Sopa de níscalos y patata con picada de avellanas
Una sopa sencilla y reconfortante con setas y patata que puedes adaptar al contenido de tu nevera: chascar el tubérculo es el único truco para que el caldo quede contundente y gustoso.
Una sopa sencilla y reconfortante con setas y patata que puedes adaptar al contenido de tu nevera: chascar el tubérculo es el único truco para que el caldo quede contundente y gustoso.
Croquetas de la abuela, caldos caseros, receta tradicional. La industria alimentaria abusa de la nostalgia para colarnos productos mediocres.
No hay ley que impida llevar un plato de un país a otro. Por eso hoy preparamos el arroz más famoso de Italia con un caldo tom yum y otros ingredientes típicos de la cocina thai.
Engordamos un fondo vegetal triturando setas, verduras y un fruto seco con resultados erótico festivos y una textura muy parecida al tradicional caldo de ramen (pero sin ningún cerdo de por medio).
La sopa japonesa más adictiva tiene una versión que te permite tomarla en una noche tropical y vivir para contarlo. Un caldo ligero, fideos y unos cuantos ingredientes más y recibirás un merecido 'dōmo arigatō'.
Con esta sencilla técnica de cocción conseguiremos un arroz suelto, al punto y con todo el sabor del caldo. El rape y los langostinos son sustituibles en función de lo que ofrezcan la pescadería y la temporada.
Ha pasado de ser un plato habitual a una rara avis en cartas y menús, pero siempre podemos prepararla en casa con un buen caldo como base, trocitos de pescado para darle vidilla y pan, pasta o arroz.
Cafés recalentados, tomates "engusanados", instrumentos de cocina que parecen de tortura y posesiones demoníacas en el caldo: el primer consultorio del año parece una peli de miedo.
De los "pasteles de caldo" del XVIII al cubo Maggi, pasando por el concentrado de carne: ésta es la historia de los productos que más rápido se cocinan, más tiempo duran y menos espacio ocupan.
Con la misma técnica que usaríamos para hacer un arroz seco podemos preparar muchos otros granos: este pilaf de quinua, elaborado con un buen caldo y algo de canela para darle sabor, es la prueba definitiva.
Croquetas, estofados, legumbres, albóndigas y caldos concentrados: si crees que el congelador solo sirve para aparcar lo que te da pereza cocinar, es que lo estás usando regular (o directamente mal).
Celebramos las semanas en las que coinciden la temporada de espárragos y alcachofas con este arroz, al que dan valor añadido un caldo elaborado con los excedentes de las verduras y un allioli a medio ligar.
Las fabes con almejas están muy bien, pero hay muchas otras maneras de combinar legumbres y mar. Hoy apostamos por las judías carillas con un caldo rápido asiático aromatizado con algas.
Un escabeche con menos caldo que un brownie, unas alubias crujientes que no crujen y unos rollitos de canela con el volumen de un folio: no ha sido un mes fácil para la Defensora del Cocinero.
El primer consultorio de 2021 llega con leyendas sobre los fitoestrógenos, pizzas con fistros vaginales y heterocuriosos que preguntan por el caldo. Como si fuera 2020, vaya.
Una preparación que admite casi cualquier tipo de pescado o marisco con patatas guisadas, regadas por un caldo espeso y sabroso y rematadas con una picada de ajo y frutos secos: un lujo marinero sin dejarse el sueldo.
Ningún niño real ha sufrido durante la preparación de estos filetes de ternera enrollados con un relleno de panceta, queso y mostaza, guisados en una deliciosa salsa a base de caldo de carne concentrado.
La base de este plato es el caldo de pollo, en el cual se cuece arroz durante mucho tiempo para que suelte almidón. Las variedades carnaroli o arborio, muy usadas en risottos, son ideales para espesar ligeramente esta sopa