¿Puede la inteligencia artificial hacer una pizza más rica que la de un ‘pizzaiolo’?

De un tiempo a esta parte, la inteligencia artificial (IA) está por todos lados y todas las industrias están curioseando cómo los sistemas de IA pueden mejorar su sector. La gastronomía también empieza a preguntarse hasta dónde es capaz de llegar la máquina. Prueba de ello es el combate que organizó el jueves por la noche Can Pizza, en Barcelona. Conocida por sus pizzas artesanas con productos de máxima calidad —con 10 locales en toda España—, esta pizzería quiso retar al sistema ChatGPT, a quien le pidió que hiciera una receta de pizza con ingredientes que pudieran gustar al comensal catalán. En un evento titulado Pizza Kombat, el maestro pizzero Lolo Lorenzo y el consultor en innovación Matthias Schneider se lo jugaron todo con una receta nueva para la pizzería. El evento se repetirá el 9 de febrero en el Can Pizza de la calle Serrano de Madrid.

La idea del nuevo combate —no es el primero que organizan en este restaurante— surgió durante una conversación entre Isaac Aliaga, cofundador de Can Pizza, y Schneider, especialista en IA. Entonces se preguntaron hasta qué punto la inteligencia artificial podía meterse en una cocina con éxito. Con esta curiosidad, se retaron a que una nueva pizza de la carta surgiera de un enfrentamiento entre un chat de IA, que manejaría Schneider, y una propuesta del equipo de pizzaioli liderado por Lolo Lorenzo.

Para elaborar la receta del equipo de IA se tuvieron en cuenta datos sobre ingredientes, gustos, franjas de edad, tendencias de consumo o pizzas más vendidas. Después de varias preguntas para definir una receta que gustara a los comensales de Barcelona, el chat de Schneider propuso una pizza horneada con mozzarella, setas shiitake, sobrasada y parmesano, con un toque final de queso de cabra, piñones, miel y pesto de cilantro y lima.

La propuesta de Lorenzo quiso ir a las raíces que han hecho famosas las pizzas de Can Pizza —su Jerry Tomato está considerada la mejor pizza de 2022 según el concurso de Madrid Fusión—, y elaboró una receta a base de ragú, cebolla y zanahorias encurtidas, apio fresco y parmesano en láminas gruesas. Alessio Geromel, director de Can Pizza Universitat, contó que no está “a favor de las máquinas en la cocina”, que este evento solo era para ver “cómo puede afectar” a la restauración.

Después de probar las dos pizzas, los comensales que asistieron al evento emitieron sus votos y la ganadora fue la de Can Pizza. Aunque la mayoría reconoció que la receta hecha por IA resultó rica y con una combinación de ingredientes sorprendente, que incluía la sobrasada como un guiño al público local, la apuesta por el ragú y los encurtidos de la casa se llevó la mayoría de votos. Los asistentes también pudieron hacer sus peticiones a la máquina al momento, con el resultado de pizzas personalizadas según los sabores o ingredientes sugeridos. En redes, la pizzería ha compartido un vídeo donde la receta de IA compite con su receta Jerry Tomato y Mikel Iturriaga, creador de El Comidista, no duda en decantarse de nuevo por la de Can Pizza.

Todavía es pronto para un cocinero IA

“En gastronomía estamos empezando a ver varias aplicaciones de la IA”, cuenta Schneider, que reconoce que de momento se basan más en asuntos de la periferia que de los fogones mismos. Es decir, que todavía es pronto para que una máquina te proponga una buena receta nueva, pero sus habilidades se pueden aprovechar a la hora de redactar una carta de forma original o de hacer unos platos visualmente atractivos usando un sistema de IA de imágenes. Eso sí, quizá la sugerencia es muy bonita pero imposible de llevar a la práctica, reconoce. Este consultor cuenta que estamos en los inicios de las posibilidades de la inteligencia artificial, pero “puede ayudar a inspirar y concebir nuevas propuestas gastronómicas”.

Dentro de las industrias creativas, quizá en el sector gastronómico es donde la IA lo tiene todavía complicado para dar resultados provechosos, sobre todo en la elaboración de recetas porque hay demasiados elementos en juego para crear un buen plato: olores, sabores, texturas, puntos de cocción, combinaciones... Pero sí que ve más posibilidades en que tenga una utilidad para la gestión de los negocios hosteleros. Por ejemplo, la máquina es muy eficiente sugiriendo alternativas a un ingrediente. Es capaz de proponer hasta cinco sustitutos de la mantequilla como el aceite de oliva, el aceite de coco, el puré de aguacate, el yogur griego y la margarina. Además, en cada una de estas propuestas señala las características que más se parecen a la mantequilla. “A veces te sorprende”, reflexiona Schneider, “a veces peca de ingenua e incluso puede ser mentirosa, pero siempre puede servir de ayuda e inspiración”.