¿Mansiones-venganza? Kim Kardashian, ‘influencer’ de arquitectura tras su divorcio con Kanye West
La estrella ha ‘heredado’ el gusto de su ex por los grandes proyectistas: le ha encargado una casa al Pritzker Tadao Ando y otra a Kengo Kuma, a sumar al templo minimalista que le diseñó Axel Vervoordt
Ocurrió en uno de los episodios de la duódécima temporada de Keeping up with the Kardashians. La matriarca de la familia empezó a hablarle a una de las hijas de su último descubrimiento: la lectura. Kris Jenner: “¿Sabes que ahora estoy obsesionada con los libros? Estoy leyendo uno sobre Le Courvoisier (sic), un arquitecto. Es muy raro y aburrido, pero estoy obsesionada”. Khloe Kardashian: “No es verdad. Y no estás leyendo un libro. No es un libro de verdad”. Kris Jenner: “Pues tiene palabras, palabras importantes”. Khloe Kardashian: “Oh, ¿en plan ‘este edificio fue construido en el siglo no se cuántos’?”. Jenner: “Sí, se llama historia”. Khloe: “¡Es un libro de mesa!”.
Siete años después de esta memorable escena resulta que el apellido Kardashian posiblemente acabe apareciendo en algunos de esos libros de mesa sobre arquitectura. Tadao Ando, ganador del Premio Pritzker de arquitectura en 1985 (y gran admirador de Le Corbusier) le ha diseñado una casa en Palm Springs a Kim Kardashian, la más famosa de estas famosísimas hermanas.
En una reciente publicación en Instagram de esta última, el gran arquitecto japonés aparece retratado durante una reunión con su clienta en sus oficinas de Osaka. Otra de las imágenes muestra una renderización de la futura casa de Kim Kardashian; un imponente edificio de hormigón que, si Ando mantiene esa costumbre de los arquitectos de llamar a las casas que diseñan con el apellido de sus clientes, quizás veamos publicada como Villa Kardashian en alguno de los libros sobre sus edificios.
“Reunión con el mismísimo maestro Tadao Ando para hablar de un proyecto en el que hemos estado trabajando durante los dos últimos años”, escribía Kim Kardashian el pasado 6 de abril. “He visitado su oficina en Japón para acabar los últimos detalles antes de que empecemos a construirlo. Para mí es un gran honor tener la oportunidad de trabajar con él y ver cómo finalmente este proyecto tan especial cobra vida”.
Sabemos que el proyecto se trata de una vivienda porque así lo contó el año pasado Kardashian cuando habló por primera vez del asunto. En una entrevista concedida a Vogue en febrero de 2022, Kardashian dijo que Tadao Ando estaba diseñándole una casa “de hormigón, tonos grises y muy zen”. Ando, añadía Kardashian en un posterior artículo de Vogue, había sido además su referencia para crear su primera línea de belleza: en la primera imagen de la campaña de SKKN BY KIM, el tónico, el limpiador y los demás productos de la marca aparecían entre unos pequeños bloques de hormigón, el material más emblemático del japonés. Ando seguro que no se lo tomó mal. Este arquitecto autodidacta que comenzó a ganarse la vida como boxeador está familiarizado con el mundo de la moda y gusta mucho a amantes del minimalismo como Giorgio Armani, para quien en 2001 diseñó su Teatro/Armani.
Lo que no sabemos es qué tal se ha tomado Kanye West, alias Ye, el proyecto de su exmujer con Tadao Ando, porque fue él quien le descubrió su obra. En 2018, Kim Kardashian acompañó a su entonces marido a un viaje a la isla japonesa de Naoshima, famosa por los edificios que empezó a construir en ella Ando a comienzos de los años noventa. Para West, aficionado al diseño y la arquitectura desde que era pequeño, el viaje era toda una peregrinación. Allí no solo pudo visitar las arquitecturas de hormigón de Ando sino las instalaciones que creó en especial para el Museo de Arte de Chichu (uno de los edificios del arquitecto en la isla) el artista estadounidense James Turrell, uno de los preferidos del rapero. “Tenemos que vivir en un Turrell”, contó luego en una entrevista Kanye West que le dijo a Kim Kardashian durante aquella excursión.
Tres años más tarde, el aleteo de las mariposas en el estómago que sintió el rapero durante su viaje a Japón provocó un tsunami en el mercado inmobiliario de California. En septiembre de 2021, Kanye West desembolsó cerca de 58 millones de dólares por la compra de una de las pocas viviendas diseñada por Tadao Ando en Estados Unidos. Se trata de una casa-escultura de hormigón de 370 m² situada en plena playa de Malibú y construida en 2013 por el encargo de otro gran admirador de Ando, el financiero y coleccionista de arte estadounidense Richard Sachs, conocido por haber sido novio de una de las gemelas Olsen, Ashley, exactriz y ahora diseñadora de éxito en The Row. “No es solamente una casa. Es como una pintura de Picasso, muy rara e importante”, dijo Sachs hace tres años al ponerla a la venta.
Por desgracia, ahora resultaría más acertado comparar la vivienda con un retrato a lo Dorian Gray de Kanye West, porque se ha convertido en reflejo de las calamidades con las que el rapero se ha echado a perder en los últimos tiempos. No es solo que en diciembre del año pasado alguien colgara de la entrada de la casa un letrero deseándole un feliz Hanukkah después de sus declaraciones antisemitas, el último clavo en la tapa del ataúd con el que ha sepultado su exitosa carrera. En las fotografías publicadas en los últimos meses por numerosos medios, el edificio de Tadao Ando presenta un aspecto lamentable, despojado de sus ventanales y abandonado a las olas, el viento y las gaviotas de Malibú tras la interrupción sine die de las obras de reforma que su nuevo dueño inició en 2021.
“Como el hombre que ahora se hace llamar Ye, la casa de la playa diseñada por Tadao Ando fue una vez agradable, el epítome del ingenio artístico”, publicaba hace unos días la revista digital Highsnobiety junto a una serie de imágenes de la vivienda del rapero. “Ahora, tanto Ye como su hogar en Malibú se pudren por dentro”. La casa tuvo la mala suerte de caer en el lado de Kanye West durante el reparto de propiedades que el rapero y Kim Kardashian firmaron en su divorcio del año pasado. En la orilla soleada cayó afortunadamente otra de las joyas del reino inmobiliario del exmatrimonio. Se trata de la vivienda familiar de Calabasas (California), una mansión valorada en 60 millones de dólares y adquirida por Kardashian y West poco después del nacimiento en 2013 de su primera hija, North West. “Durante un paseo por el barrio nos topamos con una casa increíblemente extravagante. Acababa de dar a luz a North y estaba caminando mucho para perder un poco del peso del embarazo”, contaba Kim Kardashian en un reportaje sobre el casoplón publicado en 2020 por la revista Architectural Digest. “Aún no conocía bien el estilo de Kanye pero pensé que la casa era perfecta. A Kanye le entusiasmó menos. Dijo: ‘Se puede hacer algo con ella”.
Para adecentar la McMansion (así la llamó despectivamente West), el rapero contrató al prestigioso interiorista y marchante de arte y antigüedades belga Axel Vervoordt, famoso por sus amplios espacios despojados. Según contó en ese mismo reportaje de Architectural Digest, West lo había conocido en las ferias de antigüedades de Maastricht y Venecia, donde el rapero rastreaba tesoros como aquel sofá de Jean Royère por el que, cuando empezó a triunfar y a hacerse rico, llegó a vender uno de sus coches Maybach. El flechazo con el trabajo del belga surgió al ver una de las mesas de piedra flotantes diseñadas por Vervoordt, un mueble presente ahora en el inmaculado salón de Kim Kardashian. “Cuando vi el tipo de trabajo que hacía pensé: este hombre podría diseñar la casa de Batman. Tengo que trabajar con él”, decía Kanye West en 2020.
La reforma acometida por Axel Vervoordt transformó el ostentoso interior de la mansión de Calabasas en una sofisticada sucesión de habitaciones pintadas de blanco, gris y beige. Fue asimismo Vervoordt quien tuvo la idea de convertir una antigua casa samurái (comprada por él y transportada desde Japón) en la casa de invitados del exmatrimonio. En el diseño de la mansión principal también colaboraron otros maestros del diseño como el italiano Claudio Silvestrin, creador del baño principal, y el belga Vincent Van Duysen, quien además de ayudar a amueblar el salón y las habitaciones de los niños luego diseñaría un piso de Kim Kardashian en esa misma zona de California. El resultado de la conjunción de estas luminarias fue un “monasterio futurista belga” (así lo describió Kanye West) en el que pronto la religión del minimalismo y los tonos neutros ganó una nueva adepta.
Kim Kardashian, quien ha asegurado que fue durante la reforma de esta casa cuando se aficionó al diseño y la arquitectura, no volvió a ser la misma: tanto las fajas que diseña para su marca Skims como los lujosos coches que conduce tienen las tonalidades propias de los interiores creados por Axel Vervoordt. “Antes de conocer a Kanye no sabía nada sobre diseño. Estar con él ha sido una educación extraordinaria”, contaba Kardashian en el citado reportaje de Architectural Digest.
Ahora, gracias a esta Kardashian capaz de pronunciar correctamente el nombre de Le Corbusier, el desaire a la obra de Tadao Ando cometido por su exmarido en Malibú quedará compensado. El nuevo edificio de Ando que la empresaria está a punto de construir en Palm Springs no será su única aportación al mapa de la arquitectura contemporánea, porque el año pasado anunció que otro gran arquitecto japonés estaba haciéndole otra casa más. Kengo Kuma, autor del Estadio Nacional de Tokyo y futuro creador de un espacio cultural y verde en la antigua fábrica de tabaco de Sevilla, está diseñándole “una casa de cristal y madera” en un lugar secreto al que Kim Kardashian viaja cada 4 de julio.
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