Patatas gratinadas: un clásico para disfrutar sin culpa
No es el plato más ligero de la historia, pero si lo combinas con una ensalada, el ‘gratin dauphinois’ es placer cremoso en estado puro
Patata cortada en finas láminas. Lácteos en casi todas sus versiones: leche, nata y mantequilla. Un ligero toque de ajo y tomillo para subir el sabor. Todo bien gratinado. ¿A quién no le va a gustar un gratin dauphinois? Este clásico francés no ganará el premio internacional al plato más ligero de la historia, pero es mano de santo para esos días tontos en los que necesitas una buena dosis de hidratos de carbono bañados en crema. Además, siempre lo puedes acompañar de una ensaladita para refrescar, o servirlo como una simple guarnición para unas verduras, un pescado o una carne.
Típico de la antigua región de Dauphiné (Delfinado), en el sureste de Francia, el gratinado tiene otra virtud importante además de su capacidad para dar placer: es sencillísimo de preparar y está al alcance del cocinero más zarpas. El único esfuerzo que te exigirá es el corte de las patatas, que será más fácil si dispones de una mandolina. Si no tienes, no llores: también podrás cortarlas con un cuchillo. Mira cómo se hace todo en el vídeo de arriba.
Ingredientes
Para 4 personas
- 800 gramos de patatas Monalisa o agria
- 3 dientes de ajo (2 para la leche y otro para la bandeja)
- 400 ml de leche entera (a poder ser fresca)
- 250 ml de nata para montar (35 % MG)
- 20 g de mantequilla
- Nuez moscada
- Pimienta negra
- Sal
Instrucciones
Calentar el horno a 180 grados.
Poner a calentar en un cazo la leche y la nata a fuego medio-bajo. Añadir el tomillo y dos dientes de ajo pelados y aplastados con el lado de un cuchillo. Hay que vigilar que no se desborde cuando hierva: en ese momento, bajar el fuego al mínimo.
Pelar las patatas y cortarlas en láminas de unos dos milímetros aproximadamente con un cuchillo o con una mandolina.
Frotar una fuente de horno mediana con el otro diente de ajo cortado por la mitad. Engrasarla después con mantequilla.
Repartir una capa de patatas superponiéndolas ligeramente (ver vídeo). Salpimentar y añadir una pizca de nuez moscada. Repetir el proceso hasta que se acaben las patatas.
Verter por encima de las patatas la mezcla de leche y nata, pasándola por un colador.
Añadir unos trocitos extra de mantequilla por encima para que gratine mejor.
Hornear durante una hora y cuarto aproximadamente. Comprobar que las patatas estén bien tiernas pinchándolas con un cuchillo. Dejar que repose 10 minutos y servir.
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