El rompecabezas del ‘caso Koldo’: ¿Quién hizo qué?
Los informes de la Guardia Civil, que señalan al exministro Ábalos de forma clara por primera vez, perfilan los papeles que desempeñaban los presuntos miembros de la trama corrupta
El caso Koldo constituye un auténtico rompecabezas repleto de personajes, operaciones empresariales, sociedades interpuestas, entregas de dinero en efectivo... Toda una compleja maraña que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil trata de desenredar, tal y como reflejan los dos nuevos informes que el instituto armado ha enviado a la Audiencia Nacional esta semana y que apuntan a la capacidad que tuvo la red corrupta para extender sus tentáculos por varias administraciones e, incluso, por las propias Fuerzas de Seguridad del Estado. Estos recientes análisis policiales han supuesto una verdadera revolución en el sumario. Sobre todo porque, por primera vez, los investigadores señalan sin ambages a José Luis Ábalos, ministro de Fomento y de Transportes en el Gobierno de Pedro Sánchez entre 2018 y 2021 y número tres del PSOE en esos años; además, refuerzan las sospechas de que el empresario Víctor de Aldama, quien fuera presidente del Zamora CF, se erige como pieza fundamental del entramado.
¿Quiénes son los protagonistas en esta alambicada y presunta estructura corrupta que ha salpicado al Ejecutivo? ¿Qué papel jugó cada uno? Estas son las principales conclusiones que sacan los investigadores policiales con las pesquisas desarrolladas hasta ahora:
Aldama, el “corruptor”
Nada se entiende en esta trama sin la figura de Víctor de Aldama, a quien los agentes denominan “nexo corruptor”. Según el sumario, él es quien toma la iniciativa para entrar en contacto en el verano de 2018 con Ábalos, después de que a su hermano (Rubén de Aldama) lo nombraran escolta del recién elegido ministro. “Lo tienes a huevo para hacer cosas”, le escribió Rubén a Víctor después de que este fuera presentado a Koldo García y al dirigente del PSOE el 31 de agosto de ese año, según exponen los investigadores.
El empresario se aprovechó de inmediato de esa coyuntura y comenzó a estrechar los lazos. Poco a poco, esa relación dio sus frutos. Las pesquisas apuntan a que Koldo García, mano derecha de Ábalos, empezó a “velar por los intereses” de Aldama a cambio de supuestas “contraprestaciones” para él y el ministro. La tesis que se pone sobre la mesa es que se le “abrían las puertas” a nuevos negocios, se le facilitaban reuniones con altos cargos públicos, se le daba acceso a información... Como la que le permitió enterarse de que Transportes necesitaba material sanitario en plena pandemia y, de esta forma, aliarse con el también empresario Juan Carlos Cueto para lograr los contratos millonarios de compraventa de mascarillas que dan origen a este caso.
Aldama contaba con una importante red de contactos en Latinoamérica; especialmente en Venezuela, incluyendo a la vicepresidenta Delcy Rodríguez, a la que llama “la jefa”. Y los agentes sospechan que “orquestó” el viaje de la política venezolana a España en 2020, cuando ella llegó a aterrizar en Barajas pese a que tenía prohibida la entrada en la UE. También creen que trató de influir en el rescate de Air Europa.
El empresario, que entró el pasado jueves en prisión por su presunta implicación en otra trama delictiva centrada en el fraude de hidrocarburos, alardeaba ante sus interlocutores de su influencia en Transportes: “Con el nuevo Gobierno, lo que se quiera”; “Ya con el ministro de Fomento tengo todo armado”, les decía, según consta en conversaciones interceptadas por la Guardia Civil, que mantiene que tenía en nómina a Koldo García con pagos periódicos de 10.000 euros. “La maquina necesita aceite, ya sabes tú mejor que nadie”, le dijo a uno de sus colaboradores al que le pedía que le facilitara efectivo, según los investigadores.
Ábalos, el “jefe”
Cuando estalló el caso Koldo hace ocho meses y el escándalo se centraba en Koldo García, exasesor de Ábalos, el PSOE marcó distancias rápidamente con quien había sido su antiguo secretario de Organización y uno de los apoyos fundamentales de Sánchez para llegar a La Moncloa. Entonces, como el exministro se esforzaba en repetir, el sumario no lo implicaba, aunque el juez lo llegaba a calificar en una resolución como uno de los “intermediarios” usados por los imputados para solucionar sus problemas con un contrato adjudicado en Baleares. Sin embargo, las pesquisas han evolucionado mucho en este tiempo.
El último informe de la UCO inflige un duro golpe a Ábalos, actual diputado del Grupo Mixto, a quien otorga un “papel relevante y de responsabilidad” por su vinculación “directa con Koldo, Aldama y la organización criminal”. El documento policial, que deja al socialista al borde de la imputación (decisión que tomará el Tribunal Supremo, al ser aforado), describe una relación casi de tú a tú de Ábalos con el expresidente del Zamora CF. Los agentes hablan de reuniones a solas dentro y fuera del ministerio entre ambos, de favores recibidos y dados, de maniobras para beneficiar a Aldama... Y, como grandes indicios incriminatorios, la Guardia Civil revela que la red corrupta compró un chalé en La Línea (Cádiz) para que lo usara el político, además de pagarle un piso en Madrid a su pareja.
“Voy a colaborar totalmente. Soy el principal interesado, pero también el principal afectado”, se defendió Ábalos este viernes en un programa de televisión, donde insistió en que el documento de la UCO “no acredita nada”. “Yo veo ahí valoraciones que, a mi modo de ver, no se ajustan a la verdad”, insistió el diputado, a quien Aldama se refería como “el jefe” en sus conversaciones con terceras personas, según destacan los investigadores.
Koldo García, el “grandullón”
Aldama llamaba a Koldo García “el grandullón”, y este se convirtió en la práctica en su conseguidor, según el sumario. Los informes policiales cuentan cómo el exasesor socialista contactó, por ejemplo, con presidentes y dirigentes de comunidades gobernadas entonces por el PSOE para abrirle vías de negocio al empresario. Entre esos presidentes están Ángel Víctor Torres, de Canarias (ahora ministro de Política Territorial); Concepción Andreu, de La Rioja; y Francina Armengol, de Baleares (hoy presidenta del Congreso), a quien Koldo le envió un mensaje de móvil que decía: “Cariño, te tengo informada de todo”. O, incluso, cómo escribió a Luis Rubiales, entonces presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), para tratar de colocarle productos de la presunta red corrupta. Entre otros muchos favores, Koldo García facilitó supuestamente “salvoconductos” a Aldama, emitidos por el ministerio en pleno estado de alarma, cuando los movimientos estaban restringidos.
El asesor de Ábalos, que se movía como pez en el agua por las Administraciones socialistas, manejaba grandes cantidades de efectivo —casi cuadruplicó sus ingresos en metálico tras los contratos bajo sospecha— y adquirió varias casas, según recogen los informes policiales.
Rubén Villalba, el comandante
La UCO asegura que Aldama compró a un comandante de la Guardia Civil, Rubén Villalba, que les facilitaba “líneas de comunicación seguras” a cambio de pagos mensuales de 2.000 euros. El supuesto agente corrupto, que desempeñaba sus funciones en el Servicio de Información del instituto armado antes de que le trasladaran en 2023 a la Embajada de España en Venezuela, les proveía de teléfonos móviles sin control oficial y se los cambiaba de manera periódica, siempre según los investigadores.
Varios compañeros de Villalba han explicado que este les pedía otros favores que tenían a Aldama como beneficiario. “Rubén me pidió acompañar a Aldama a la intervención de armas de la Guardia Civil de Tres Cantos Cantos (Madrid) [para] el depósito de un arma y la solicitud por parte de Víctor de la licencia de armas de tipo B”, contó un agente destinado en la Jefatura de Información.
Claudio Rivas, el casero
En los últimos meses ha emergido otro personaje en la trama: el empresario Claudio Rivas. Los analistas de la Guardia Civil señalan que fue quien, mediante la empresa Have Got Time SL, compró el chalé de La Línea que usaba Ábalos. Los investigadores sospechan que era socio de Aldama y que, junto a él, urdió el fraude de los hidrocarburos que ha conducido a ambos a prisión —la Audiencia Nacional lo mandó a la cárcel también el jueves—. Una vinculación clave para entender por qué adquirió la casa gaditana.
Los agentes insisten en que el interés de Rivas residía en tejer una buena relación con Koldo García y el entonces ministro para que Transportes posibilitara que una de sus compañías, Villafuel, obtuviera el título de “operadora de productos petrolíferos al por mayor”. En enero de 2021, según el sumario, el asesor de Ábalos consiguió a Rivas una entrevista con el director de gabinete del Ministerio de Industria. Era justo cuando se estaba decidiendo qué chalé comprar. “Van a montar una comercializadora”, avisó Koldo García al director de gabinete: “Solo [necesito] que les veas y se presenten”. Sin embargo, en diciembre de 2021, la Administración rechazó otorgarle la condición de operadora —no lo conseguiría hasta 2022—. Para entonces, Ábalos ya estaba fuera del Gobierno.
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