanas a la quiebra a fin de nutrirse de sus pérdidas, y el escándalo estalló en el momento en el que casas supuestamente democratizadoras del acceso a la bolsa, como Robinhood, restringieron a los usuarios la compra de más acciones.
“Uno de mis hijos seguía la página de Reddit y las apuestas de Wall Street”, recuerda Gillespie. “Como estábamos en pandemia vivimos juntos aquella semana grande, toda esa montaña rusa emocional que acabó en frustración con el sistema”.
“Mucha gente se dio cuenta en directo de que estaban dentro de un sistema amañado, manipulado y diseñado contra ellos, la gente común, y a favor de las grandes riquezas. Un sistema que no les representaba. Pensaron que podían jugar en igualdad de condiciones con Wall Street y no era así”, explica. La película, que se estrena en España el 6 de octubre, parte de un libro de Ben Mezrich, el autor del texto en el que se basaba La red social (2011), titulado irónicamente La red antisocial (2022, Deusto). El aislamiento de los personajes es, de hecho, un aspecto esencial de Golpe a Wall Street, rara avis que, por rigor con el contexto de los acontecimientos, no evita mostrar mascarillas, distancia de seguridad y demás poco glamurosos efectos de la covid-19, generalmente omitidos por Hollywood.
Para el cineasta, “el movimiento de GameStop y la pandemia estuvieron muy unidos, porque toda esa vida que estaba teniendo el mundo online se debía a la alienación y la desconexión”. El uso de las mascarillas en la película, en cualquier caso, no solo es cuestión de fidelidad histórica: “Las utilizamos como declaración de clase. Vemos cómo los ricos no llevan mascarilla o dejan de llevarla a placer, mientras que las familias trabajadoras la emplean en sus casas. Queríamos mostrar esa dicotomía”.
Director con gran habilidad para sacar la mejor versión de sus estrellas (Margot Robbie logró su primera nominación al Oscar por Yo, Tonya, la interpretación de Emma Stone estuvo entre lo más celebrado de Cruella), en Golpe a Wall Street Gillespie ha contado con un reparto de lujo: Paul Dano interpreta a Keith Gill, analista financiero y youtuber cabecilla de la operación, Pete Davidson a su hermano, Seth Rogen al fundador de Melvin Capital, America Ferrera a una enfermera en primera línea de guerra durante la crisis sanitaria y Sebastian Stan al jefe de Robinhood. “Cuando trabajas con tantas estrellas, realmente lo difícil es tener tiempo para ensayar, porque sus agendas apenas les dan margen”, cuenta Gillespie. “Paul Dano es el protagonista y solo rodó ocho o nueve días. Son esas circunstancias las que te obligan a ser muy concreto, a guiarles de una manera muy específica. Vienen además bien preparados, así que se disfruta de esa frescura”.
La revancha de los pardillos
Tanto Rogen como Stan son reincidentes en la filmografía de Craig Gillespie: ambos estuvieron a sus órdenes en la polémica Pam & Tommy (2022), de la que dirigió los tres primeros episodios. En la serie, que cronifica la explosión mediática del vídeo sexual robado a Pamela Anderson en los noventa, Sebastian Stan interpretaba a su pareja, Tommy Lee, batería de Mötley Crüe, y Seth Rogen al trabajador que cometió el hurto. “Lo que tienen en común mis trabajos de ficción y los basados en hechos reales es que a mí me interesan los marginados”, cuenta el realizador. Anderson no participó ni prestó asesoría alguna y fue muy crítica con el proyecto, que partía de un peculiar enfoque: el detonante del relato era una venganza del obrero (Rogen) contra los abusos, intimidaciones y humillaciones que había sufrido por parte de la poderosa estrella de rock.
En el caso de Golpe a Wall Street, el antagonismo entre clases sociales se manifiesta no solo en el factor ambiental o en la naturaleza del conflicto: la película también recoge el bochorno del concurso que, a finales de 2020, convocó GameStop entre sus trabajadores a través de TikTok, ofreciendo como premio al baile más viral 10 horas de extra de trabajo. “Lo que yo quería era capturar ese rechazo y rebelión contra el poder, que llevamos varios años viendo crecer en todo el mundo. Eso es para mí lo que prendió la mecha de la película”, dice. En este sentido, destaca la “gran labor de investigación periodística” de las guionistas Rebecca Angelo y Lauren Schuker Blum, que se encargaron de llenar el vacío en torno al esquivo Keith Gill, quien tras ganar una cifra cercana a los 50 millones de dólares con las acciones de GameStop decidió desaparecer de la vida pública.
Es a Angelo y Blum a quienes atribuye en esta ocasión, curiosamente, la selección de canciones de la película, pese a que los montajes musicales sean ya casi un signo distintivo de su cine. “Kendrick Lamar, Megan Thee Stallion… Casi todo lo que se escucha en la película estaba ya en el guion. Es verdad que a mí me gusta mucho utilizar canciones en vez de solamente una banda sonora instrumental, porque creo que pueden llevar al espectador a un momento y sensación determinados de una manera más compleja, no tanto diciéndote lo que tienes que sentir en cada escena. Aquí contábamos con 50 minutos de música instrumental. Ha sido interesante jugar con el estrés, la intensidad y las posibilidades de alternar”.
Entre el crédito a las guionistas y el tema de la lucha contra los de arriba, la conversación gira inevitablemente hacia las huelgas que se están desarrollando en Hollywood, tanto de guionistas como de actores, y por las que la película no está pudiendo disfrutar de promoción por parte de las figuras de renombre que aparecen en ella. La huelga de actores ya ha superado los dos meses de duración, mientras que la de guionistas se acerca a cinco, todavía sin un acuerdo a la vista para obtener la mejora de condiciones o la protección que reclaman frente al avance de la inteligencia artificial. “Sin duda se corresponde con lo que estamos viviendo a nivel social, con cómo se está acentuando la diferencia entre los que más tienen y los que menos. Se está viviendo una situación difícil y hay que combatirla”, asevera. “Apoyo totalmente la huelga. Todo el mundo tiene derecho a una retribución justa”.
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