Prevenir las enfermedades infantiles, el mejor seguro de vida para el adulto
Más de 50.000 barcos circulan anualmente por esa vía marítima
Un desfile militar preside por primera vez un aniversario de la revolución comunista
Italia, pendiente de las declaraciones de Michele Sindona, extraditado de EE UU
El escritor confía en mantener su libertad personal a pesar de este encuentro universitario tardío
La OTAN y la CEE. Ante el cúmulo de informaciones y opiniones que día a día aparecen en su diario acerca de la vinculación entre la entrada de España en la Comunidad Económica Europea (CEE) y su permanencia en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), me siento obligado a puntualizar algunos aspectos acerca de este controvertido tema.Si la referida vinculación es efectivamente, cierta, y es muy posible que así sea, dados los intereses de las democracias llamadas occidentales (las mismas que hoy se cruzan de brazos ante el cerco estadounidense a Nicaragua y las mismas, más la República Federal de Alemania, que se cruzaron de brazos ante el golpe militar que desencadenó nuestra tantas veces mencionada guerra civil), gobernadas por versiones posmodernas de socialismo, cuando no por la derecha más conservadora (y valga la redundancia) y autoritaria, ello constituye una doble razón para decir no a la OTAN. Porque, ¿qué ventajas puede obtener nuestro país adhiriéndose a una organización (la CEE) en plena crisis de identidad (sólo superada aparentemente por declaraciones cara a la galería y pactos inestables suscritos in extremis)? ¿Qué ventajas se pueden obtener de una asociación que es ampliamente contestada dentro de los propios países miembros (grupos anticomunitarios dentro del Parlamento Europeo)? ¿Qué ventajas se pueden obtener con una entrada que va a llevar una crisis profunda a las únicas actividades económicas en que este país es competitivo internacionalmente (entre ellas la agricultura y la producción vitivinícola)?
Los creadores salmantinos salvaron al Salón de la Moda de su monotonía