Ocho recetas de verduras que no son un castigo
El 2021 ha sido declarado por la FAO como el Año Internacional de las Frutas y Verduras. Qué mejor para festejarlo que varios platos festivos elaborados con estos sanos alimentos.
Pasadas las fiestas volvemos a la casilla de salida y, aunque a lo mejor eres de los que este año ha pasado del pollo relleno y ha disfrutado de unos huevos fritos con patatas en los días señalados, lo cierto es que con el inicio del año siempre nos planteamos propósitos para comer mejor. Si tienes en su lista de ‘pendientes’ comer más verduras, estás de enhorabuena porque 2021 ha sido declarado por la FAO como el Año Internacional de las Frutas y las Verduras. Por eso queremos proponerte que las incluyas en la comida y en la cena, cada día, y te animamos a que las tengas más presentes en tu cocina.
No te dejes llevar por la creencia popular de que las verduras son aburridas, sosas o que suponen un castigo por haber cometido un pecado capital. La diferencia de sabores y texturas que nos ofrece cada temporada dan para comer variado y sabroso en todas ellas, más allá de hervidos y ensaladas verdes. Aquí te dejamos ocho recetas de verduras que no son un castigo y que te permitirán volver a la rutina de una forma sencilla, sana y deliciosa.
CREMA DE PIMIENTOS DEL PIQUILLO Y ALUBIAS BLANCAS
Esta es una receta que puedes hacer en un plis plas con productos envasados de calidad (o en un par de hora, si te animas a cocinarlos tú). Como imaginamos que tiempo no es lo que precisamente te sobra, aquí te dejamos la versión rápida de esta receta. Sofríe una cebolla picada en aceite de oliva. Añádele un diente de ajo picado y entre ocho y 10 pimientos del piquillo, también picados. Incorpora unos 400 g de alubias blancas cocidas y bien escurridas y cubre con caldo vegetal, de pollo o agua. Lleva a ebullición y deja que hierva unos 10 minutos.
Pasado el tiempo de cocción, tritura hasta obtener una crema de textura suave, salpimienta y sirve con un poco de perejil. Si quieres darle un toque especial, ponle un poco de mozzarela y albahaca por encima, unas migas de bacalao desalado o un poco de jamón picado y pasado por la sartén a fuego lento, hasta que quede crujiente, y verás qué cosa más rica.
MILHOJAS DE CALABACÍN Y CREMA DE ESPINACAS
Esta es una receta que encantará a los más pequeños (vale, y a los mayores también). Prepara una salsa de tomate tradicional, sofriendo un poco de cebolla y ajo en aceite de oliva y añadiendo dos latas de tomate natural triturado. Lleva a ebullición y deja que se cocine unos 30-40 minutos, semitapado y removiendo de vez en cuando. Mientras tanto, corta un par de calabacines en lonchas longitudinales con ayuda de una mandolina o un cuchillo bien afilado. Márcalos en la sartén a fuego vivo y reserva.
Por otro lado, saltea unos 400 g de espinacas picadas hasta que se hayan reducido bien. Retira el exceso de agua y mézclalas con 200 g de ricota. Salpimienta y añade un poco de nuez moscada al gusto. En un recipiente apto para horno, ve colocando capas de calabacín y crema de espinacas. Cubre con la salsa de tomate y hornea a 200ºC unos 15 minutos. Puedes añadir un poco de parmesano rallado por encima si quieres una costra gratinada crujiente.
ENDIVIAS GRATINADAS CON JAMÓN Y BECHAMEL
Seguimos con la estupenda técnica de gratinar las verduras para quienes lo verde les tira para atrás. Ya sea con un poco de queso, con bechamel o ambos, lo cierto es que la cremosidad de la salsa y el umami y salado del queso ayudan a camuflar el amargor que tienen muchos vegetales, como es el caso de las endivias.
Las endivias amargan y eso tira a muchas personas para atrás, por eso entran mucho mejor con una salsita de roquefort y nueces o gratinadas con bechamel y queso. Si quieres hacer el gratinado más ligero, puedes preparar la bechamel con aceite de oliva en lugar de mantequilla y utilizar una mozzarela de calidad en lugar de un queso más graso, como emmental, comté o pecorino. Sobre el jamón, ya que lo vas a utilizar, compra uno de buena calidad y evita esos que son amalgamas de grasas y féculas.
Prepara la bechamel y, una vez la tengas hecha, coloca las endivias previamente cocidas y envueltas en el jamón cocido, en una bandeja apta para el horno. Cubre con la bechamel, añade el queso por encima y gratina, ya verás qué cosa más rica. Si quieres ver más detalles, tienes la receta aquí.
COLES DE BRUSELAS SALTEADAS CON BONIATO Y PARMESANO
Las coles de Bruselas son el coco de las verduras: en el imaginario colectivo se suceden imágenes terroríficas de estas pequeñas crucíferas excesivamente cocidas amenazando los paladares de niños y mayores, que dejan un producto pestilente, de un color nada agradable y que se deshacen con solo mirarlas.
Si quieres retomar tu relación con ellas, prueba a prepararlas con esta propuesta. Por un lado, corta boniato a bastones y hornéalo unos 20-25 minutos con un poco de aceite de oliva y sal. Mientras tanto, retira las hojas externas más duras de las coles de Bruselas, córtalas por la mitad y dóralas en una sartén, fuego vivo, con un poco de aceite.
Cuando el boniato esté hecho, añádelo a las coles de Bruselas, y saltea un par de minutos más. Salpimenta y sirve el salteado con perejil picado abundante y unas lascas de parmesano por encima. Ya verás cómo te reconcilias con la más pequeña de la familia brassica.
VERDURAS ASADAS CON GARBANZOS Y PESTO DE HOJAS DE ZANAHORIA
Asar verduras es una de las costumbres que deberías adquirir, si es que no lo has hecho ya, para facilitarte la vida y asegurarte una alimentación más saludable. Para esta receta, selecciona zanahorias, cebolla, pimiento rojo y calabacín (o las verduras que más te gusten). Tras limpiarlos, pela la zanahoria y la cebolla y córtalos a tiras más o menos iguales, de un dedo de grosor. Salpimenta, añade un chorrito de aceite de oliva y hornea a 200ºC durante 20-30 minutos. Añade los garbanzos y hornea otros 10 minutos más.
Mientras las verduras están en el horno, prepara un pesto con las hojas de las zanahorias, un diente de ajo, un puñado de almendras, dos o tres cucharadas soperas de parmesano, un chorrito de zumo de limón y aceite de oliva abundante. Tritura todo y sírvelo con las verduras y los garbanzos asados.
ESCABECHE DE VERDURAS
¿Escabeche de verduras? Por supuesto. El escabeche es una técnica que permite la conservación de los alimentos y que puede aplicarse perfectamente a las verduras, no solo a los mejillones, las sardinas, el bonito o a las perdices.
Hacer escabeche es bastante sencillo, simplemente has de mantener cierta proporción entre el vinagre y el aceite. Tradicionalmente se utiliza una parte de vinagre por tres de aceite, pero si te parece demasiado fuerte, puedes bajar la proporción de ácido a tu gusto. Una vez tienes la mezcla de vinagre, aceite y especias que deseas, añade las verduras – que habrás cortado a un tamaño similar - y cuécelas unos 30 minutos.
En esta receta te damos las claves para preparar un escabeche suave de verduras en el que puedes usar las que estén de temporada.
TALLARINES DE CALABACÍN CON SALSA DE CACAHUETE
Es posible que pienses que esto de hacer espaguetis o tallarines con algunas hortalizas ya se ha pasado de moda, pero esta forma de preparar verduras es tan original y funciona tan bien con grandes y pequeños que no podemos dejar de incluirla en una lista de recetas de verduras que no son un castigo.
Para hacer los espaguetis de calabacín necesitarás un espiralizador, un pequeño artilugio que le sacará punta a tu calabacín para convertirlo en largos filamentos. Es muy aconsejable dejar reposar el calabacín una vez convertido en tallarín en un colador con un poco de sal para que suelte el agua y no nos queden aguados una vez los cocinemos.
La clave, además de dejar que suelten el agua, es saltearlos brevemente a fuego potente en un wok. Añádeles unos tomates cherry partidos por la mitad y sirve con un poco de cebolleta picada y una salsa de cacahuete que habrás preparado con dos cucharadas soperas de mantequilla de cacahuete, tres de zumo de lima, dos de miel, dos de salsa de soja y una de aceite de oliva. Decora con un poco de cilantro fresco y listo.
TORTILLA DE COLIFLOR
Uno de mis últimos vicios es la tortilla de coliflor. Aunque la tortilla de patatas siempre tendrá un rincón especial en nuestro corazón, la tortilla de coliflor es una alternativa menos calórica y más limpia de preparar. Corta la coliflor en arbolitos pequeños del mismo tamaño y cocínalos al vapor, ya sea en una vaporera -unos ocho minutos- o al microondas (con unos tres será suficiente). Cuando esté al dente, pásala a un colador por si suelta algo de agua. Mientras tanto, en una sartén sofríe un par de ajos picados, añade la coliflor y deja que se dore ligeramente.
Una vez la tengas lista, procede igual que lo harías con una tortilla de patatas: mézclala con el huevo batido, añade sal al gusto y cocínala vuelta y vuelta hasta que el huevo cuaje a tu gusto. Si quieres que la tortilla de coliflor gane enteros, añade una pizca de nuez moscada cuando añadas la sal, ya verás qué rica.
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