Nueve platos internacionales y uno español para comer bien mientras ves Eurovisión

Eurovisión es una fiesta en la que los países se hermanan a través de la música, un armónico evento en el que conviven culturas diferentes, el único escenario que comparten metaleros, cantantes de pop insulsos y folclóricos. Eurovisión es Portugal demostrando su cariño al pueblo español año tras año, trajes horteras, canciones pegadizas, recuerdo de lecciones de geografía, 12 puntos, La, la, la, Conchita Wurst, fuegos artificiales cual romería de pueblo, luces no aptas para epilépticos y bailarines con sonrisas de anuncio dental. Un festival de canciones, sí, pero también mucho más.

En El Comidista siempre hemos procurado que nuestros lectores disfruten del certamen acompañados de un menú ideado para la ocasión. Durante varias ediciones hemos recopilado recetas ya publicadas para amenizar lo larga que es la gala difundir la gastronomía de los países participantes. Y como no podía ser de otra forma, en este 2023 volvemos a proponeros recetas facilonas y sabrosas para que no te irrites tanto cuando Moldavia se olvide de darle un mísero punto a España o cuando cante Australia en un concurso que empieza por “Euro”.

Nota del autor: tengo tanta idea de Eurovisión como del ciclo de vida del zarapito real, así que los comentarios que vierto a continuación sobre las canciones y artistas de este año carecen de fundamento. Todo lo que digo es por la chanza y el jijijajá.

Ucrania: borsch

La nación ganadora del pasado certamen se presenta este año con una canción del dúo Tvorchi, el único grupo con nombre de Pokémon de esta edición. Para cuando te toque escuchar al solista vestido de Ferrero Rocher recién planchado, hemos pensado que iría genial un buen borsch. Esta sopa de remolacha es típica de los países eslavos, aunque en Ucrania es “donde existe un mayor número de variantes regionales y donde se consume más masivamente”, tal y como cuenta Mireia Font. Los ingredientes principales, además del mencionado tubérculo, son la patata, la zanahoria, el apio, la cebolla, el ajo, el tomate, el repollo, el caldo de ternera y especias como el laurel o la alcaravea. Lo mejor es que se elabora con la gorra: saltear, cocer y triturar.

Italia: piadinas de Emilia-Romaña y arancinas de pistacho y mortadela

Después del éxito de los rockeros de Måneskin hace dos años, Italia apuesta esta vez por una canción tranquilita interpretada por un antiguo miembro de la Guardia de la Noche. Si quieres hacer algo más digerible este tema, puedes preparar unas piadinas o unas arancinas. Las primeras consisten en unas sencillas tortas elaboradas a partir de harina de trigo, agua, sal y manteca de cerdo o aceite de oliva a las que puedes añadir lo que quieras (aunque lo habitual es poner prosciutto curado, queso fresco de Emilia-Romaña -squacquerone- y rúcula). Por su parte, las arancinas son una especie de croquetas de arroz típicas de Sicilia, que en el caso de nuestra receta rellenamos con mortadella italiana y Arzúa Ulloa.

Alemania: ensalada alemana de pepino

La última clasificada en la final de 2022 quiere resarcirse con el grupo Lord of The Lost, cuyos miembros parecen primos de Marilyn Manson recién llegados al carnaval de Tenerife. En cuanto a nuestro menú eurocomidista, al país germano lo representa una ensalada de pepino. Según recomienda Miriam García en su receta, para que quede fetén hay que cortar esta hortaliza bien fina, y ya luego aliñarla y dejarla marinar cuatro horas con crema agria, vinagre blanco, azúcar, sal y eneldo fresco picado.

Portugal: francesinha portuguesa

De la canción que llevan nuestros hermanos ibéricos solo diré que la melodía parece que se va arrancar en cualquier momento por A quién le importa lo que yo haga, el mítico tema de Alaska y Dinarama. Y como Eurovisión es solo una vez al año, qué mejor que celebrarlo con un emblema del gocherío empapuzante: la francesinha. Este bocadillo va relleno de filete o lomo, salchicha, jamón y linguiça, “un embutido de cerdo con pimentón similar al chorizo”, tal y como explica Ana Vega Biscayenne. Para darle aún más contundencia, se le añade queso y una salsa picante elaborada con piri-piri, cerveza y tomate. Tras devorarlo, un lingotazo de Almax y a disfrutar de la velada musical.

Grecia y Chipre: dakos

Seguimos con las recetas con pan, aunque esta es mucho menos grasienta: un plato típico de Creta llamado dakos. Este aperitivo consiste en una tosta de pan de cebada con tomate, queso feta, aceitunas negras, orégano y aceite de oliva. Habría sido un bocado ideal para ver la actuación de Victor Vernicos, cantante de polito y camiseta básica de algodón en un concurso en el que la ropa del Desigual sería tachada de clásica, pero por desgracia -o no- Grecia cayó en la segunda semifinal. Siempre nos quedará un país hermano donde también se toma el dakos, Chipre, que cuenta con el adonis Andrew Lambrou como representante.

España: esgarraet

Me parece alucinante que este año se pueda gritar de forma coherente “¡Viva la Blanca Paloma!” en dos sitios tan antagónicos como Eurovisión y la romería del Rocío. Mientras Eaea se corona como la mejor canción del certamen -algo que solo ha conseguido España dos veces: en 1968 y 1969- puedes picotear un poco de esgarraet, un plato que se prepara con bacalao desmigado, pimientos asados, ajo y aceite de oliva (hay quien pone también aceitunas negras o piñones como guarnición). Una receta sencilla, de origen campesino y muy extendida en los bares de la Comunidad Valencia, donde nació precisamente Blanca Paloma (la cantante, no la virgen).

Noruega: salmón curado

Este país nórdico ha llevado al concurso una canción con un videoclip bastante críptico e indescifrable: a su lado las líneas de Nazca son Teo va al parque. Misterios aparte, en este caso hemos escogido uno de los símbolos de la gastronomía de Noruega: el salmón. En la guía que recuperamos para este artículo, Claudia Polo te enseña a curar este pescado, tanto en su forma básica como tuneándolo. Además, propone varias elaboraciones en las que integrarlo, como en una ensalada con calabacín y rúcula, en un bol con arroz o trigo cocido, berenjenas agridulces y un toque de picante, en un bocadillo o como relleno de crepes.

Francia: bizcocho salado de tomate seco y anchoas

La nación vecina ha apostado por un tema que a partir del estribillo suena a hilo musical del Pull and Bear. Echo en falta un “búscame por ahí a ver si queda de la L” en mitad de la canción. Pero en fin, ellos sabrán. Nosotros teníamos claro que para esta recopilación recetera queríamos incluir este bizcocho salado de tomate seco y anchoas, porque en Francia esta elaboración no tiene por qué ser dulce. La masa se prepara con harina, huevos, mantequilla derretida o aceite, y a veces leche, incluyendo trozos de los ingredientes de cada uno prefiera (en nuestro caso, dos toppings con sabores bien intensos: tomates secos y anchoas).

Reino Unido: tarta Banoffe

Bueno, bueno, bueno: no había visto a la representante de Reino Unido en Eurovisión y resulta que es Rosalía con un C2 en inglés. El videoclip, las uñas, los chándales noventeros… Nada, los amigos británicos se nos han adelantado. Al menos nos queda el consuelo de comer de postre una tarta Banoffe, que se elabora de manera muy sencilla con capas de galleta, nata, plátano y dulce de leche. Lo único complicado de la receta es que no se te corte la nata, el resto es cortar, mezclar y montar. Trá-trá.

Suecia: semla

Para rematar el evento, un dulce tradicional sueco muy de moda en las cafeterías hipsters de España: el semla. La masa de este bollo suave se elabora con harina, huevos, leche, mantequilla, levadura, cardamomo y sal (la paciencia también debería aparecer en la lista de ingredientes). Cuando ya se ha horneado, se rellena con una crema de almendra y nata. Un fin de fiesta a la altura de la probable ganadora de esta edición de Eurovisión, Loreen, que repite después de llevarse el micrófono de cristal a Estocolmo en 2012 con Euphoria. Si es que las apuestas aciertan, que en este delirante festival nunca se sabe.

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