Sánchez ve consolidada la legislatura
El entorno del presidente se envuelve de euforia tras la aprobación de la ley de amnistía en la Comisión de Justicia del Congreso y bromea sobre la oposición: “Les quedan unos años más de sanchismo”
A pesar de que era un día decisivo para el Gobierno, Pedro Sánchez ha dejado este jueves que sean sus principales colaboradores, con Félix Bolaños al frente, quienes muestren públicamente la euforia que domina al equipo del presidente tras el acuerdo de la amnistía que abre paso, además, a los Presupuestos. Sánchez se ha concentrado en su viaje a Brasil, que considera muy importante desde el punto de vista económico —las empresas españolas aspiran aquí a una parte del pastel de 300.000 millones en obra pública que está poniendo en marcha el Gobierno de Lula— y no ha querido mostrar el público su alegría por el acuerdo. Pero en privado, varios de sus colaboradores señalan que está tan eufórico como todos los demás.
El presidente, señalan en su entorno, considera que este acuerdo no solo consolida la legislatura y abre paso a los Presupuestos, que no tardarán en llegar, según los cálculos de La Moncloa, sino que, además, supone algo mucho más de fondo, porque implica el cierre definitivo de la herida política abierta en 2017 por el procés. Lejos de estar a la defensiva con la amnistía, como pareció en los primeros meses, Sánchez ha dado la orden de darle la vuelta a este asunto y reivindicarlo como una medida muy positiva. Por eso, Bolaños dijo que el Gobierno está “orgulloso” de la amnistía, algo que parecía impensable hace unos meses, cuando Sánchez la justificaba diciendo que había que “hacer de la necesidad virtud”.
Sánchez y su equipo llevaban semanas trabajando el acuerdo, pero todo se ha acelerado mucho más después de que el pésimo resultado del PSOE en las elecciones gallegas y las dimensiones que ha alcanzado el escándalo del caso Koldo llevaran al Gobierno a uno de sus momentos de mayor debilidad desde que el líder del PSOE llegó a La Moncloa en 2018. Si la amnistía siempre fue la clave de bóveda de la legislatura, en los últimos días se había convertido en la única solución para salir del agujero político en el que se había metido el Gobierno con el primer caso de corrupción que afecta al Ejecutivo de Sánchez.
En el entorno del presidente están convencidos de que este acuerdo refuerza al Gobierno. Y sobre todo, cuando en pocas semanas también lleguen los Presupuestos, creen que dejarán a la oposición fuera de juego en su intento de instalar la idea de que el Ejecutivo está a punto de caer. El mensaje político más importante que sale de este acuerdo, al menos tal como lo ven en el equipo más cercano del presidente, es que queda mucha legislatura por delante y el caso Koldo, pese a que nadie minusvalora su gravedad, no va a conseguir tumbar al Gobierno. “Eso es lo que desespera a la derecha. Creían que esto se acababa, pero van a tener unos años más de sanchismo”, señalan en el entorno del líder.
Lo prioritario ahora es sacar adelante los Presupuestos. La negociación está muy avanzada, y se ha mantenido de forma paralela a la de la amnistía. Las reuniones lideradas por María Jesús Montero, ministra de Hacienda, no se han interrumpido en ningún momento. Ella no quiere poner fechas, se limita a decir que quiere sacarlos “cuanto antes”. Pero lo cierto es que el Gobierno ha mantenido en marcha toda la maquinaria porque daba por hecho que el acuerdo de la amnistía llegaría en algún momento.
Ha habido mucha negociación con todos los grupos, aunque nadie quiere darlo por cerrado y todos tratarán de cobrar caro su apoyo. Pero la decisión política de fondo que ha tomado tanto Junts como ERC, y que también tienen clara tanto el PNV como Bildu, es la de mantener la mayoría compacta y permitir que el Gobierno pueda desarrollar su proyecto político a través de los Presupuestos, según fuentes de todos los sectores.
En la conversación en el avión camino de Brasil, Sánchez ya dejó claro que no iba a esperar a sacar los Presupuestos de 2025, él está trabajando para tener cuanto antes los de 2024, que ya llevan tres meses de retraso. Fuentes del Gobierno señalan que no será tan inminente como apuntan algunos, no es cosa de una o dos semanas, pero sí se ha visto en todas las conversaciones para el acuerdo de la amnistía y en otras que todos los grupos de la mayoría, incluido Junts, tienen la clara voluntad de pactar los Presupuestos.
Pero más allá de la coyuntura política, muy relevante para Sánchez en un momento de extrema debilidad por el caso Koldo y el fiasco en Galicia, en el entorno del presidente creen que la amnistía tendrá consecuencias políticas de fondo y de largo plazo que solo podrán verse con el tiempo. Siete años después, el equipo del presidente está convencido de que están poniendo el punto final al procés y abriendo así una nueva etapa en la política española. Y creen que el PP se está equivocando al no entender que ese es el proceso que desea no solo la mayoría de la sociedad catalana, sino buena parte de la española, que cuando vea los resultados de esta decisión acabará dándole la razón al Gobierno.
Momentos de angustia
Al menos así es como lo ven en el equipo de Sánchez, donde se han vivido en las últimas dos semanas momentos de verdadera angustia, en especial con la resistencia de José Luis Ábalos a entregar el acta por su responsabilidad política en el caso Koldo. El desgaste de este escándalo de corrupción no se aplaca por este pacto, y el propio Sánchez admitió en el avión que “no es el mejor escenario” tener este caso encima de la mesa con varias elecciones en el horizonte, pero en La Moncloa confían en que este acuerdo de la amnistía y el posterior de los Presupuestos cambien un poco el panorama político y sobre todo instalen definitivamente la idea de que hay legislatura para rato. Para Sánchez es fundamental esta idea, porque la oposición parece apostar todo a la sensación permanente de que el Gobierno está a punto de caer. Una vez más, cuando estaba en un momento de máxima debilidad, Sánchez ha logrado un giro de los acontecimientos que le permite de nuevo ofrecer un mensaje de resistencia y dar un horizonte de continuidad a sus políticas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.