‘Sunomono’, la ensalada japonesa de pepino fácil, fresca y multiusos
El icono de la cocina nipona se prepara con ingredientes fáciles de encontrar, tiene un punto crujiente adictivo y puede añadirse a muchísimos platos, bocadillos o cremas frías
A medio camino entre la ensalada y un encurtido con la suavidad del vinagre de arroz, el sunomono es un entrante o acompañamiento japonés que podemos preparar en casa sin mucha complicación -sobre todo si tenemos una mandolina-, ya que no requiere fermentación ni procesos largos, como los banchan coreanos, entre los que destaca el popular kimchi.
Lo ideal es usar pepinos de tamaño pequeño, piel fina y no demasiadas semillas, como los persas, japoneses o ingleses, ya que los vamos a usar enteros. Si se te complica encontrarlos, usa el pepino que tengas más a mano, quitándole la mitad de la piel a tiras y las semillas con una cuchara. No tendrá exactamente el mismo aspecto del sunomono que prepara la abuela tokiota más longeva desde hace un siglo; pero estará igual de bueno, que es lo importante.
El aceite de sésamo es opcional, pero ayuda a que su sabor penetre en el pepino sin tener que poner las semillas antes, ya que se quedarían blandas en el proceso de macerado. Puedes ajustar todos los condimentos a tu gusto -yo suelo poner un poco más de vinagre y casi nada de azúcar- y añadir otros como chile o algas, si los tienes a mano y te gustan. Al cabo de un par de horas ya se notará el aliño, que irá subiendo con el tiempo. Comerlo en diferentes momentos, viendo como evolucionan tanto el sabor como la textura del pepino, forma para mí parte del placer de comer este plato, por eso nunca hago menos de un kilo (que además desaparece más rápido de lo que puedas imaginar).
Cuando tengas tu sunomono listo puedes usarlo como acompañamiento de cualquier plato, servirlo sobre un arroz aliñado como para preparar sushi con unos daditos de pescado crudo, en una ensalada campera o de pasta y ponerlo en bocadillos o tostadas. Como ya está marinado -no te olvides del juguito que queda al fondo-, también puedes usarlo para hacer sopas y cremas frías que estarán sabrosas al momento. Triturando cuatro cinco o seis cucharadas generosas con su aliño, dos yogures naturales y unos 250 o 300 mililitros de agua fría hasta conseguir una crema fina, tendrás un entrante rápido para dos o tres personas, que puedes rematar con una cucharada de sunomono en el centro de cada plato, cebolleta, sésamo o aceite picante al gusto.
Tiempo: 35 minutos
Dificultad: La de cortar el pepino fino (y esperar a que macere y coja saborcito sin comértelo antes).
Ingredientes
Para unos 750 gramos
- 1 kilo de pepinos (ver introducción)
- Sal
- 1 cucharada rasa de azúcar
- 4 cucharadas de vinagre de arroz (o mitad vinagre de manzana, mitad agua fría)
- 2 cucharadas de salsa de soja
- Semillas de sésamo tostado
- 1 chorrito de aceite de sésamo (opcional)
Instrucciones
Lavar los pepinos, quitarles las puntas y cortarlos en rodajas lo más finas posibles (si se usa mandolina, a mí me parece ideal la posición dos).
Pasarlos a un bol y repartir bien dos cucharaditas de sal, haciendo un pequeño masaje para que quede bien repartida y penetre en el pepino. Dejar reposar unos 10 o 15 minutos.
Pasar los pepinos a un escurridor, enjuagarlos con agua fría para eliminar la sal y apretarlos para eliminar el máximo líquido posible. Dejar 10 minutos más, apretando un par de veces en el proceso.
Pasar a un táper o bol con tapa y aliñar con la salsa de soja, el vinagre, el azúcar y el aceite de sésamo (opcional). Dejar reposar en la nevera al menos un par de horas o de un día para otro, y servir con sésamo tostado por encima.
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