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Bizcocho salado de tomate seco y anchoas

En Francia esta elaboración no tiene por qué ser dulce ni para la merienda: de hecho la versión con sal es muy popular en las cenas de picoteo. Lleva una base de harina, huevos, mantequilla o aceite, y los tropezones que quieras.

Un raro ejemplar de bizcocho salado
Un raro ejemplar de bizcocho saladoMIRIAM GARCÍA
Miriam García

Quizás a muchos os sorprenda el concepto de bizcocho salado, pero es un picoteo/aperitivo/comida ligera muy conocido en Francia. No he conseguido rastrear el origen ni el momento en el que en el país vecino se empezaron a añadir ingredientes salados a una masa de bizcocho tipo cake, rectangular; pero, oye, brindemos por ello. Quizá no tenga ningún fundamento mi teoría, pero a mí este alarde de fantasía me suena a años 60 o 70 del pasado siglo. Si alguien tiene noticia de cómo empezó este tropezonismo salado, que se manifieste: es por una buena causa.

En origen lo que llamaban cake en Francia era, como en el país de origen de la palabra, una elaboración pastelera en forma de paralelepípedo, que se hacía en un molde de paredes altas. Con el tiempo este concepto evolucionó a variadas recetas tanto dulces como saladas; estas últimas fórmulas se pusieron de moda para los llamados apéritifs dînatoires, que vienen a ser una cena de picoteo (como la del señor del anuncio).

Un bizcocho salado se hace con una base de harina, huevos, mantequilla derretida o aceite, y en ocasiones leche, variando los tropezones al gusto de cada cual; son facilísimos de hacer, puesto que levan única y exclusivamente con levadura química. Cuentan los franceses que la versión más popular de bizcocho salado lleva jamón o panceta, queso rallado y aceitunas verdes o negras.

Encuentro que añadir algún fruto seco por encima del bizcocho aporta un punto crujiente muy muy agradable. En este caso he elegido piñones, pero si tu presupuesto te lo prohíbe, las pipas de calabaza o de girasol -que son bastante más económicas-, también dan un excelente resultado. Si no tienes molde rectangular, puedes usar esta misma masa para preparar magdalenas saladas, subiendo la temperatura a 190 °C y reduciendo el tiempo a 30-35 minutos.

Dificultad: Escasísima, si tienes un molde rectangular de bizcocho, una báscula y puedes permitirte pagar lo que cuesta encender el horno.

Ingredientes

Para un molde de 23 x 12 cm

  • 3 huevos
  • 120 ml de leche
  • 100 ml de aceite vegetal suave, oliva o girasol
  • 160 g de harina corriente
  • 12 g de levadura química
  • 50 g de queso parmesano
  • 75 g de anchoas
  • 125 g de tomates secos en aceite
  • 50 g de aceitunas verdes o negras
  • 25 g de piñones o pipas de calabaza o girasol

Instrucciones

1.
Preparar el molde rectangular engrasándolo con mantequilla y enharinando, o forrarlo con papel de hornear. Reservar.
2.
Poner el horno a calentar a 180 °C para que esté listo al acabar de preparar la masa.
3.
Pesar y medir todos los ingredientes. Si se usan los piñones, ponerlos a remojar en agua para que no se quemen en la cocción; las pipas no necesitan remojo.
4.
Cascar los huevos en un bol y mezclarlos con la leche, el aceite vegetal, la harina y la levadura, hasta obtener una mezcla homogénea.
5.
Rallar el queso y añadirlo a la masa anterior.
6.
Escurrir las anchoas, las aceitunas y los tomates secos de su líquido de conserva, y trocear al gusto, pero no demasiado menudamente.
7.
Añadir los tropezones anteriores a la masa de bizcocho y mezclar. Verter la masa en el molde preparado. Escurrir los piñones del agua de remojo y distribuirlos por la superficie, o las pipas si se prefieren.
8.
Meter el molde en el tercio inferior del horno, que debe haber alcanzado la temperatura indicada, y cocer el bizcocho 40-45 minutos solo con calor arriba y abajo y sin abrir la puerta, hasta que haya subido y esté dorado. Probar con una brocheta que esté cocido por el centro antes de sacarlo del horno: saldrá limpia si el bizcocho está listo. Si la brocheta sale manchada, proseguir el horneado otros cinco minutos.
9.
Sacar el molde, desmoldar el bizcocho con cuidado y dejar enfriar por completo, preferiblemente sobre una rejilla. Trocear y servir.

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Sobre la firma

Miriam García
Química y traductora de inglés de formación, gastrónoma por pasión desde el 2013. Divulgadora gastronómica y fotógrafa para marcas de alimentación o medios como El Comidista y 'Bon Viveur', profesora de cocina en la Escuela Alambique de Madrid, recetea en su blog 'El invitado de invierno' y en donde le lleve el viento, gastronómicamente hablando.

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