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Antonio Banderas cumple 60 años de vuelta en casa

Tras las etapas en Madrid y Hollywood, el actor se afianza en su Málaga natal de la mano de su pareja, Nicole Kimpel, y su proyecto fetiche, el Teatro del Soho

Antonio Banderas, durante un ensayo del musical A Chorus Line en Málaga.
Antonio Banderas, durante un ensayo del musical A Chorus Line en Málaga.Garcia-Santos (El Pais)

Hay una pared de la Escuela Superior de Artes Escénicas de Málaga (ESAEM) con una foto a tamaño natural de Antonio Banderas. A su alrededor, se despliega su larga filmografía como actor y director, que arranca con Laberinto de Pasiones en 1982 y, por ahora, culmina en Las aventuras del Doctor Dolittle, estrenada el pasado enero. Se necesitaría otro muro más para apenas resumir una vida que arrancó en la capital de la Costa del Sol y que, en los últimos años, ha llevado al malagueño de vuelta a casa. Tras dos décadas en Hollywood, Banderas decidió poner todo su empeño en su ciudad. El Teatro del Soho ha sido su gran apuesta. Hoy cumple 60 años rodeado de su familia, su equipo más cercano y su chica, Nicole Kimpel. Ella también cumplió años hace dos semanas y lo celebró con una fiesta en el ático que el actor tiene en el centro de Málaga.

Este año no hay opción de una gran fiesta como la celebrada el año pasado en la discoteca marbellí de Olivia Valère. El mundo y el propio Antonio Banderas han cambiado mucho recientemente, pero también en las seis décadas de vida del malagueño. El mismo lugar donde nació, el hospital de La Caleta, ya solo existe como sede de la subdelegación del Gobierno. Pero hay dos caminos que el actor ha recorrido de forma circular y que se han completado recientemente. Uno, el personal, el que le une con Málaga. Otro, el profesional, que tiene nombre propio: Pedro Almodóvar. El director manchego cambió para siempre la vida de aquel joven al que echaban de las pensiones mientras intentaba hacerse hueco en la movida madrileña con varios papeles (Átame, La ley del deseo, Mujeres al borde de un ataque de nervios) que le valieron sus primeros reconocimientos y le convirtieron en chico Almodóvar para siempre. El tándem volvió 20 años después con La piel que habito, hasta Dolor y Gloria les ha valido para obtener casi todos los galardones posibles. Excepto el Óscar. “El premio consiste en la nominación”, decía en un acto en el cine Albéniz, frente a su casa, en enero pasado, consciente de la complejidad de ganar.

Lo sabía porque conoce bien los secretos de Hollywood. Allí llegó en los noventa para hacerse un hueco con títulos tan variados como Philadelphia, La Máscara del Zorro, Conocerás al hombre de tus sueños o Spy Kids 2. También Two Much, rodaje que compartió con Melanie Griffith, con la que se casó. La pareja se separó en 2014 tras casi dos décadas de matrimonio cuando, simple y llanamente, se acabó el amor. Aún mantienen una estrecha relación de amistad y los encuentros familiares son habituales gracias al nexo de unión que representa su hija en común, Stella del Carmen, de 23 años y muy orgullosa de sus raíces españolas. Un mes antes de anunciar el divorcio, Banderas conoció a Nicole Kimpel en Cannes. Meses más tarde se convirtió en su pareja. Ella se enamoró de él y de su tierra. “Nos encantan Málaga y Marbella”, decían Nicole y su hermana gemela, Bárbara, el otoño pasado.

Antonio Banderas junto a su pareja, Nicole Kimpel y su hija, Stella del Carmen.
Antonio Banderas junto a su pareja, Nicole Kimpel y su hija, Stella del Carmen.Jordan Strauss (Jordan Strauss/Invision/AP)

El 26 de febrero de 2017 la vida de Banderas cambió tras sufrir un infarto. “Es una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida”, decía a EL PAÍS durante una entrevista en septiembre pasado. El momento le sirvió para valorar lo importante. Y ahí apenas entraban su familia, sus amigos y su vocación, aquella que se formó cuando se escapaba de clase para esconderse en la oscuridad del cine Echegaray. Dejó atrás Hollywood y volvió a Málaga a comenzar desde cero subiéndose a las tablas de un teatro. Pero no uno cualquiera, el suyo. Con mucho esfuerzo, dinero y sin ayudas públicas, ha puesto en pie el Teatro del Soho, donde en noviembre de 2019 estrenaba el musical A Chorus Line, que él mismo protagoniza. La pandemia por el coronavirus paró la gira que tenía previsto culminar en Broadway y Studio 54, pero mientras ese viaje se retoma o no, la obra se podrá ver en el Príncipe Pío del 17 de septiembre al 15 de noviembre. Él mismo protagonizará las diez primeras funciones.

Entre su círculo más cercano siempre se encuentra su fiel escudero, su hermano Javier Domínguez, centrado en gestionar los negocios de Antonio en sectores tan diversos como el inmobiliario, la hostelería o el aceite. Eso le permite centrarse en lo creativo y plantearse descansos que rara vez ocurren. “Siempre dice que va a parar, pero al final no lo hace”, comentaba también Nicole Kimpel hace apenas un año. El actor acumulaba entonces proyectos que han quedado en el aire —como el rodaje de Competencia Oficial— pero su agenda sigue repleta. No descansó durante su confinamiento en solitario para buscar alternativas para abrir las puertas de su teatro y ahora sigue trabajando con la productora audiovisual que ha creado y para la que fichó a María Casado. Tiene igualmente hueco para participar en actos benéficos como la gala Starlite de anoche o la organización y presentación de los próximos Goya, que volverán a Málaga el próximo febrero. También, claro, para pasear por Málaga junto a su novia y celebrar, con los suyos, su 60 aniversario. Antonio Banderas está de vuelta en casa.

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