El falso ‘milagro’ de Alcorcón: una subida de 6.000 empleos en plena pandemia

El Alcorconazo fue una goleada milagrosa por 4-0 que el modesto Alcorcón le metió al Real Madrid en un partido de la Copa del Rey en 2009. Once años después, la Comunidad de Madrid ha publicado un informe del Instituto de Estadística que registra un nuevo milagro en ese municipio de algo más de 172.000 habitantes en el sur de Madrid. Casi toda España se ha dado un batacazo económico en 2020 a causa del coronavirus, pero según este documento oficial Alcorcón se habría librado de la debacle. No solo eso. Ganaría por goleada espectacular. El informe se llama Demografía Empresarial de la Comunidad de Madrid y está disponible online. Dice que Alcorcón había sumado hasta final de septiembre casi 6.000 trabajadores más, un aumento interanual del 14%, y todo ello se debe únicamente a una nueva empresa que se ha instalado en la ciudad. El estudio no revela su identidad y solo aclara que se trata de “una nueva empresa de actividades de servicios sociales sin alojamiento para personas mayores”, es decir, un negocio de cuidadoras domésticas.

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El dato es sorprendente pero lo es aún más que el Ayuntamiento no tenga ni idea de qué empresa ha sido la responsable: “Suponemos que es una empresa ya creada que se ha registrado en Alcorcón. Probablemente. Pero no sabemos cuál es”, dice una portavoz. La Consejería de Políticas Sociales madrileña tampoco conoce el nombre. En su registro aparecen varias grandes empresas de cuidadoras localizadas en Alcorcón. Un portavoz de la Consejería de Transparencia, que controla al Instituto de Estadística, dice que por protección de datos no pueden revelar la identidad.

Pero en realidad tampoco importa mucho conocer su nombre porque todo es una ficción estadística. La Comunidad de Madrid mide el empleo en sus 179 municipios usando datos de afiliación a la Seguridad Social, que son muy imperfectos como herramienta de medición de ese fenómeno. En este caso las cuidadoras domésticas de personas mayores ni siquiera tienen que visitar la sede de la empresa en Alcorcón y probablemente vayan diariamente de su casa a la vivienda de los clientes en otros municipios de la región, o incluso residen con ellos. Otros errores se dan porque una empresa con centros de trabajo en varios municipios selecciona uno de ellos como lugar de cotización de todos sus trabajadores, a modo de simplificación burocrática.

Este error abultado en Alcorcón es síntoma de un sistema de medición del empleo o desempleo a nivel municipal de mala calidad, según advierten los expertos. El paro, una de las mayores preocupaciones de España, decide votos y el destino de ayudas o inversiones, pero muchas veces somos manipulados por datos confusos o imperfectos.

El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso no ha variado su método a pesar de que en 2017 la Comunidad de Madrid causó otro enorme espejismo cuando reportó un aumento súbito y enigmático de casi 3.000 empleos en Galapagar, un municipio con algo más de 32.000 habitantes. El entonces alcalde Daniel Pérez Muñoz (PP) dijo que sentía “gran satisfacción y alegría” a pesar de que no conocía la causa del aumento. Días después el misterio quedó resuelto. Según informó este periódico el incremento se debía al lugar donde estaban registrados los trabajadores de otra empresa de cuidadoras, Valoriza, filial de Sacyr. La gran mayoría de esas cuidadoras no prestaban servicio en Galapagar, sino en la ciudad de Madrid, donde Valoriza había ganado un contrato municipal.

“Educar al público”

El economista José Ignacio Pérez Infante, que fue director general de Empleo en los gobiernos de Felipe González en los ochenta, dice que en España no tenemos buenos instrumentos para medir con precisión el empleo o desempleo a nivel municipal. Sí que podemos tener más confianza en los datos a nivel nacional, autonómico o provincial, si provienen de la Encuesta de Población Activa (EPA), un macrosondeo similar al que hacen otros países de la Unión Europea y la OCDE. La muestra inicial de la EPA es de un tamaño enorme, unas 65.000 familias al trimestre. Pero a pesar de esa magnitud en la mayoría de los casos no hay suficientes entrevistados de un mismo municipio para obtener un dato fiable, así que el margen de error en un lugar como Alcorcón sería extraordinario.

Los municipios tienen dos alternativas: una, la mejor, pagar a una casa encuestadora independiente. El problema es que eso cuesta dinero. La otra opción consiste en recurrir a registros administrativos como las afiliaciones a la Seguridad Social o los parados inscritos en el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Ni uno ni otro tienen como función principal medir el empleo sino regular derechos y deberes de los individuos inscritos. Ambos presentan muchos inconvenientes como herramienta estadística, advierte Pérez Infante. Por ejemplo, no todos los desempleados se inscriben en el SEPE. Tampoco todas las personas con empleo se afilian a la Seguridad Social como bien sabemos por el alto nivel de empleo sumergido que hay en España. Además, el registro de la Seguridad Social mide afiliaciones y no afiliados, de modo que se dan casos de doble contabilidad. Si una persona tiene dos empleos, uno por la mañana en Madrid y otro por la tarde en Alcorcón, aparecerá registrada dos veces.

“El problema de medir el empleo en un sitio pequeño se ha dado siempre”, dice el exdirector general de Empleo. Hay algunos ayuntamientos que hacen sus propias encuestas, según Pérez Infante, pero claro eso cuesta dinero. También se ha planteado en alguna ocasión la posibilidad de que las comunidades autónomas complementen la EPA para aumentar la muestra en algunas zonas de su territorio. El problema de los sondeos es que son costosos y hay otras necesidades públicas más apremiantes. “Gastar dinero en conocer lo que pasa en Alcorcón no parece ahora mismo idóneo teniendo en cuenta las necesidades de invertir en educación o sanidad”, dice este experto. “Casi es mejor educar al público para que tome estos datos con cautela”.

El informe del Alcorconazo promete información útil sin advertir luego de los posibles errores: “¿Qué municipios y actividades económicas han sufrido más el impacto laboral del COVID-19?”, dice en su cabecera.

Pérez Infante precisa que a pesar de su imperfección, el SEPE y la Seguridad Social pueden servir como fuentes complementarias de información para los datos macro de la EPA. Tienen la ventaja de que proporcionan información cada mes, con más frecuencia que la EPA, que es trimestral. “Sobre todo su valor es para anticipar por dónde irá la coyuntura económica”.

Para disgusto de los dirigentes de Alcorcón, la realidad no es tan dulce como la pintan los datos de la Comunidad. De hecho, sus datos de parados inscritos en el SEPE de 2020 muestran un cuadro totalmente opuesto. El número de desempleados creció de 8.933 en noviembre de 2019 a 10.918 en noviembre de este año, una realidad mucho más oscura y veraz que la del informe del Alcorconazo.

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