Francia plantea controles fronterizos aleatorios y cuarentena para quienes vayan a esquiar a España o Suiza
El Gobierno francés busca “disuadir” a sus conciudadanos de que vayan a esquiar a otro país por estar las estaciones nacionales cerradas
Francia se plantea establecer controles fronterizos aleatorios y obligar a guardar una cuarentena de siete días a los ciudadanos que decidan ir a países vecinos a esquiar, como España o Suiza, en vista de que las pistas nacionales permanecerán cerradas a causa del coronavirus y que algunos Estados con los que comparte frontera no se deciden a hacer lo mismo. Aunque los detalles deberán esperar hasta que sea publicado un decreto en los próximos días, el primer ministro, Jean Castex, ya ha adelantado este miércoles las decisiones principales, que se conocen un día después de que el presidente, Emmanuel Macron, hablara de la necesidad de una estrategia “disuasoria”. Alemania o Italia, en la línea de Francia, también mantendrán cerradas sus estaciones de esquí.
“Vamos a instaurar una cuarentena con los prefectos (de las regiones) limítrofes, habrá controles aleatorios en la frontera”, ha explicado Castex en la cadena BFMTV. Los controlados “serán puestos en una cuarentena de siete días y sometidos a test”, ha agregado. Su oficina precisó más tarde a este diario que la cuarentena será impuesta a toda persona controlada aleatoriamente y no en función de los resultados de un eventual test rápido. El diario Le Figaro adelanta por su parte que además de los controles en tierra en las fronteras vecinas, se podrían establecer además controles aeroportuarios para los viajeros procedentes de países no limítrofes con pistas abiertas, como Austria. Los detalles sin embargo no están aún cerrados, ha precisado poco después el portavoz del Gobierno, Gabriel Attal, quien ha indicado que los anuncios de Castex son, por ahora, solo “pistas de trabajo” y que la estrategia se dará a conocer en los próximos días.
La decisión de Castex de adelantar los anuncios podría ser considerada por tanto como una advertencia para países como España, que todavía tienen que tomar una decisión en firme. Según ha revelado el primer ministro galo, el sábado habló sobre el tema con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, quien le indicó que la apertura de las estaciones depende de las comunidades autónomas y que este mismo miércoles en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud se examina la apertura de esas instalaciones. La semana pasada, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, anunció la creación de un grupo de trabajo con las comunidades que tienen estaciones de esquí para estudiarlo, informa Pablo Linde.
“Yo tengo la obligación de proteger a mis ciudadanos (…) otros países no tienen la misma concepción y están en su derecho (…) preferiríamos una armonización europea, pero los países son soberanos”, ha señalado Castex. No obstante, ha agregado, los esfuerzos diplomáticos continúan. “Me esfuerzo por llamar a todos los colegas. El primer ministro italiano, la canciller alemana y Francia están alineados. Los españoles y los suizos no se orientan hacia esas decisiones, pero la acción diplomática continuará”, ha asegurado.
El objetivo, en cualquier caso, está claro. “La idea es hacer más difícil a los franceses ir a contagiarse a otras estaciones”, ha reconocido Castex. La conclusión que los ciudadanos galos deberían sacar de la estrategia gubernamental es que no merece la pena arriesgarse. “La conclusión es que no, no voy a Suiza”, ha resumido el jefe de Gobierno, para quien también es una cuestión de “equidad” frente a las estaciones de esquí franceses, que en principio permanecerán cerradas al menos hasta el 20 de enero.
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