Koolhaas y Sejima: ¿equilibrio inestable o paso atrás para aportar al mundo?
Los edificios más icónicos comienzan 2022 redoblando su apuesta en Taipéi o poniéndose a los pies de la ciudad en Sídney. El comienzo del año anuncia inmuebles que vuelven a exprimir la arquitectura como disciplina
Lleva años anunciándose como edificio de futuro. El Centro de Artes Escénicas de Taipéi (Taiwán) abrirá sus puertas al público en el verano de 2022. Sin embargo, hace ya más de un lustro que se ha convertido en el reclamo arquitectónico de la isla. OMA, con Rem Koolhaas y David Gianotten a la cabeza del proyecto, y la ingeniería Arup van de la mano con el estudio local Krys Yao para colgar, o descolgar, este edificio sobre el mercado nocturno de la ciudad.
Con un cuerpo completamente esférico y con capacidad para 800 personas, el teatro está insertado en un volumen cúbico que aloja el gran teatro preparado para recibir el doble de espectadores. La mezcla de ambos espacios (no unidos) conforma un super teatro con capacidad para 2.300 asistentes y posibilidades escénicas “pirotécnicas”, describe la memoria.
Pero más allá de ser un reclamo para la ciudad y un centro cultural de vanguardia, OMA ha querido hacer del edificio un espacio público. Así, al centro del inmueble se puede llegar con o sin entrada. La sede de la producción musical de Taipéi: danza, teatro infantil y de marionetas y teatro experimental, lleva dibujándose desde 1997. Ha costado una década de acuerdos concluirla. El icono hace años que añade una identidad a la ciudad. Es cierto que la marca no es necesariamente occidental. Pero posiblemente tenga más que ver con la ambición e intereses de OMA como estudio, que con la esencia del lugar. Veremos. En verano, los teatros serán un espacio cerrado, pero público. Icónico y versátil, tecnificado y emocionante.
La cara casi opuesta entre los edificios anunciados para 2022 la han dibujado, o desdibujado, en el estudio que forman Kazuyo Seijima, Ryue Nishizawa con sus asociados y empleados, SANAA. En la ciudad australiana de Sídney, su Modern Project para la Galería de Arte de Nueva Gales del Sur no competirá con la plasticidad de la Ópera de Jorn Utzon. Convertido en zócalo airoso y en aireado contenedor de arte, la galería es más topografía que edificio. Sembrada de vegetación y abierta al paisaje, al lugar y a su luz –a pesar de ser un museo– el edificio rompe esquemas tanto como la bala de cañón que Koolhaas estrenará en Taipei.
Son dos de las caras con que se anuncia 2022. Está previsto que la inauguración de este nuevo museo llegue al final del año que entra. La conexión, exterior, con la antigua galería ya existe. Y ese recorrido es, precisamente, la parte más pública del nuevo inmueble. Las terrazas ajardinadas y las magníficas vistas sobre el puerto de Sídney serán de acceso público y gratuito. El futuro museo-paisaje anuncia una renovación en las colecciones con más presencia de arte aborigen para contar la historia del continente.
Más o menos visibles, los dos centros anuncian arquitecturas radicales y la llegada del público al interior de los edificios más monumentales. La construcción de las nuevas ciudades no puede ignorar a todos sus habitantes.
Babelia
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