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Madrid, un oasis para unos franceses ansiosos de ocio y cultura

Francia lleva desde finales de octubre sin bares, restaurantes, cines ni museos. Tras el cierre de las fronteras extraeuropeas, Madrid se ha convertido en un destino inesperado para las vacaciones de invierno de los galos, aunque se sigue viajando menos que antes de la pandemia

Silvia Ayuso
Eden y Diane de 19 años estudiantes de la Sorbona de Paris vienen a Madrid a pasar el fin de semana. / R. G.
Eden y Diane de 19 años estudiantes de la Sorbona de Paris vienen a Madrid a pasar el fin de semana. / R. G.

No hay ninguna campaña formal, pero el boca a boca —o wasap o Instagram— parece igual de efectivo: Madrid se ha convertido en un secreto a voces en Francia, en el destino más deseado para los vecinos del norte que viven desde hace meses un auténtico desierto cultural y gastronómico, con el cierre total de bares, restaurantes, cines, teatros y museos. Sobre todo desde que, desde el mes pasado, tampoco pueden viajar fuera de Europa.

Sin que haya aún cifras o estadísticas oficiales publicadas, los registros de aerolíneas y agencias de reserva de viajes demuestran que los franceses llevan semanas informándose intensamente sobre la capital española como destino vacacional, a pesar de que el Gobierno desaconseje todo viaje “no esencial”.

Españoles que viajan regularmente a Madrid desde París han constatado un cambio en la fisonomía de unos vuelos que, sin haber aumentado su flujo (sigue habiendo menos de los que eran antes de la pandemia), sí parecen más llenos que hace unos meses, y se ven más jóvenes que de costumbre, cuentan. Aerolíneas como la francesa Transavia confirman esta impresión. “Aunque el programa para Madrid no ha sido reforzado estas últimas semanas, podemos confirmar que los vuelos disponibles están, efectivamente, bien llenos”, dijo una responsable de comunicación de la compañía de low cost de Air France consultada por EL PAÍS. También a petición de este diario, Kayak analizó las búsquedas realizadas desde su web francesa para vuelos desde cualquier aeropuerto francés hacia Madrid, en el periodo que va desde el 15 de enero al 18 de febrero. “Comparándolo con las búsquedas realizadas entre el 11 de diciembre de 2020 y el 14 de enero de 2021, vemos un aumento del 731% en esas búsquedas”, dijo por correo electrónico la agencia online de reservas de vuelos y viajes. Aun así, subrayó, “el interés general de búsqueda sigue estando en niveles bajos, comparado con la era pre-covid”, lo que indicaría que tampoco se trata de una nueva invasión de los descendientes de Napoleón.

Este súbito interés por Madrid tiene varias explicaciones lógicas.

Febrero es el mes de las primeras vacaciones escolares del año, las de invierno (dos semanas) en Francia. El destino tradicional son las estaciones de esquí, que ven este mes como el remate de la temporada. Pero también las estaciones de esquí han sido víctimas de la pandemia y, pese a que el Gobierno valoró su reapertura de cara a este periodo, finalmente decidió seguir prohibiendo los remontes mecánicos, lo que a efectos prácticos ha provocado la anulación masiva de estas vacaciones. Entre los cierres de muchas estaciones de países vecinos y las amenazas del Gobierno francés de que estaría especialmente vigilante en la frontera ante cualquiera que parezca que vuelva de esquiar del extranjero —con lo que se arriesga a ser obligado a guardar cuarentena—, la opción esquí ha dejado de ser una opción para muchos este año, lo que deja un gran interrogante para las dos semanas de descanso del mes.

Durante las Navidades y comienzos de año, muchos franceses optaron por hacer una escapada a Dubai, como relató la prensa francesa y confirman también las búsquedas en las webs de viajes francesas de ese periodo de tiempo. Pero esta opción quedó frustrada desde que, el 31 de enero, el Gobierno prohibió los viajes hacia o desde fuera de la Unión Europea “salvo por motivo imperioso”.

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Dos semanas antes, se había adelantado el toque de queda vigente desde mediados de diciembre —cuando acabó el segundo confinamiento— dos horas. Desde entonces, y también sin que se sepa por ahora hasta cuándo, los franceses deben estar recluidos en sus casas desde las 18.00, a pesar de que cada vez son más largos los días (literal y figurativamente).

Ante esta situación, que en Madrid los bares sigan abiertos y que se pueda estar en la calle hasta las 23.00 horas suena a gloria. Sobre todo porque el único requisito, una PCR negativa, es algo que en Francia resulta gratuito y con resultados garantizados hasta en 8 horas. Una escapada a tomar aire, ver algún museo y tomarse una copa en un bar en Madrid resulta entonces, no solamente atractivo, sino además muy barato.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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