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“Casado ha caído por Teodoro, no por Isabel”

Presidentes autonómicos, exministros, dirigentes y excargos del PP explican las causas del derrocamiento de su líder

Natalia Junquera
El líder del PP, Pablo Casado, abandona el Congreso el pasado miércoles.
El líder del PP, Pablo Casado, abandona el Congreso el pasado miércoles.Bruno Thevenin

Aparentemente, la operación de derribo de Pablo Casado ha durado apenas siete días, los que han tardado los tuits en darse la vuelta: del apoyo incondicional… al tiene que irse. Pero en el derrocamiento del primer líder del PP elegido en unas primarias han sido determinantes factores previos al enfrentamiento con Isabel Díaz Ayuso. Son los que explican, por ejemplo, que Alberto Núñez Feijóo —29 de mayo de 2020: “Ningún compañero debe perder los papeles”— y Cayetana Álvarez de Toledo —2 de junio de 2020: “Entiendo que a Feijóo no le gusten intervenciones mías como a mí no me gustan algunas de las suyas”— compartan, de repente, diagnóstico y remedio en el PP. Y son, sobre todo, los que revelan por qué Casado se ha quedado tan solo. EL PAÍS ha preguntado a una docena de fuentes — exministros, marianistas, aznaristas, dirigentes, exdirigentes, y miembros del comité de dirección del todavía líder popular— las causas de la caída y por qué ha sido, aparentemente, tan rápida.

El ‘caso Ayuso’. “La gota que colma el vaso”

Ayuso y Casado
Partidarios de Isabel Díaz Ayuso concentrados el pasado domingo frente a la sede del PP para exigir la dimisión de Pablo Casado y de Teodoro García-Egea. Ricardo Rubio (Europa Press)

Todas las fuentes consultadas lo sitúan como el detonante de la crisis definitiva, no su razón exclusiva o fundamental. Un presidente autonómico asegura: “La persona que ha hecho caer a Casado es Teodoro [García Egea], no Isabel [Díaz Ayuso]. Lo de Isabel ha sido la gota que colma el vaso. Esa actitud beligerante con una presidenta que está en gracia provocó una ruptura que no se había producido nunca antes con las bases y los votantes, pero había un enorme malestar previo”.

Un exdirigente crítico con la presidenta madrileña lamenta las concentraciones del pasado domingo frente a Génova exigiendo la dimisión de Casado y su secretario general. “Me parece que ahí había mucha mascarilla verde”, asegura, en alusión a partidarios de Vox. A continuación, explica: “Ayuso y Miguel Ángel [Rodríguez, su jefe de gabinete] sabían que iban a por ella y Génova comete un fatal error de cálculo: cuando estalla la bomba, su relato no es creíble porque la semana anterior a la Cope [donde Casado sugiere que Ayuso ha cometido tráfico de influencias] la estaban mandando de mítines por Castilla y León”.

Un exministro: “Si te crees lo que dijo Casado, vas a la Fiscalía, no a la radio”
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Para José Manuel García-Margallo, exministro de Asuntos Exteriores, el enfrentamiento con Ayuso tiene más que ver con “una absurda guerra de celos entre dos pesos pesados” que con supuestas irregularidades. “Ella tiene un éxito espectacular y la estrategia de la dirección consiste en decir que ese éxito no es suyo, que empieza en Murcia. Convocan elecciones en Castilla y León para demostrarlo y la campaña es Casado, pero no sale bien. La comisión de su hermano no era tal, sino el pago a los servicios prestados. Y el propio Casado lo reconoce al cerrarse el expediente”. Otro exministro de Mariano Rajoy apunta: “Ya veremos en qué queda lo de los contratos de Ayuso, pero el asunto no se abordó de forma adecuada. Si te crees lo que dijo Casado, vas a la Fiscalía, no a una radio”.

Un miembro del Comité de Dirección del PP: “Querían que actuáramos como escudo humano”

“Nosotros”, explica un miembro del comité de dirección del PP, “no sabíamos nada porque no nos habían contado nada. Nos hemos sentido absolutamente engañados y ninguneados. El jueves [después del cruce de reproches de García Egea y Ayuso] nos explican que llevan meses con eso y que ella no les había aportado la documentación que le pedían. Varios miembros del Comité le decimos que para denunciar algo así hacen falta hechos constatados. El lunes insisten en el tema, pese a que Casado ya había dado por buenas las explicaciones de Ayuso, y ahí algunos nos plantamos y decimos que hay que tomar decisiones porque de lo contrario seremos copartícipes de lo que están haciendo. Querían que actuáramos de escudo humano, pero yo no podía respaldar aquello”. Otro miembro de la dirección asegura, no obstante, que “el error” fue dar “demasiado tiempo” a Ayuso para que aportara la documentación que le pedían. “Mientras, Sol nos asediaba”, añade, en alusión a Miguel Ángel Rodríguez.

El supuesto intento de espionaje, es decir, las formas, sepultaron el fondo. Nadie en el partido volvió a hablar públicamente del beneficio que el hermano de Ayuso obtuvo al contratar con su Gobierno en lo peor de la pandemia. Preguntado por si ese silencio obedece a que no ven nada poco ejemplar en su actuación, un presidente autonómico afirma: “Estamos acostumbrados a que se abran un montón de causas que luego quedan en nada, y en algún caso, con el señalado ya muerto. Pablo [Casado] no ha entendido que la cultura del partido es proteger a sus cargos públicos del escarnio. En los estatutos se introdujo que no se aparta a nadie hasta la apertura de juicio oral. Si un juez dice que es culpable ya veremos, pero que el partido no la señale”.

García Egea y la lista negra

Pablo Casado (en el centro) rodeado de sus primeros apoyos al presentar los avales para concurrir a las primarias del PP en 2018. Entre ellos, Teodoro García Egea, Isabel Díaz Ayuso y Javier Maroto.
Pablo Casado (en el centro) rodeado de sus primeros apoyos al presentar los avales para concurrir a las primarias del PP en 2018. Entre ellos, Teodoro García Egea, Isabel Díaz Ayuso y Javier Maroto. J.J.Guillén (EFE)

Los dirigentes y exidirigentes del PP consultados creen que Casado se habría salvado si García Egea, su mano derecha, hubiese dimitido el primer día de la crisis. “Estoy absolutamente convencida”, señala Esperanza Aguirre. “Yo estaba entusiasmada con Casado. Es una persona afable y con principios, pero tenía a un secretario general ocupándose de las cosas del partido que era todo lo contrario”. “Lo de Ayuso”, afirma un exministro, “no es que haya sido la excusa, pero sí una válvula por la que ha escapado una presión que ya existía”. El tema de fondo, apuntan las fuentes consultadas, era la gestión general del partido, es decir, su secretario general.

La lista de enemigos del hasta esta semana número dos del PP supera al número de cadáveres que ha dejado en el partido y es clave en el final de Casado, que le defendió hasta que, en palabras de los consultados, “fue demasiado tarde”. Uno de los defenestrados lo relata así: “Después del congreso [de 2018, donde Casado venció a Soraya Sáenz de Santamaría] impusieron una dinámica de conquista: los que habían perdido se tenían que ir. Volcaron todas sus energías en cambiar las estructuras y Teodoro presumía de tener una lista con los nombres de los que se iba a cargar”. Aguirre añade: “Teodoro confundió su misión. En lugar de dejar que los afiliados eligieran a los mejores, se empeñaba en que pusieran a los más manejables, cuyos sueldos y carreras dependían totalmente de él. Pero cuando han venido mal dadas, también se han dado la vuelta”.

Ese proceso de cambio de las estructuras se hizo, añaden las fuentes consultadas, de malas maneras. Y ahí coinciden no solo los defenestrados, sino algunos de los que observaban plácidamente desde sus puestos orgánicos. Un barón autonómico lo describe así: “Las injerencias han sido constantes, siempre imponiendo, siempre con prepotencia y faltas de respeto. Y me consta que en el grupo parlamentario Teo ha hecho lo mismo. A Casado le pedíamos cambios hace tiempo, pero no ha querido hacerlos”.

Una exdirigente añade: “Teo amenazaba, chantajeaba... fue algo terrorífico y a los que son un poco paniaguados los tenía efectivamente aterrorizados. En cuanto les quitaron el yugo [al extenderse la exigencia de dimisión de García Egea y de convocatoria de un congreso extraordiario] les traicionaron”. Uno de los caídos en la etapa de Casado señala: “El liderazgo no se construye bajo el miedo y la dominación. No es eso lo que logra las adhesiones y la prueba es que en cuanto se empieza a resquebrajar el asunto, la gente ha salido despavorida”.

Un exministro describe el viraje del núcleo duro del líder del PP como “pornográfico”. “Lo del intento de espionaje está muy feo, pero ese abandono grosero de Casado por quienes estaban ahí puestos por él, como las ratas que saltan primero del barco, tiene que ver con que no supo construir un liderazgo sólido y ante la primera dificultad, ha habido una estampida”.

Los sustitutos. “Se cargaron de golpe y a lo bestia, a una generación”

Esa dinámica de “vencedores y vencidos” que varios de los consultados señalan que se impuso en el PP tras el congreso de 2018 se tradujo en la salida de los puestos de responsabilidad e incluso de la política de exministros, ex secretarios de Estado y veteranos dirigentes populares. “No contó con los mejores. Los apartó. Aquello era un jardín de infancia”, asegura Margallo. No es el único que se expresa en esos términos. “García Egea es un niño grande”, afirma un presidente autonómico. “Se lo toma todo como un videojuego”.

El exministro de Asuntos Exteriores se alegra de que el partido apueste ahora “por la experiencia de Feijóo, un gestor con perfil más centrista y europeo. Ya era hora de que el PP fuera un partido, no una cúpula”. También lo celebra un compañero de gabinete: “Casado llegó anunciando ‘la vuelta del PP verdadero’. Y nosotros nos preguntábamos: ‘¿Pero es que se había ido?’ Después, en efecto, se fue. Se contagió de eso que se puso tan de moda, la nueva política. Todo tenía que ser nuevo, es decir, sin experiencia. Ayuso tampoco es una gestora, una política de contenidos. Su éxito consiste en lo contrario, en su lenguaje. Los demás no tenían otra cosa, pero nosotros sí porque somos un partido de gobierno, no nos había reclutado un headhunter [cazatalentos]. Nunca nos preguntaban y decían ideas muy generales porque no sabían expresarlas de otra manera. Feijóo es un gestor con experiencia y resultados que ha sido muy crítico con el infantilismo en la política y muchas de esas críticas podían ir dirigidas a su partido. Ahora sí vuelve el PP”.

La llegada de Casado a la presidencia del partido provocó, según uno de los defenestrados, “una ruptura generacional”. “Esos recambios necesitan siempre una transición para que los que saben, los que han llevado los asuntos, transmitan esos conocimientos. Aquí se eliminó a lo bestia y de golpe a una generación”.

“El ratón se estaba comiendo al gato”

El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, al salir, el pasado jueves, de la reunión en Génova donde Casado renunció a presentarse al próximo congreso extraordinario del PP.
El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, al salir, el pasado jueves, de la reunión en Génova donde Casado renunció a presentarse al próximo congreso extraordinario del PP. Alberto Ortega - Europa Press (Europa Press)

“¿Por qué hasta los más fieles, como Fernando López Miras [presidente de Murcia] le han dado la espalda?”, se autopregunta un barón al explicar lo sucedido. “Porque sus alcaldes y todo el mundo quiere ganar y porque sabe que las bases ya no están con Pablo, aunque él nunca lo llegó a entender”, se responde.

Varios de los consultados comparten ese diagnóstico. Uno de los apartados por el PP de Casado señala: “El episodio final es indescriptible y desagradable, pero más allá de eso la dinámica no tenía futuro. Se ha quedado tan solo porque el ratón se estaba comiendo al gato. Vox no deja de subir. Casado era el caballo perdedor, cundió el pánico y entramos en una fase absurda de sálvese quien pueda. Especialmente en Madrid, pero también fuera, se extendió la idea de que era un lastre. Puede ser más o menos justo, pero tanta dispersión de ideas, tanto vaivén, tanta sensación de falta de equipo... al final se traspasa a la calle”.

Un exministro de Rajoy coincide: “No me sorprende que le hayan abandonado. En política la exigencia es muy alta y si hay un candidato mejor, más sólido, con más posibilidades de ganar, se cambia. Pasa en todas partes”. Otra exdirigente señala que el afán de García Egea por contrarrestar el peso de los barones coincidió en el tiempo cuando empezó a pensar que Casado quizá necesitara un cuarto intento para ocupar La Moncloa. “Todos entendíamos que las próximas elecciones eran las últimas y si no lograba gobernar, se iba a casa. Pero Teo empezó a decir que la repetición electoral de 2019 no podía contarse como dos elecciones, sino como una, y que Casado, como sus predecesores, tenía derecho a tres intentos”.

Una persona del entorno de Casado recuerda, sin embargo, que había remontado en las encuestas y asegura que alguna les daba “hasta 130 escaños” Ahora, lamenta, “es posible un sorpasso de Vox”. Feijóo, y en eso también coinciden todos los consultados, no lo va a tener fácil: su primera decisión puede ser si la extrema derecha entra en un Gobierno gracias a sus siglas o si se repiten los comicios en Castilla y León.

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Sobre la firma

Natalia Junquera
Reportera de la sección de España desde 2006. Además de reportajes, realiza entrevistas y comenta las redes sociales en Anatomía de Twitter. Especialista en memoria histórica, ha escrito los libros 'Valientes' y 'Vidas Robadas', y la novela 'Recuérdame por qué te quiero'. También es coautora del libro 'Chapapote' sobre el hundimiento del Prestige.

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