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La huelga contra el 25% de castellano en la escuela catalana pincha a pesar del apoyo del Govern

El sector educativo vive la cuarta jornada de paros de este mes, en esta ocasión centrada en la defensa de la inmersión lingüística

Manifestación en contra de la sentencia del 25% de castellano, este miércoles en Barcelona.
Manifestación en contra de la sentencia del 25% de castellano, este miércoles en Barcelona.LORENA SOPENA - EUROPA PRESS (Europa Press)

La huelga educativa convocada en Cataluña contra de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que obliga a impartir el 25% de las clases en castellano en todo el sistema educativo ha registrado un seguimiento discreto. Los primeros datos oficiales muestran un impacto mucho menor en las aulas y en la calle, en comparación con las jornadas de la semana pasada: un seguimiento del 6% del profesorado en los centros públicos y un 4% en la concertada, según el Departamento de Educación, que ayer anunció que apoyaba la propuesta. La semana pasada el porcentaje llegó al 31% en la pública. La manifestación de Barcelona también ha tenido menos asistentes, unos 7.500 según la Guardia Urbana, una tercera parte que hace una semana.

En medio de un ambiente crispado y una guerra abierta entre la comunidad educativa y el consejero de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, este intentó un acercamiento a la protesta, el día en que consideraba que más empatía podía lograr: la jornada en que la protesta se centra en la defensa del catalán en la escuela. Cambray anunció que se sumaba a la reivindicación y lo haría con una acción en el Parlament, que al final se ha plasmado en un intento frustrado de foto conjunta de los partidos independentistas. Frustrado porque ERC se ha quedado sola en la imagen.

Este miércoles, la comunidad educativa vuelve a vivir una nueva jornada de huelga, la cuarta de este mes, pero en esta ocasión está centrada en el rechazo a la sentencia del 25% de clases en castellano y el paro está convocado por los sindicatos Coordinadora Obrera Sindical (COS), la Intersindical-CSC, el Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans (SEPC) y el sindicato de docentes Ustec, aunque cuenta con el apoyo de otros sindicatos de profesorado y alumnado. Iolanda Segura, portavoz del sindicato Ustec ve la sentencia como “injusta porque es claramente política y en ningún caso apunta a una necesidad pedagógica” y ha exigido a la Generalitat que implemente la inmersión lingüística. Segura considera que las acciones del Govern “van en la línea contraria” y que se ha pasado la responsabilidad a los centros educativos.

Las huelgas de la semana pasada forman parte de un paquete de cinco días de protesta, que de forma unitaria convocan todos los sindicatos de la educación pública no universitaria, en contra de proyectos como el nuevo calendario escolar y los currículos, pero también pidiendo la reversión de los recortes de hace una década y criticando la falta de negociación del consejero Cambray. Los sindicatos están en plena negociación con Educación para acabar con la huelga, de la que todavía quedan dos días convocados para el 29 y 30 de marzo.

Pero este miércoles el foco está puesto en la lengua -que también formaba parte de la otra ola de protestas, y que ha llevado a sindicatos como CC OO a no sumarse a la de hoy- y la defensa del modelo de inmersión lingüística y se ha llamado al paro profesores y alumnos de todos los niveles educativos, incluida la universidad. Precisamente han sido los campus donde se ha hecho más notoria la huelga, principalmente debido al movimiento estudiantil (no presente la pasada semana), mientras que no se puede medir el impacto en escuelas e institutos porque la Generalitat solo recopila datos del profesorado.

Así, el seguimiento en las universidades ha sido notorio, pero desigual, según los datos facilitados por los campus. En la Universidad de Barcelona, las afectaciones se han concentrado en las aulas del Edificio Histórico y en la facultad de Matemáticas, que han quedado vacías. En la Autónoma, la huelga ha tenido un seguimiento mayoritario entre los alumnos y en la mayoría de las facultades se han interrumpido las clases. En Tarragona cifran el seguimiento en un 52%, mientras en Girona el paro ha sido masivo en tres de las nueve facultades, y en Lleida el paro solo se ha notado en la facultad de Educación. En la Pompeu no hay clases por estar en periodo de exámenes; la Politécnica no ha facilitado los datos.

A pesar del apoyo expresado por Cambray, los convocantes critican que el Departamento “todavía no haya dicho qué hará para garantizar que el catalán continúe siendo la lengua vehicular en las aulas”, y ello cuando el plazo de dos meses para ejecutar de forma voluntaria la sentencia acaba este viernes. En este sentido, los sindicatos reclaman a Educación que “asuma todas las responsabilidades en la defensa de la lengua catalana y que se comprometa, con medidas concretas, a preservar y blindar el modelo de inmersión lingüística”.

La jornada ha comenzado con la acción de piquetes a primera hora. El más destacado ha sido el de la Universidad Autónoma de Barcelona, donde, como es habitual cuando se convoca una huelga, un pequeño grupo de miembros del SEPC han levantado barreras en diferentes puntos para impedir el acceso al campus. Los piquetes estudiantiles también han actuado en la Universidad de Barcelona y en la Pompeu Fabra. También se han convocado varias manifestaciones: en Barcelona al mediodía, pero por la tarde en las otras tres capitales de provincia, además de Tortosa y la Seu d’Urgell.

La más numerosa, la de la capital catalana, ha sido una mezcla de perfiles y motivos. La encabezaba el séquito educativo que, tras una pancarta que reclamaba “La pública es en catalán”, exige que se mantenga el modelo de inmersión lingüística, que siempre ha tenido un consenso mayoritario entre los partidos políticos. Y lo ven especialmente necesario en un momento como el actual, en que varios estudios muestran un retroceso del uso del catalán en las aulas. El último, el presentado por el Síndic de Greuges el lunes, en base a una macroencuesta realizada a 52.522 alumnos de 5º de primaria y 3º de ESO, que refleja ya una presencia del castellano en las aulas, especialmente en los institutos, superando el 25% que fija la justicia. Concretamente, los resultados indican que el catalán es de uso mayoritario en las aulas, aunque más en primaria (70%) que en secundaria (64%), mientras que el castellano gana terreno en la ESO (pasa del 22% en primaria al 28%). El resto corresponde a una lengua extranjera. La situación cambia notablemente en el comedor, cuando se iguala el uso de los dos idiomas cooficiales, pero en el recreo ya se impone el castellano, con un 56% en primaria, pero el 67% en secundaria.

“Esto del 25% es una vergüenza y una excusa barata para atacarnos porque el castellano se enseña perfectamente y en los pasillos, sobre todo en la ESO, todo el mundo habla en castellano”, tercia Judit, estudiante de segundo de bachillerato, que se manifestaba este miércoles por el centro de Barcelona. Josep Maria, profesor en un instituto público, califica la sentencia de “asesinato a la lengua” y reclama a las instituciones que defiendan el catalán por ser una “lengua oprimida”, que “no está en igualdad de condiciones con la lengua castellana”, informa Anna Ariño.

Pero la marcha también se ha nutrido por un grupo de manifestantes, convocados por el Consell per la República, que le ha dado un tinte más político a la protesta. Una portavoz, que querido identificarse como “una ciudadana que quiere la independencia”, ha explicado sus motivos particulares: “Tenemos que defender lo que es nuestro, la lengua catalana, que es más antigua que la castellana”.

A finales del pasado mes de enero, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña declaró firme la sentencia que reafirma la obligación de impartir un mínimo del 25 % de enseñanza en castellano en el sistema educativo de Cataluña y el Govern, que tenía un plazo de dos meses para ejecutarla, un plazo que acaba este viernes día 25. Educación mantiene silencio sobre la forma en que va a dar respuesta. Cambray ha asegurado que pasado este plazo, la situación no va a cambiar en las aulas, pero anunció que se está elaborando un nuevo decreto que ordenará el uso del catalán en el aula, aunque sin dar más detalle.

Polémica por la foto

Los dos socios del Govern han vuelto a vivir una jornada de choque, a cuenta por la foto con la que el Govern quería mostrar su apoyo a la huelga. La portavoz del Ejecutivo, Patricia Plaja, había anunciado el martes la intención de hacer una foto conjunta en el Parlament. Sin embargo, solo un diputado de Junts, Josep Maria Argimon, ha participado en la instantánea. Desde ERC insisten en que todo estaba organizado y en Junts atribuyen a un “malentendido” la no participación.

La huelga en defensa del modelo de inmersión lingüística y las turbulencias en la comunidad educativa en Cataluña ha marcado la sesión de control al Govern en el Parlament. Todos los partidos de la oposición, a excepción de En Comú Podem, han pedido en sus intervenciones el cese del consejero de Educación, el republicano Josep Gonzàlez-Cambray, criticándole la falta de diálogo con los sindicatos.

La diputada de la CUP, Nogay Ndiaye, le ha preguntado directamente al president Pere Aragonès que si estaba dispuesto a cesar a Gonzàlez-Cambray por “darle la espalda” a la comunidad educativa. El líder de la Generalitat ha sido contundente en la defensa de su consejero. “No será cesado. Mantengo la confianza”, ha dicho con vehemencia.

El titular de Educación ha tenido que responder a preguntas de los socialistas, PP, Vox y Ciudadanos respecto a las jornadas de huelga de la semana pasada y la de este miércoles, convocada en defensa de la inmersión. “Tenemos un sueño, mejorar y transformar el sistema educativo con equidad, y seguiremos con el diálogo como siempre hemos hecho”, ha dicho Gonzàlez-Cambray, parafraseando a Barack Obama para defender su gestión.

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