Pinchos de berenjena y anchoas
En ocasiones, la escasez de recursos favorece la inventiva culinaria. Y la diversión: cocinar con las cuatro cosas que agonizan en la nevera e ir improvisando sobre la marcha puede ser más estimulante que seguir una receta al pie de la letra. La contrapartida es en que nunca sabes si lo que va a salir estará bueno o tendrás que echárselo a los cerdos (es una expresión, no me refiero a tu familia).
Esta intriga la viví el día de la final de la Eurocopa, cuando me lancé a preparar unos pinchos para picar durante el partido. Unas berenjenas esperaban aburridísimas su turno en el cajón de las verduras, y decidí encebollarlas y aderezarlas con vino oloroso y vinagre. Se me ocurrió que contrastarían bien con unas anchoas, y así fue. No eran el canapé perfecto, porque la berenjena quedó un poco pastosa y demasiado dulzona por la cebolla. Pero nada que no se pudiera corregir en posteriores ediciones ajustando el punto de la primera y no caramelizando la segunda, sino friéndola para que coja un sabor más tostado.
El pincho admite múltiples variaciones: una base de tomate fresco o de pimiento rojo asado, unas hierbas para refrescar, unos encurtidos... También se puede servir la berenjena como guarnición de una carne o un pescado, o como primero, acompañándola de un huevo escalfado. La cosa es tunearlo y hacerlo propio.
Dificultad: Para vegetales humanos.
Ingredientes
Para 4 personas
- 2 berenjenas
- 1 cebolla grande
- 75 g de anchoas (una lata o bote pequeño)
- 150 ml de vino oloroso o Jerez seco
- 50 ml de vinagre de Jerez
- Aceite de oliva
- Pan
- Sal
Instrucciones
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