Desalojados del B9 se instalan en el albergue municipal de Badalona que Albiol cerró
Un grupo de vecinos impide la acogida de 15 migrantes del antiguo instituto en una parroquia de la ciudad

El desalojo del antiguo instituto B9 empieza a convertirse en una pesadilla para su principal promotor, el alcalde de Badalona, Xavier Garcia Albiol (PP). Un grupo de los migrantes subsaharianos expulsados del centro de enseñanza permanecen instalados, desde hace unos días, en Can Bofí Vell, un albergue municipal para personas sin hogar que cerró el año pasado, ya durante el mandato de Albiol. El Ayuntamiento ha tenido conocimiento de esa circunstancia este domingo y, desde las 19 horas, un amplio dispositivo policial de Mossos y Guardia Urbana se ha desplegado en torno a la masía. Diversas fuentes han asegurado a EL PAÍS que la policía no expulsará a los ocupantes (una quincena, actualmente) puesto que no puede acometer un desalojo exprés.
La ocupación del recinto, que permanecía cerrado y abandonado, se produjo días antes de que, el miércoles, se llevara a cabo el desalojo del B9, convertido en el mayor asentamiento de migrantes de Cataluña. El desahucio colectivo ha dejado sin techo a las casi 400 personas que, en los últimos dos años, vivieron en el recinto. Algunas decidieron acudir al recinto de Can Bofí Vell, donde se han ido instalando en pequeños grupos. Llegaron a ser unos 30. La noche de este domingo, apenas 15 permanecían allí: algunos no han regresado por la tarde a la masía a la vista del enorme despliegue policial. Agentes de policía han entrado en el edificio y han identificado a los ocupantes, aseguran las mismas fuentes.
“Están donde tenían que estar, no en ninguna nave abandonada, sino en un recurso asistencial que debería estar activo”, aseguran fuentes al corriente de la operación. La consejera de Derechos Sociales de la Generalitat, Mònica Martínez Bravo, había pedido expresamente a Albiol la reapertura de Can Bofí Vell, que tiene capacidad para acoger, con carácter de urgencia, a medio centenar de personas. El albergue municipal cerró en mayo de 2024 y era el único de estas características en Badalona, por los que las personas sin hogar se quedaron sin ningún recurso y, como protesta, acamparon varios días en la plaza de la Vila del Ayuntamiento.
El miércoles, cuando el desalojo estaba a punto de completarse, Albiol se felicitó por el logro y aseguró que no permitiría una nueva ocupación de espacios públicos o privados en Badalona. Ignoraba entonces que esa nueva ocupación, la de Can Bofí Vell, ya se había producido e iba creciendo poco a poco. Por si fuera poco, un centenar de los desalojados acamparon en una plaza frente al instituto, hasta que el viernes fueron forzados a irse por la policía.
Carta a Salvador Illa
Los desalojados del B9 han escrito una carta dirigida al presidente de la Generalitat, Salvador Illa, en la que relatan la ocupación de Can Bofí Vell ante la falta de alternativas. ”Nos hemos protegido de la calle, el frío y la lluvia en el albergue municipal de Badalona. Es el lugar que nos corresponde por derecho. No nos podemos quedar de brazos cruzados mientras ustedes vulneran nuestros derechos. Es indigno y es injusto". El colectivo lamenta la “disputa de competencias” entre las administraciones (en alusión a los reproches cruzados entre Generalitat y Ayuntamiento a propósito de la acogida) y exhorta a Illa a ofrecer una solución. “¿Van a hacer algo con nuestra situación? Le hemos visto repetir que Cataluña es una tierra de acogida. Entonces, ¿por qué somos maltratados de esta manera?"
El episodio del B9 está teniendo otros efectos colaterales en la ciudad. Este domingo, un grupo de vecinos se ha reunido ante la parroquia que debía acoger 15 de los migrantes desalojados para impedir que se lleve a cabo la acogida. Los vecinos han gritado proclamas de tinte racista contra de los migrantes y han impedido que las entidades sociales descargaran parte del material. Ante la situación de tensión, las entidades han decidido suspender la acogida, por motivos de seguridad, según ha confirmado Càritas a este diario.
Ni el Govern ni las entidades habían revelado la ubicación del local. A media tarde, primero dos vecinos y después un grupo más numeroso, se ha concentrado ante la parroquia Mare de Déu de Montserrat del barrio de Sant Crist.“Gritaban cosas como ‘No queremos negros aquí, ni enfermedades”, explica Carles Sagués, de la plataforma Badalona Acull.
Los concentrados, que han llegado a ser unos 200 según TV3, han impedido la llegada de una furgoneta de Cruz Roja con el material para que los migrantes pudieran pasar la noche en la parroquia, como colchones. Las entidades solo han podido descargar parte del material.
El alcalde de Badalona, Xavier Garcia Albiol, se ha presentado en el lugar y ha intentado mediar, sin éxito, con los vecinos, pidiéndoles que permitieran que los migrantes pernoctaran una noche en la parroquia y que este lunes iniciaría negociaciones con el Departamento de Derechos Sociales para encontrar una solución y un espacio alternativo.
La parroquia debía acoger 15 de los migrantes desalojados hace una semana en el antiguo instituto B9, que han pasado estos días al raso bajo un puente de la C-31, soportando la lluvia y el frío. Ante la negativa del alcalde de Badalona a darles cobijo, la Generalitat y las entidades sociales pactaron una solución de emergencia, que pasaba por alojar a esta quincena de personas en la parroquia, aunque solo para dormir. Otros emigrantes han sido acogidos por familias voluntarias.
Cáritas explicó este domingo que las personas que iban a pernoctar en la parroquia habían sido escogidas de acuerdo a un criterio de “especial vulnerabilidad”. En el dispositivo suman fuerzas Cáritas, Sant Joan de Déu Serveis Socials y la Fundació Llegat Roca i Pi. De día, los alojados podrían utilizar las duchas y lavandería del Centro Diurno Folre, que atiende a personas sin hogar. Además, Cáritas se está encargando de alojar en pensiones a cinco personas del B9 durante un mes, mientras busca nuevos espacios.
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