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El lado oscuro de los rascacielos más brillantes del mundo

Partiendo del ejemplo de Hudson Yards, en Nueva York, el arquitecto español Andrés Jaque presenta en la Bienal de Venecia sus investigaciones sobre el vínculo entre la obsesión por la transparencia en la arquitectura y la explotación del sur del continente africano

Al fondo, el 'skyline' de Hudson Yards en Nueva York. En primer término, un suelo árido que representa el estado de las tierras explotadas en Xolobeni para extraer el titanio necesario para este tipo de arquitectura.
Al fondo, el 'skyline' de Hudson Yards en Nueva York. En primer término, un suelo árido que representa el estado de las tierras explotadas en Xolobeni para extraer el titanio necesario para este tipo de arquitectura.Office for Political Innovation
Ianko López

Cuando, de visita en una de las grandes metrópolis del mundo, sienta usted que le ciega el resplandor de un rascacielos de nueva construcción, debería pensar que existe una realidad mucho más oscura y llena de polvo que hace posible ese brillo. Porque todo está conectado. Cada vez más, en el mundo en el que vivimos, el privilegio de unos se vincula íntimamente con la desventaja de otros, a menudo bajo la lógica de la relación causa-efecto. Desvelar estas relaciones y hacer que emerjan a la superficie constituye una posición política que puede ponerse en práctica desde cualquier ámbito. También desde la arquitectura.

Es lo que hace Andrés Jaque (Madrid, 52 años), arquitecto y decano de la Escuela de Graduados de Arquitectura, Urbanismo y Conservación de la Universidad de Columbia, a través de su estudio Office for Political Innovation. Los resultados de su última investigación acerca de cómo el lenguaje arquitectónico del brillo que se despliega en nuestros centros de poder está anclado en la situación nada lustrosa de los habitantes del sur del continente africano está a punto de presentarse en la 18ª Bienal de arquitectura de Venecia, que abre sus puertas oficialmente el 20 de mayo y las cerrará el 26 de noviembre.

Imágenes de la grabación en Xolobeni del vídeo que se proyecta en la instalación de Andrés Jaque en la Bienal de Venecia.
Imágenes de la grabación en Xolobeni del vídeo que se proyecta en la instalación de Andrés Jaque en la Bienal de Venecia. Office for Political Innovation

Todo comenzó cuando Jaque reparó en el exagerado brillo del barrio de Hudson Yards, el último gran desarrollo inmobiliario de ultralujo de la ciudad de Nueva York, plagado de construcciones de superficie reluciente, entre los que destaca la combinación de edificio y escultura The Vessel (buque o vasija, en inglés), que parece diseñado para servir ante todo como escenario fotográfico instagrameable al servicio de locales y visitantes. Pero ese esplendor material no es característica exclusiva de Hudson Yards, sino que se ha adoptado como lenguaje formal en rascacielos y edificios emblemáticos de gran parte del mundo. La nueva obsesión por el brillo, sobre todo en los edificios representativos del poder en las grandes urbes capitalistas, habría sustituido, según Jaque, a la antigua obsesión por el color blanco que proporcionaba el vidrio de bajo contenido en hierro, a partir de la gran crisis financiera de 2008.

“Desde entonces tenemos esta adicción a lo impoluto”, explica el arquitecto español residente en Nueva York. “Los mercados de inversión entendieron que uno de los mejores lugares donde acumular dinero era el sector inmobiliario, es decir, la arquitectura. Pero no valía cualquier arquitectura, sino una de la que se percibiera que no iba a perder valor, y de ahí viene la cultura de la transparencia, el brillo, que vemos en lugares como las tiendas Apple, con sus paneles de aluminio y su vidrio autolimpiable, o en The Vessel y los otros edificios de Hudson Yards”.

El arquitecto Andrés Jaque, fotografiado para 'ICON Design' en 2022.
El arquitecto Andrés Jaque, fotografiado para 'ICON Design' en 2022. Ángela Suárez

Conseguir este brillo imposible tiene un precio, solo que quienes lo pagan están muy lejos y son invisibles para la mayoría. Los materiales empleados en esta arquitectura de lo reluciente incluyen entre sus principales componentes el titanio. Y para extraerlo de los yacimientos en los que se encuentra, es necesario recoger y filtrar la arena del suelo, que después se devuelve, ya despojada del metal, a su lugar de origen. Como consecuencia de ello, el propio suelo se hace más ligero, y proclive a quedar en suspensión en forma de polvo al arbitrio de los vientos. Al mismo tiempo, allí donde se ha extraído el titanio resulta más difícil sembrar cultivos. Esto es lo que ocurre en Xolobeni, en la costa este de la Sudáfrica meridional, cuyos habitantes se han unido para emprender una larga batalla contra la explotación minera de su suelo rico en titanio.

“El brillo y la transparencia de Hudson Yards dependen de que lugares como Xolobeni se vuelvan polvorientos y que no se pueda cultivar en ellos”, resume Jaque. “Y sus habitantes, que no son nada tontos y se dan cuenta de ello, se han movilizado para reivindicar sus derechos sobre el suelo y la protección del ecosistema. Se reúnen periódicamente para cantar en una casa donde crean un círculo que es como una arquitectura reivindicativa. El Parlamento de Sudáfrica ha creado leyes que protegen este derecho siempre que las comunidades estén claramente constituidas. Y ellos lo hacen a través de estas reuniones y estas canciones. Gracias a esto, las compañías mineras ahora no pueden explotar las tierras de Xolobeni”.

Andrés Jaque
Miguel de Guzman

El proyecto de Jaque, titulado Xholobeni Yards. Titanium and the Planetary Making Of Shininess/Dustiness (“Xolobeni Yards. El titanio y la obtención planetaria del brillo y el polvo”), forma parte de The Laboratory of the Future (“El laboratorio del futuro”), la exposición internacional de la Bienal de arquitectura de Venecia de 2023, que por primera vez está comisariada por una persona afrodescendiente, la arquitecta, académica y escritora escocesa de padre ghanés Lesley Lokko. Para Andrés Jaque esto es de una importancia vital: “La Bienal enfoca así su mirada hacia África, un lugar del planeta que contiene las respuestas a los desafíos que van a marcar el futuro. En nuestro caso, al centrarnos en un lugar concreto de África como Xolobeni, analizamos unas realidades que han marcado el norte global, y desvelamos muchas de las hegemonías y adicciones que marcan las estructuras de poder de nuestro mundo globalizado”.

Es la tercera vez que Jaque y Office for Political Innovation participan en la Bienal: ya sucedió en 2010 (la edición dirigida por la japonesa Kazuo Sejima) y en 2014 (con el holandés Rem Koolhaas al frente), año en que se alzaron con el León de Plata al mejor proyecto de investigación. Esta vez presentan la que Jaque define como su obra más ambiciosa, una instalación que ocupa unos 300 metros cuadrados en el área del Arsenale veneciano. “Básicamente es como el carillón de un gran reloj donde contamos toda esta historia en primera persona por medio de maquetas que se van activando con luces y sonidos. Hemos querido emplear un lenguaje muy sencillo y accesible para que pueda ser entendido por un público amplio”.

Andrés Jaque
Miguel de Guzman

Finalmente, el mensaje que se quiere transmitir es que existe un componente ideológico detrás de toda decisión estética sistematizada. “Del mismo modo que el proyecto arquitectónico moderno se basaba en la estética de la blancura, y con ello borraba de manera radical muchas otras culturas reemplazándolas por una estética única, también la estética del brillo tiene unas dimensiones materiales, sociales y ecológicas”, explica Andrés Jaque. “Ahora somos conscientes de que la modernidad no habría sido posible sin el proceso de colonización, y que a su vez no habría habido colonialismo sin desarrollo del racismo como componente estructural. Interrogar cómo nuestro mundo se construye en su dimensión material en base a principios de extractivismo, de colonialismo y racismo es uno de los grandes desafíos de la arquitectura contemporánea. Porque la idea es pasar de ese paradigma a otro distinto. Uno de cuidados mutuos, inclusión y diversidad”.

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Sobre la firma

Ianko López
Es gestor, redactor y crítico especializado en cultura y artes visuales, y también ha trabajado en el ámbito de la consultoría. Colabora habitualmente en diversos medios de comunicación escribiendo sobre arte, diseño, arquitectura y cultura.

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