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Ayuso utiliza la figura de Miguel Ángel Blanco para justificar su “que te vote Txapote” frente al rechazo de las víctimas y del PSOE

La presidenta de Madrid se enfrenta a las críticas de Lobato, el líder de los socialistas: “Es usted una maleducada, una sectaria, estamos hartos”

Juan José Mateo
Ayuso
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante el pleno en la Asamblea de Madrid, este jueves.Fernando Sánchez (Europa Press)

María del Mar Blanco, diputada del PP en la Asamblea de Madrid, asiente mientras la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, recuerda con detalle el asesinato de su hermano Miguel Ángel. “ETA lo dejó moribundo en un bosque con un tiro en la cabeza”, dice la líder conservadora, que este jueves aprovecha la sesión de control a su Gobierno para responder a las críticas de las víctimas de ETA por haber convertido, en el pleno de la semana pasada, la frase “que te vote Txapote” en su principal lema camino de las elecciones del 28 de mayo. Así, la referencia a Francisco Javier García Gaztelu, el etarra autor del asesinato de Miguel Ángel Blanco, hace algo más que servir como recordatorio de que el Gobierno central de PSOE y Podemos tiene a Bildu entre sus apoyos parlamentarios. También provoca la reprimenda, y el dolor, de víctimas como Consuelo Ordóñez, presidenta de Covite, de organizaciones como la Fundación Fernando Buesa, y del PSOE al completo. Pero Ayuso no rectifica. Insiste. Y durante dos días seguidos, el miércoles y este jueves, multiplica su apuesta.

Este jueves, todo comienza con una intervención llena de indignación. La protagoniza Juan Lobato, el portavoz de los socialistas en Madrid. “Es usted una maleducada. Lo que hizo la semana pasada es de vergüenza. Hasta las víctimas del terrorismo han tenido que pedirle respeto”, arranca el secretario general del PSOE-M. “Se cargó al señor Casado en plaza pública; lleva un año haciendo bullying hasta finiquitar en diferido a su mano derecha, Enrique López [que se prepara para abandonar el Gobierno]; y no para de moverle la silla al señor Feijóo”, se queja. “Es usted sectaria con sus propios compañeros, arrogante con los madrileños y una maleducada con todo el mundo. ¡Y ya estamos hartos!”, dice.

Ayuso lo escucha sin torcer el gesto. Viene preparada para la andanada. La víspera, miércoles, ya fue preguntada al respecto en una rueda de prensa. Allí convirtió esa oportunidad para la rectificación en un momento para la reivindicación. “Quienes están cometiendo verdaderos excesos contra la legalidad y la normalidad son otros”, dijo, provocando, de nuevo, la indignación de Consuelo Ordoñez, hermana de Gregorio, político del PP asesinado por ETA (”Yo también me reafirmo ¡No tiene principios!”, lamentó).

Así, la mañana de este jueves, y ante un pleno encendido, hirviente de broncas desde su arranque, Ayuso eleva el tono. No solo evita dar un paso atrás. Al contrario. Da dos pasos adelante. “Sánchez se alía con herederos de criminales. ¿Sabe quién lo dice? Rubén Múgica [hijo del abogado asesinado por ETA] ¿Le conoce? ¿O es como [Joaquín] Leguina, un socialista que no conviene?”, señala sobre el expresidente regional, expulsado del PSOE. “Maite Pagazaurtundua [hermana de otro asesinado por los terroristas y eurodiputada] dice: ‘Se está generando una industria de blanqueamiento del terrorismo”, sigue. Y le espeta a Lobato: “Por si no lo entiende, se refiere a usted y a su partido”.

La acusación es grave. El titular para los periódicos y el corte para radios y televisiones está servido. Pero Ayuso no se detiene ahí. Hay elecciones en mayo. Toca cavar trincheras, diferenciarse, hacerse oír para llegar a cuantos más electores mejor. Así que la presidenta regional defiende su posición apelando a tres dramas vitales insufribles, y palpables, porque sus protagonistas se sientan bien cerquita de ella, en la bancada del PP, en su doble condición de diputados conservadores y víctimas de ETA. Son Daniel Portero, José Virgilio Menéndez y Mari Mar Blanco, así que resume sus experiencia como víctimas. “Daniel, José Virgilio y Mar son diputados de esta Cámara. Dígame si usted está de acuerdo con blanquear las fechorías de los terroristas o con los representantes de los madrileños en este hemiciclo”.

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El secretario general de los socialistas madrileños, Juan Lobato, este jueves en la Asamblea.
El secretario general de los socialistas madrileños, Juan Lobato, este jueves en la Asamblea.Fernando Sánchez (Europa Press)


Como hay víctimas que le dan la razón en que apele a Txapote, tiene razón. Ese viene a ser el argumento de Ayuso. No obstante, ese planteamiento viene contestado por los aludidos desde antes incluso de pronunciarse. “Solo con que un solo familiar de UNA sola víctima de ese sanguinario hubiera manifestado lo dolorosa que le resulta esa frase, y hemos sido varias, debería haber servido para que inmediatamente pidiera disculpas”, escribe Ordoñez el miércoles en sus redes sociales.

Pero el de Txapote no es el único conflicto de la jornada en la Cámara. Alejandra Jacinto, portavoz de Podemos, se presenta con una mochila de Glovo, para recordar que la Comunidad quiere firmar un convenio con esta empresa multisancionada, y la presidenta de la Asamblea, Eugenia Carballedo, la reprende por ello. Mónica García, de Más Madrid, llama a secundar la manifestación en defensa de la sanidad pública de este domingo, y Ayuso la acusa de promover una huelga en atención primaria seguida apenas por una cincuentena de profesionales, según sus datos.

Sin embargo, el choque más enconado se produce entre el PP y Vox. Los dos partidos, aliados desde 2019, escenifican sus diferencias ahora que llegan las elecciones. Consecuencia de su desencuentro es que no haya Presupuestos para 2023, o que los conservadores no vayan a sacar adelante su proyecto de crear una agencia de ciberseguridad.

“Para usted es, por algún motivo desconocido, más importante alinearse con la izquierda que conmigo”, espeta Ayuso a Rocío Monasterio, la portavoz de Vox, que apenas tiene tiempo para musitar una queja contra el PP (“no ha tenido ninguna intención de sacar los Presupuestos con este grupo parlamentario”) antes de que se le acabe el tiempo de intervención.

La alusión a la falta de cuentas públicas no es cosa menor. Cuando Ayuso lanza una andanada de promesas electorales, al anunciar la creación de un hospital para enfermos de esclerosis lateral amiotrófica (ELA); que se financiará la salud bucodental para mayores de 80 años; y que se pagarán las gafas que necesiten los menores de 14 años, la izquierda responde a coro con la misma duda: ¿de dónde va a salir el dinero?

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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