Lasaña sin horno
Con las temperaturas norteafricanas que está asolando muchas partes de España este verano, la sola idea de encender el horno o los fogones da bastante perezón. Las lasañas frías son una buena opción para esos días en los que se caen las moscas del calor, pero en los que quieres salirte un poco del gazpacho y la ensalada sin morir en el intento.
En la que propongo hoy no hay que calentar nada, salvo el agua para cocer o rehidratar las láminas de pasta. Todo lo demás se hace en frío. Los calabacines, el tomate y la albahaca ponen la frescura necesaria en un plato veraniego, pero para mí el elemento clave son los tomates secos y su contraste con el queso fresco. En caso de no encontrarlos, se pueden sustituir con algo salado y/o potente de sabor, como unas anchoas, atún en escabeche, salmón ahumado o jamón serrano picado.
Dificultad
Para insustanciales.
Ingredientes
Para cuatro personas
- 12 láminas de pasta para hacer lasaña
- 2 tomates grandes bien maduros
- 1 calabacín
- 150 gr. de tomates secos en aceite
- 100 gr. de requesón o mató
- 50 gr. de parmesano rallado
- 50 gr. de avellanas
- 1 manojo de albahaca
- 1/2 limón
- Vinagre blanco
- Aceite de oliva extra virgen
- Sal
Preparación
- Cortar el calabacín en láminas finas, a poder ser con un pelador o una mandolina. Batir el zumo de limón con un buen chorro de aceite y sal. Mezclarlo con el calabacín en un bol y dejar marinando un mínimo de media hora a temperatura ambiente.
- Triturar las avellanas, la albahaca, una cucharada de vinagre y 150 ml. de aceite. Añadir el parmesano rallado fino. Si se ve muy espeso, añadir un poco más de aceite (tiene que quedar más o menos con la consistencia del pesto). Salar y reservar.
- Pelar y cortar el tomate en tajadas finas. Batir el requesón añadiendo poco a poco aceite de oliva hasta que quede cremoso. Salar.
- Cocer o rehidratar las placas de lasaña según las instrucciones del paquete. Disponer cuatro seguidas o formando un cuadrado en una fuente. Untar con la mitad del requesón. Poner encima la mitad del calabacín, del tomate y de los tomates secos troceados. Regar con un poco de la salsa de albahaca y avellana. Cubrir con otra capa de placas y repetir la operación. Terminar con una capa de placas y mojarla con más salsa (puede sobrar). Servir a temperatura ambiente.
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