El compromiso global es la llave
El cuidado ambiental es ya un vector principal en el desarrollo de actividades y su recuperación un halo de esperanza y oportunidad
Tanto las cuestiones económicas como los aspectos sociales necesitan estar dentro de un marco de sostenibilidad, que es el que nos impone el planeta. Conocer el terreno de juego para la regeneración es fundamental, solo así se podrá avanzar en los planes y proyectos futuros. Pero el mundo cambia constantemente y lo que funcionaba ayer, quizá mañana ya no sea útil. Lo único que nos puede salvar de la debacle es el amor a la naturaleza. Al menos así lo cree Joaquín Araujo, medioambientalista y escritor.
“El verdadero drama es que por primera vez cabe la posibilidad que no quede herencia natural, por mucho que pongamos paños calientes”, mencionó durante el encuentro Ahora Regeneración. Blondiemuser (Paula Vilaboy), creadora de contenido, social media strategist y bióloga, explicó que las nuevas generaciones son conscientes de que el planeta hace frente a retos titánicos, y en el que el futuro es incierto. “Nuestra generación está mucho más preocupada que la de mis padres. La crisis climática está sucediendo por mucho que lo neguemos”, abundó durante el encuentro liderado este martes por PRISA, organizado por EL PAÍS, impulsado por el Santander y patrocinado por Veolia y Redeia.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático —IPCC según sus siglas en inglés— afirma que estamos mucho peor de lo previsto y antes de lo que imaginábamos. Sin embargo, también señala que aún estamos a tiempo de evitar las peores consecuencias de la crisis climática. Ninguno de los grandes desafíos puede ser abordado por un solo sector. La crisis climática requiere el esfuerzo conjunto de todos: políticos comprometidos, una sociedad civil activa y empresas implicadas en la regeneración. Redeia (antes Red Eléctrica) fue pionera en energías verdes hace ya 15 años. “Creamos el centro de control de renovables, seguimos recibiendo muchas visitas de otros países que quieren saber cómo logramos tener una energía intermitente y cómo hicimos para dominarla”, resaltó Eva Pagán, directora corporativa de Sostenibilidad y Estudios en Redeia.
El agua es vida
Juan Antonio Guijarro, director de Desarrollo de Agbar, del Grupo Veolia en España, puso sobre la mesa uno de los grandes retos que tiene el planeta: el acceso al agua. Indicó que algunas veces damos por hecho que abrimos el grifo y tenemos este recurso. Pero no es así para el 25% de la población mundial; unos 2.000 millones de personas. En 2030, todo el mundo debería de tener agua y saneamiento, según el sexto de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). “Hoy, existe un consenso de que no se va a alcanzar este objetivo, y con lo cual tengo mis dudas sobre en qué medida se alcanzará el resto [de los ODS] sin agua, que es un vector transversal”. La buena noticia, señaló Guijarro, es que tenemos soluciones. “Tenemos la tecnología, tenemos la experiencia del conocimiento, pero falta avanzar en una mejor gobernanza para garantizar la disponibilidad de agua para los diferentes usos: urbano, en industria y en agricultura”.
Esta transformación también va de una regeneración en temas como derechos humanos y laborales, porque crear un medio ambiente mejor significa crear una sociedad más justa. “Las empresas se preguntan qué tiene que ver esto conmigo”, destacó María Prandi, directora y fundadora de Business Human Rights. Sin embargo, reconoció que hay mucha más consciencia, pero también una creciente ola de socialwashing. “Hay empresas que están describiendo lo bien y bonito que están cambiando, pero no es así”, recalcó. En este escenario en el que la desesperanza y las mentiras a veces se imponen, Irune Aguirrezabal, directora del Programa Iberoamericano de Derechos Humanos, Democracia e Igualdad, abogó por seguir pensando en los sueños de un mejor mañana. “Hay que recuperar un poco de utopía”.
Y este mundo donde la crisis climática y social demanda una regeneración profunda, voces como la cantante Sole Giménez y la escritora Rosa Montero destacaron la urgencia de actuar y reflexionar, haciendo hincapié en no rendirse y mirar al arte como una vía más para exponer aquello que acongoja al mundo. “Siempre se tiene algo que decir. No se puede remediar. Si algo nos puede salvar, es precisamente eso”, afirmó Giménez, quien expresó su preocupación sobre el impacto de la inteligencia artificial (IA) en la creación. “Tengo la sensación de que con cada avance tecnológico se pierde la autonomía del autor. Antes, era una persona quien decidía quién escuchaba la música. Ahora, se confunde al artista con el autor”, lamentó. Además, advierte sobre el uso del miedo como herramienta de control: “Vivir con miedo se ha utilizado para subyugarnos. Tenemos que hacer un esfuerzo por cambiar esto”.
Por su parte, Montero subrayó la necesidad humana de buscar la belleza en un mundo caótico. “Los seres humanos necesitamos la búsqueda de la belleza, pues sin ella todo sería ruido y furia”, reflexionó. La escritora indicó que el arte no solo es un impulso básico, sino una necesidad vital. En estos momentos de crisis y temor por el futuro, Montero invitó a considerar nuestra propia responsabilidad en la regeneración social y ambiental, recordándonos que la acción conjunta es esencial para un cambio significativo. “Hay una diferencia en el mundo: antes tenías esperanza. Ahora hay miedo. Peor hay que actuar”, concluyó.
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