La inteligencia artificial ética y responsable, clave para el éxito empresarial
Las nuevas tecnologías no solo deben ajustarse al marco legal, también han de responder a unos criterios éticos. El Observatorio IE-Elecnor enfatiza sobre la cultura del cumplimiento normativo (’compliance’, en inglés) en confluencia con la inteligencia artificial: ambas, aseguran sus responsables, optimizan la eficacia y la eficiencia de las organizaciones, al tiempo que impactan positivamente en la sociedad luchando contra la corrupción
La inteligencia artificial (IA) es una herramienta clave para aumentar las competencias de las empresas y optimizar la productividad. De acuerdo con el estudio Inteligencia Artificial en España, elaborado por la consultora Ernst & Young, el 89% de las compañías considera que la IA servirá para mejorar sus operaciones, mientras que el 74% la valora por sus cualidades para atraer a nuevos clientes.
Expandirse en entornos en los que la IA y el análisis de datos están presentes pone a las empresas en un brete normativo. La falta de legislación específica sobre ella y las limitaciones jurídicas acerca de su empleo (por ejemplo, en todo lo que afecta a la intimidad de los individuos) plantea notorios dilemas éticos a la hora de aplicar estos modelos digitales.
La IA ChatGPT, un lenguaje automatizado capaz de generar contenidos, es un claro ejemplo de lo que supone este nuevo paradigma. Aunque las herramientas ayudan a automatizar ciertas tareas de cumplimiento, mejorando la eficiencia y la precisión de los procesos (contribuyendo a reducir los riesgos legales y reguladores), ChatGTP no puede reemplazar a la experiencia y el juicio de las personas en temas de cumplimiento.
Definir un nuevo marco que integre la funcionalidad de la inteligencia artificial sin olvidar el factor humano es de vital importancia. El Observatorio IE-Elecnor pone el foco en cómo en una compañía la cultura del cumplimiento normativo (conocida como “compliance”, por su nombre en inglés) debe adaptarse y responder al contexto digital. El Observatorio ofrece con una visión clara y precisa la forma en que la IA puede ser utilizada para la mejorar la eficiencia y efectividad del compliance y las regulaciones en su lucha contra la corrupción.
La ética empresarial cobra fuerza
Las políticas de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) tienen un peso muy relevante en las empresas. Sostenibilidad, igualdad, ética y compliance figuran como asuntos capitales. El Observatorio IE-Elecnor ha analizado la manera en que las compañías y la sociedad están cambiando su visión sobre la búsqueda de resultados y beneficios. Poco a poco, sostienen, se irán integrando más elementos éticos en la definición de los procesos y objetivos finales.
En un mercado donde, en ocasiones, resulta difícil competir en servicios o precio, hay muchas empresas de diversos sectores que han convertido a la ética en su elemento diferenciadorJorge Ballester, director de la Fundación Elecnor
“Ante la situación socioeconómica global podemos ver que los temas relacionados con la Gobernanza (ética corporativa), ganan cada vez más fuerza”, apunta Jorge Ballester, director de la Fundación Elecnor. “La ética empresarial y las prácticas anticorrupción y soborno son los temas prioritarios a futuro, según el último Barómetro sobre Materialidad, realizado por DIRSE & EY”, concluye.
Los clientes valoran positivamente las marcas que muestran una gestión transparente y respetuosa con la legalidad y la ética. “En un mercado donde, en ocasiones, resulta difícil competir en servicios o precio, hay muchas empresas de diversos sectores que han convertido a la ética en su elemento diferenciador. Por tanto, la ética y el cumplimiento normativo van ganando peso como elemento competitivo”, asegura Jorge Ballester.
Apostar por el ‘compliance’
Aplicar un modelo de cumplimiento normativo dentro de las empresas evita problemas legales. Muchas compañías implementan políticas y prácticas éticas en áreas como el tratamiento de los empleados, el impacto medio ambiental y la interacción con los clientes.
Según desvela el Estudio sobre la función de Compliance en las empresas españolas, el 62,1% de las compañías cuentan con una función específica en este apartado. En las organizaciones de menor tamaño, este porcentaje se reduce al 38,9%, mientras que en las de mayor tamaño se amplía hasta el 92,6%. “De estos datos se desprende que hay una relación directa entre el tamaño de la empresa y la existencia de la función de compliance”, reflexiona Jorge Ballester.
Las organizaciones no son demasiado explícitas acerca de los motivos por lo que no tienen implantada el compliance. Entre los argumentos esgrimidos figura la no obligatoriedad de tener que desarrollar esta función, no pertenecer a un sector regulado, el desconocimiento y la falta de recursos, tanto humanos como financieros.
Inteligencia artificial, ética y ‘compliance’
El último Observatorio IE-Elecnor profundizó sobre la forma de conjugar inteligencia artificial, ética y compliance. En el encuentro participaron Enrique Aznar, director académico del Observatorio IE-Elecnor para Culturas Sostenibles; Richard Benjamins, responsable de Inteligencia Artificial y Estrategia de Datos en Telefónica; Javier Camacho, experto en Consultoría Ética y catedrático en Gestión Ética en las empresas, y Manuela Battaglini, abogada experta en Ética Digital.
Una de las principales conclusiones es que la inteligencia artificial no solo puede mejorar el cumplimiento de distintos aspectos dentro de la empresa (como la ciberseguridad), también genera opciones para crear nuevas oportunidades de negocio ajustados a los requisitos en materia de compliance.
Beneficios del cumplimiento normativo
Aplicar la IA en las compañías ofrece grandes ventajas. Así lo destaca Camacho. “Esta tecnología ha venido para quedarse. Se están invirtiendo billones de dólares y sus aplicaciones ya se están utilizando en las empresas, con dos factores clave: vender más y ahorrar costes. Uno de los ejemplos más conocidos son los chatbot, que facilitan el servicio de atención al cliente, o las palabras clave, que ayudan a generar contenidos”.
Esta tecnología ha venido para quedarse. Se están invirtiendo billones de dólares y sus aplicaciones ya se están utilizando en las empresas, con dos factores clave: vender más y ahorrar costesJavier Camacho, experto en Consultoría Ética y catedrático en Gestión Ética en las empresas
Por su parte, Battaglini apunta la existencia de un nuevo modelo en las empresas alejado de la obtención de beneficios como única máxima. “A largo plazo, no es sostenible. Debe haber un cambio en cómo concebimos los beneficios, más allá de lo meramente financiero. Se puede ganar dinero de forma ética”, recalca la experta.
Para Benjamins, el que la implantación y los procesos de IA venga marcada por la creación de herramientas para las empresas que comercialicen esa tecnología, estableciendo parámetros que velen por todos los aspectos éticos, resulta crucial. “La comisión europea comenzó a implementar directrices éticas hace unos años, lo que ha cambiado la definición de inteligencia artificial con el paso del tiempo”, recuerda.