Sopa de verduras fácil para recuperarse después de las fiestas

Cuando acaba la Navidad, siempre me imagino a mi estómago como un pobre desgraciado al que le han pegado la paliza de su vida. Por mucho que intentes practicar la moderación en las fiestas y no comportarte como un tragaldabas, la inevitable avalancha de aperitivos, canapés, pavos, corderos, turrones, panettones, roscones, vinos y copas te pasa por encima como una manada de ñus, y has de ser muy fuerte para no acabar con el aparato digestivo castigado.

Como ya hemos dicho en incontables ocasiones, las dietas detox, las depuraciones o los regímenes estrictos no solo no sirven para nada en estos momentos, sino que pueden ser directamente contraproducentes. Lo que tiene más sentido es una vuelta suave a la normalidad, con platillos suaves y confortables que el cuerpo agradezca, como nuestra sopa de hoy. Es un clásico de supervivencia para el invierno, para el que no necesitas más que un caldo decente, unas cuantas verduras y, si quieres, unos fideos u otro tipo de pasta para sopa. No te curará la depresión tonta posvacacional, pero te hará recordar que hay pequeños placeres por los que quizá valga la pena vivir. Mira cómo se hace en el vídeo de arriba.

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