Ensaladilla rosa
Producto de un intenso proceso de análisis y reflexión, la ensaladilla rosa nace de un diálogo fecundo entre con las verduras implicadas, para el que desarrollé una conciencia gastronómica sobre su valor y una interacción creativa con su entorno. O, dicho con otras palabras, había remolacha en casa y se me iba a poner mala, así que algo tenía que hacer con ella. ¿Pero a que con la verborrea pseudoculta con la que nos castigan algunos cocineros y sus adoradores suena mucho más importante?
Sí amigos, el auténtico mal de la gastronomía actual no son las espumas, ni los nitrógenos líquidos ni las deconstrucciones, que en un momento dado pudieron o pueden tener su sentido y su gracia. Lo peor es la solemnidad hueca y el discurso pomposo con el que algunos tratan de vendernos sus creaciones. Yo hay veces que no sé si estoy leyendo un texto sobre cocina o el Tractatus de Wittgenstein, de verdad. ¡Qué manía con darle trascendencia filosófica a lo que no la tiene! Pero bueno, supongo que será la forma de justificar las clavadas que te pegan en los restaurantes...
En fin, volviendo a la ensaladilla, aparte de dar salida a las remolachas, me apetecía jugar un poco con la fórmula tradicional a ver qué pasaba. Introduje algún ingrediente nuevo -habas en vez de guisantes- y potencié un poco la mayonesa con un sabor salado como el de la anchoa, para que contrarrestara el dulzor de la remolacha. También quité la zanahoria, porque me parecía que el conjunto podía resultar demasiado dulzón. Quedó una ensaladilla bastante interesante para salirse de la rutina, y de color rosa dada la capacidad de la raíz para teñir todo lo que toca, incluidos tus dedos.
Yo compro la remolacha fresca y la aso en el horno, porque me parece que queda más sabrosa. Pero si os da palo, compradla ya cocida natural. Eso sí, jamás uséis para este cometido (y creo que para ningún otro) esa cosa avinagrada radioactiva que venden en frascos cortada en rodajas o en virutas. Recuerdo también que si haces la ensaladilla con mayonesa de bote te salen cuernos y rabo, empiezas a robar a tu madre y acabas convirtiéndote en banquero.
Dificultad: No voy a decir que es para idiotas, porque hace falta algo de cerebro.
Ingredientes
Para 4 personas
- 2 patatas medianas
- 2 remolachas pequeñas o una grande
- 100 g de habas cocidas y peladas o de habitas en aceite
- 150 g de bonito en aceite
- 100 g de aceitunas sin hueso
- 3 huevos pequeños
- 8 anchoas
- Aceite de oliva extra virgen
- Aceite de girasol
- Vinagre
- Sal
Instrucciones
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