Ocho guarniciones sanas y deliciosas para la Navidad
¿No sabes con qué acompañar esa carne, ave o pescado que prepararás en Nochebuena? Encuentra inspiración en estas ocho guarniciones donde reinan los vegetales.
Llega la época de comilonas navideñas y, mientas aún decides qué vas a cocinar estas fiestas, nosotros queremos adelantarnos y darte algunas ideas para que puedas hacer de tu festín navideño un momento delicioso y, no por ello, menos saludable.
Tenemos que reconocerlo: cuando preparamos comida para celebraciones nos dejamos llevar por el momento y es fácil que la mano se nos queda larga con las cantidades de carne -o pescado- y corta con las opciones vegetales. Por eso te queremos hacer este regalo para tu menú navideño: ocho guarniciones riquísimas y saludables que te ayudarán a poner el contrapunto a esa pierna de cordero asada a fuego lento durante cuatro horas.
Cogollos de lechuga con salsa de tahina y alcaparras
Podría verse esta ensalada como una versión de la César, pues la combinación de las alcaparras, el parmesano y los crostones recuerdan a la famosa receta. Combina perfectamente con aves y pescados y puede jugar el papel de un entrante si la acompañas de unos huevos mollet, por ejemplo. Toma 2-3 cogollos de lechuga y córtalos a lo largo, en cuartos. Ponlos en un bol con agua para retirar posibles restos de tierra y luego deja que escurran en un colador. Mientras tanto, prepara la salsa poniendo en el vaso de la batidora 60 g de tahina, 60 ml de agua tibia, una cucharada sopera de aceite de oliva virgen extra, otra de zumo de limón, otra de alcaparras, un diente de ajo pelado, una cucharadita de postre de mostaza de Dijon y media cucharadita de postre de azúcar. Tritura todo hasta obtener una salsa más o menos homogénea. Prueba y corrige la textura con un poco más de agua si la quieres más líquida. En una sartén, calienta una cucharada sopera de aceite de oliva y saltea unos crostones de pan, hasta que estén dorados. Sirve los cogollos en un plato, con los crotones por encima, unas lascas de parmesano y aliñada con la salsa de tahina y alcaparras.
Puré de patatas con ajo asado
El puré de patatas es siempre un acierto, sobre todo cuando hay aves, carnes y caza en la mesa. Otra opción es ponerle un huevo pochado encima, con un chorrito de aceite de oliva virgen extra y sal en escamas. Precalienta el horno a 180ºC. Coge una cabeza de ajos y ábrela ligeramente, pero sin separar los dientes de la base. Ponlo sobre un trozo de papel de aluminio que permita cubrirlo bien, añade un chorrito de aceite de oliva antes de envolverlo y hornea una hora* (recuerda que puedes aprovechar que tienes el horno encendido para hornear otros alimentos). Sácala del horno cuando esté lista y deja que se enfríe. Mientras tanto, hierve un kg de patatas, peladas y cortadas a cuartos, en abundante agua salada durante 20 minutos. Cuela y pon las patatas en un bol limpio, junto con la mitad de los dientes de ajo pelados, la mantequilla, la leche, y sal al gusto. Aplasta con un tenedor o un machacador de patatas -más recomendable-, aunque también las puedes pasar por un rallador de agujero grande. Prueba el puré y ajusta de sal, ajo asado, mantequilla y/o leche si fuese necesario**. Añade pimienta al gusto, decora con un poco de cebollino picado y sirve.
*Este paso lo puedes hacer con antelación. El ajo asado lo puedes guardar en la nevera, dentro de un recipiente hermético bien cerrado, durante dos o tres días.
**Si te sobran dientes de ajo, los puedes utilizar para untar pan, añadirlos a purés de verduras, preparar un rico aliño o distribuirlos por encima de una pechuga de pollo a la plancha para darle más sabor.
Ensalada de zanahorias con pesto de menta
Permitidme el autobombo, porque esta es una receta que publiqué en mi blog hace dos inviernos y que me encanta ya que, además de vistosa, es muy fácil de preparar y queda estupendamente acompañando carnes asadas, como cordero o cerdo. Pela tres o cuatro zanahorias hermosas; si las puedes conseguir de diferentes colores, mejor, quedará el plato más alegre. Con el mismo pelador, ve haciendo láminas de zanahoria, aunque también puedes usar una mandolina, si tienes. Prepara el pesto poniendo en el vaso de una batidora cinco cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra, tres cucharadas soperas de parmesano rallado, dos puñados de piñones tostados, un cuarto de ajo sin germen (si eres valiente, pon más), las hojas de tres ramas de menta, unas gotas de limón y sal al gusto. Tritura bien hasta obtener una mezcla más o menos homogénea. Distribuye la zanahoria en una bandeja y añádele unas rodajas finas de aguacate y cebolla roja. Aliña con el pesto, un poco de sal en escamas y listo.
Judías verdes al limón con Grana Padano y almendras
Las judías verdes son la eterna guarnición, ya sea de carnes o pescados. Prepararlas en su punto no es complicado, simplemente tienes que aplicar un tiempo de cocción corto y pararla inmediatamente, para que no se sigan haciendo y queden blandurrias. Limpia unos 400 g de judías verdes, pasándolas bien por agua corriente. Quítales las puntas, si son leñosas, y pártelas en dos o tres trozos. Preparar un bol con agua y hielo. Pon abundante agua salada a hervir y, cuando rompa el hervor, añade las judías. Deja que hiervan a fuego moderado, destapadas, unos tres o cuatro minutos. Apaga el fuego inmediatamente, cuélalas y corta la cocción con el baño de agua helada. Vuelve a colar y deja que escurran bien. Calienta una nuez de mantequilla en una sartén grande y saltea las judías a fuego fuerte, dejando que se doren ligeramente. Añade el zumo de medio limón, cuatro cucharadas soperas de Grana Padano rallado -parmesano o pecorino también le va bien-, unas almendras tostadas partidas, apaga el fuego y sirve.
Champiñones y berza a la crema
Puedes servirlo de guarnición, en boles, o directamente cubriendo carne, pescado o tofu. La berza (también es conocida en el mundillo moderno por su término inglés, kale) está de temporada y es buen momento para aprovecharnos de sus cualidades en la cocina. Si no tienes berza, la socorrida espinaca hará las veces de elemento verde en esta deliciosa guarnición. Limpia bien 400 g de champiñones y córtalos a cuartos. Pica media cebolla y dos dientes de ajo y saltéalos en aceite de oliva y una pizca de sal. Cuando empiecen a dorarse ligeramente, añade los champiñones, unas hojitas de tomillo frescas y continúa salteándolos. Añade 100 ml de vino blanco para desglasar (o de caldo de verduras) y cocina hasta que se evapore la mitad del líquido. Añade cuatro o cinco tomates secos en aceite, bien escurridos y picados a trocitos pequeños, junto con dos o tres puñados de berza troceada. Saltea un minuto y añade 200 ml de nata para cocinar. Deja que hierva a fuego lento dos o tres minutos para que espese un poco la salsa, apaga el fuego, prueba y salpimienta si fuese necesario.
Calabaza y manzana salteadas con romero
La calabaza y la manzana, tan de temporada en fechas navideñas, son el acompañamiento perfecto para una cena en la que la carne sea la protagonista. Si no comes animales, unos dados de tofu ahumado harán que esta guarnición pase a ser un plato único completísimo y delicioso. En una sartén grande, saltea una cebolla (pelada y cortada en trozos más o menos regulares) con una pizca de sal en aceite de oliva. Ve cocinándola hasta que esté translúcida, a fuego medio. Añade 500 g de calabaza cortada a dados de un tamaño no muy grande, que puedan comerse de uno o dos bocados y continúa salteando. Incorpora las hojas picadas de una ramita de romero y una pizca de sal. Sigue salteando hasta que la calabaza esté tierna. Retira de la sartén y añade ahora una nuez de mantequilla. Saltea dos manzanas sin pelar, cortadas a trozos similares que la calabaza, hasta que tengan un tono ligeramente dorado. Añade la ralladura de un limón y su zumo. Reincorpora la calabaza a la sartén y mezcla todo bien. Si no te cabe, mézclalo todo en un bol y sirve. Puedes prepararlo con antelación y luego calentar con un golpe de horno.
Coliflor asada cacio e pepe
Esta combinación con queso (cacio) y pimienta (pepe), inspirada en la famosa receta de pasta es absolutamente deliciosa. Asegúrate de que le pones bien de pimienta para que quede ligeramente picantita, pero sin pasarte. Hará las delicias de carnes, pescados e incluso legumbres cocidas. Precalienta el horno a 220ºC. Mientras tanto, rompe en arbolitos pequeños una coliflor mediana y ponlos en un bol grande. Añádele 3 cucharadas soperas de aceite de oliva y una pizca de sal. Mezcla bien para que la coliflor quede bien cubierta de aceite. Ponla en una bandeja de horno, sin que quede apelotonada, y hornea durante 15-20 minutos, dándole la vuelta a mitad de tiempo más o menos. Con cuidado de no quemarte, esparce por encima tres cucharadas soperas de pecorino rallado y pimienta al gusto. Devuelve la bandeja al horno y hornear tres minutos más, para que el queso se dore y sirve de inmediato.
Hummus de cebolla caramelizada
El hummus es el aperitivo ideal para compartir, pero también puede ser una guarnición deliciosa cuando tuneamos su sabor con otros ingredientes. La cebolla caramelizada le da un puntito dulce que combina a la perfección con carnes asadas. También puedes convertirlo en un plato único combinándolo con achicoria a la brasa, pues su amargor combina muy bien con el dulce de la cebolla, unos germinados, aceite de oliva virgen extra, sal en escamas y nuez moscada. Para hacer el hummus de cebolla caramelizada, toma una cebolla hermosa y córtala a láminas. Puedes seguir el proceso de caramelización tradicional que expliqué en la receta de crema de cebolla caramelizada, o utilizar un atajillo añadiendo una cucharada sopera de miel. Para ello, calienta tres cucharadas soperas de aceite de oliva y añade la cebolla con una pizca de sal. Cuando empiece a estar transparente, añade la miel y cocina hasta que esté blanda, controlando que no se queme. En el vaso de una batidora, pon 400 g de garbanzos cocidos, bien escurridos, un diente de ajo, la cebolla caramelizada, 100-150 ml de agua, un diente de ajo pelado, el zumo de un limón, sal y comino al gusto. Tritura todo hasta que quede una mezcla homogénea y fina. Si quieres controlar la textura, ve añadiendo el agua poco a poco, hasta que tenga la consistencia que más te guste.
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