Toni Cantó ficha por una televisión en la órbita de Vox, y Ayuso no tiene prisa por relevarlo
La consejera de Cultura asumirá las funciones del hasta ahora director general de la Oficina del Español
Jueves, 18.00 horas. Toni Cantó tiene una cita con Jero García, un exboxeador que se acerca hasta las dependencias de la Oficina del Español para tantear si tiene un hueco en el programa El Sueño de Madrid Social. Es el último encuentro en el que el exdiputado de Cs y UPyD actúa como puerta de acceso a los programas culturales de la Comunidad de Madrid, y su jugosa financiación. Dos horas después, muere la reina Isabel II. En medio de la tormenta informativa consecuente, Cantó anuncia su dimisión con un mensaje en el que omite que fichará por la televisión 7NN, próxima a Vox, según adelantó la web Público y confirmó el canal a este diario. Adiós a su sueldo de más de 75.000 euros; a un trabajo con más promesas que hechos; y a 12 meses rodeado por la polémica de que dirigía un chiringuito hecho a su medida tras caerse de las listas electorales del PP por haberse censado tarde en la Comunidad de Madrid. No tendrá sustituto. Al menos por ahora. El trabajo que hacía Cantó, al parecer, no necesita más relevo que el de que la consejera de Cultura, Turismo y Deporte, Marta Rivera de la Cruz, asuma sus funciones.
“El caso de Toni Cantó es un caso más del uso obsceno del dinero de los madrileños para pagar favores políticos por parte del PP”, ha lamentado este viernes Mónica García, la líder de Más Madrid y líder de la oposición, en referencia a que la formación conservadora habría premiado el papel del exactor como símbolo de que los exvotantes de UPyD y Cs tenían sitio en el PP. “Fue un chiringuito ad hoc como el que ya le montaron a Santiago Abascal [la fundación para el mecenazgo y el patrocino social, en tiempos de Esperanza Aguirre]”, ha seguido. “De la Oficina del Español no hemos conocido rendimiento alguno, y el mayor mérito del director ha sido convertirse en un expendedor de bulos y mentiras contra los adversarios políticos”, ha seguido. “Nadie le echará de menos”, ha subrayado. “Tras unos meses parasitando las cuentas públicas, y tras una buenas vacaciones, como buen jeta, seguirá vertiendo sus fake news desde otros lugares irreconciliables con una democracia sana”.
Cantó llegó a su puesto en junio de 2021. Lo primero que tuvo que hacer fue defender su nombramiento: “El chiringuito soy yo. No hay otra estructura que yo”, dijo, queriendo despejar cualquier duda de que aquello era un trabajo serio, y sin darse cuenta de que solo echaba más leña al fuego. Su primera misión fue organizar en un par de meses el Festival de la Hispanidad, creado alrededor de la fiesta nacional del 12 de octubre. Costó 880.513,67 euros, según información a la que accedió este diario, e incluyó pagar 93.253 euros por organizar una rueda de prensa en la que tres actores leyeron una selección de poesía, narrativa, discursos y citas de escritores españoles e hispanoamericanos; contratar a una agencia de comunicación por 11.000; o pagar 5.000 euros por camisetas.
En paralelo, Cantó y el festival despertaron las protestas del Ayuntamiento de Alcalá de Henares, pues la programación del evento se solapó con la de la semana cervantina, declarada de interés turístico nacional.
Pero dio igual. Cantó, su festival, y la promoción de Madrid como destino para estudiar español, convirtieron al exactor en una suerte de hombre de moda. Con él se reunió Manuel Pacho, el músico que compuso el himno del PP. También representantes de Sociedad Civil Catalana (SCC). Miembros del sindicato de artistas líricos. Embajadores, cónsules y agregados culturales de Chile, Guatemala, Costa Rica, El Salvador o la República Dominicana. Empresarios. Directivos de patronales. Y hasta una consultora que quería promover el español en Rusia en plena invasión de Ucrania. Todos levantaron el teléfono por la misma razón: querían un trozo del pastel del negocio del español.
Porque esa era la misión que tenía Cantó, según describía de su puño y letra: “Identificar oportunidades de creación de riqueza y empleo alrededor del idioma español y cooperar en la promoción de la cultura y arte hispanos”, escribió el exactor en la declaración de actividades y bienes a la que estaba obligado como alto cargo.
“¿Por qué?”, se preguntó a sí mismo Cantó durante una comparecencia de mayo en la Asamblea, cuando razonaba sobre las ventajas de haber firmado un convenio con la Federación Española de Asociaciones de Escuelas de Español de Madrid (FEDELE) para impulsar la presencia de estudiantes extranjeros de español en Madrid. “Sobre todo por una razón económica, porque los estudiantes de español que vienen a nuestra comunidad están aquí durante más tiempo que el turismo habitual y, además, se gastan casi el doble de sus recursos”.
Y el negocio es el negocio. Como fruto de ese acuerdo, la Comunidad invitó en abril a Madrid a agentes turísticos de Estados Unidos, Lituania, Francia, Polonia, Marruecos, India, Canadá, Turquía, Jordania, Uzbekistán, Ruanda o Reino Unido. Pasearon por el Museo del Prado. Comieron y bebieron en lugares característicos. Todo, para que llenaran la región de estudiantes y mejoraran una estadística llamativa: de los 140.000 estudiantes de español que llegaron a España en 2019, solo 18.000 lo hicieron a Madrid, según datos de la Comunidad. En paralelo, la oficina de Cantó apostó por multiplicar la presencia de la región en foros educativos internacionales financiando la de FEDELE.
A ese intento de convertir al español en dinero se unieron pronto otros proyectos: un concurso de gramática en colaboración con la Armada y el Corte Inglés (el premio es un viaje de varios días en el buque escuela Juan Sebastián Elcano); un seminario llamado Diálogos de ciencia en español; la organización de La semana del español; o la de El Sueño de Madrid, una campaña para promocionar las aportaciones de los emigrantes americanos a la sociedad madrileña. También se han firmado distintos convenios. Todo, hasta la salida de Cantó de este jueves, un año después de su nombramiento, cuando deja una Oficina sin web propia (más allá de la administrativa); sin perfiles en las redes sociales que compitan con el puñado que hacen burla del órgano; con apenas un par de funcionarios; y con una carga de trabajo que le permitió a Cantó ser profesor del curso de liderazgo que pilota Albert Rivera, su antiguo jefe de Cs, en el Instituto Cardenal Cisneros.
Es un honor formar parte del gran plantel docente que ha montado @Albert_Rivera para el posgrado en management y liderazgo político de la Universidad Cardenal Cisneros.
— Toni Cantó (@Tonicanto1) September 9, 2021
Participaré en las áreas de oratoria y comunicación. https://t.co/ccG2pl52zN
“Tiene una oferta profesional que él juzga que es muy interesante, y no hay nada más que eso”, ha asegurado este viernes la consejera Rivera de la Cruz, midiendo cada palabra hasta para distanciarse de la valoración que ha hecho Cantó sobre su futuro profesional. “Ha hecho un estupendo trabajo”, ha seguido. “Toda la actividad que se va a hacer de aquí a enero está cerrada, por lo que no hay ninguna prisa por llenar ese hueco. Los proyectos trascienden a las personas, y en este caso, trasciende al director que tenía la Oficina cuando se abrió”.
“Es una decisión personal de Toni Cantó que se respeta”, resume una fuente gubernamental que cuenta con la confianza de Ayuso. “El proyecto del español sigue en marcha independientemente de que esté Cantó o no”, subraya. “No se desmantela la oficina”.
Cantó presumía de su relación con las dos políticas: “Con ambas me veo a menudo y tengo la suerte y el privilegio de poder comunicarme con ellas siempre que se lo pido, y ellas responden muy rápidamente”, llegó a decir. Un plato de lentejas había unido por primera vez a los tres en diciembre de 2020, en una comida que despertó las alarmas de Ignacio Aguado, entonces vicepresidente del Ejecutivo de coalición formado por PP y Cs: algo estaba pasando a sus espaldas. Ese algo acabó traduciéndose en el fichaje de Cantó por el Gobierno de Ayuso, muñido en la primavera de 2021 por Pablo Casado y Teodoro García-Egea, en aquel momento los hombres más poderosos del PP. Defenestrados sus valedores tras perder el pulso interno con la baronesa regional, Cantó se marcha a 7NN. El lunes se detallarán sus cometidos. Es seguro, en todo caso, que el exdiputado de UPyD y Cs volverá a tener un altavoz para abandonar el perfil bajo al que le obligó su estancia en el Gobierno de Ayuso.
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