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El teatro de Banderas afronta una nueva etapa sin Pasqual

El director catalán, que se despide de Málaga con su 'Romancero gitano', deja en herencia una programación ecléctica

Nacho Sánchez
Núria Espert y Lluís Pasqual, este jueves en el Teatro del Soho.
Núria Espert y Lluís Pasqual, este jueves en el Teatro del Soho.GARCÍA-SANTOS

Lluís Pasqual se ha despedido por fin en persona del Teatro del Soho de Málaga, después de haber anunciado por sorpresa hace menos de un mes a través de un comunicado su dimisión como director artístico del proyecto, liderado por Antonio Banderas, solo un año después de haber asumido el cargo. Lo ha hecho este jueves en la presentación de las próximas representaciones de su espectáculo Romancero gitano, interpretado por Núria Espert. Pasqual ha insistido en el mismo argumento que dio cuando hizo pública su decisión: que no se debe a desacuerdos, sino a que su labor ha terminado. Su intención nunca fue dirigir un teatro, sino ayudar “en el parto de su creación” a Antonio Banderas, padre del proyecto. “Antonio es ahora quien debe darle el biberón”, ha dicho en un tono distendido Pasqual.

Su marcha ha dejado a Banderas solo al frente de su proyecto. Antes que Pasqual había abandonado ya el barco Miguel Gallego, miembro de la dirección del teatro. Se abre así una nueva etapa para una iniciativa con vocación de liderar las artes escénicas en la ciudad de los museos, pero que por ahora no ha conseguido consolidar unos mimbres firmes ni una línea de programación definida.

Tras los traspiés iniciales para conseguir apoyo público a un coliseo en Málaga, Banderas decidió apostar por la iniciativa privada. Encontró en el antiguo teatro Alameda el lugar ideal. Llegó a un acuerdo con los propietarios para un alquiler a largo plazo y lo remodeló prácticamente desde sus cimientos con el apoyo de Caixabank, su patrocinador principal. Durante meses ha insistido en que es un proyecto ilusionante, que buscaba llevar hasta Málaga un pedacito de Broadway. También descentralizar la cultura —y los musicales— más allá de Madrid y Barcelona. Armó un equipo con personas de su confianza. “Somos una banda de locos”, decía a EL PAÍS el pasado otoño. Pero a las primeras de cambio el actor malagueño se ha quedado con buena parte del peso del proyecto.

“Antonio no lo sabía, pero estaba pariendo un teatro y no sabía qué le pasaría con el hijo después”, ha afirmado Pasqual este jueves. Con su marcha también ha desaparecido del organigrama el cargo que ocupaba, el de director artístico. Ha sido el propio Banderas el que lo ha asumido, dando un paso al frente, pero contando con la red de apoyo formada por Marc Montserrat (director de producción) y Aurora Rosales (directora ejecutiva). Ambos llegaron a Málaga desde los primeros pasos del proyecto y ahora los tres, junto a Javier Bandera, forman el equipo de dirección del teatro. Queda por ver el tiempo que puede dedicar el actor a su sueño: comienza en pocas semanas a rodar la película Competencia oficial junto a Penélope Cruz y viene de una época sin descanso entre los ensayos del musical A Chorus Line, los últimos retoques de la obra del teatro y la campaña de los Oscars.

Mientras el teatro se prepara para acoger actividades y proyecciones del próximo Festival de Cine de Málaga —que se celebra entre el 13 y el 22 de marzo—, aún no se sabe cómo será el futuro de una programación caracterizada por el eclectisimo que, por ahora, solo llega hasta julio y sin ajustarse a las expectativas iniciales. Tras el éxito obtenido tras la inauguración el pasado noviembre con A Chorus Line, ha llegado el día a día, la realidad. Después del musical el turno fue para una obra de culto, The Door, que aterrizó de la mano de la compañía teatral noruega de Jo Stromgren y el Teatro Nacional de Lituania. El Romancero gitano de Pasqual estará en cartelera desde este viernes hasta el 23 de este mes. Después habrá hueco para la comedia del arte con Arlecchino servitore di due padroni y para la voz de Estrella Morente y la guitarra de Tomatito, además del festival de músicas avanzadas Higo Chumbo. Por caber, cabe incluso un monólogo de Dani Rovira.

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