“Yo te amo, crepe de salchicha”: el himno de fútbol más estrambótico es francés
La ‘galette saucisse’ es el símbolo culinario de Rennes y de su equipo de fútbol. Pasión doble
Los habitantes de Rennes (Bretaña) eligieron unir dos símbolos de la gastronomía bretona como son la galette (crepe) y la saucisse (salchicha bretona) para crear un identitario elogio de la sencillez gastronómica y una canción: el himno de su equipo de fútbol, cuya letra no puede ser más deliciosa a la vez que estrambótica: “Yo te amo, crepe de salchicha. / Comeré kilos y kilos de ti / por toda la región de Ille-et-Vilaine / con leche de Ribot. / Y si me abandonas, / entonces me envenenaré / ¡con callos de Caen / y paté de cerdo de Le Mans!”.
La particular magdalena proustiana de los habitantes de Rennes, una salchicha enrollada en una crepe, se encuentra por todas partes. Para hacerse una idea del nivel de devoción solo hay que ir una mañana de sábado al Marché des Lices (uno de los mercados más antiguos de Francia, en marcha desde 1622) y asistir a las colas que se forman entre las 10.00 y las 13.00 en las cinco camionetas especializadas en el asunto. La galette saucisse también se halla en cumpleaños, bodas, meriendas, aperitivos, primeras citas y, sobre todo, en la Route de Lorient, cerca del parque Roazhon, en el campo de fútbol del equipo de Rennes, donde está terminantemente prohibido vender otra cosa. Aquí no caben ni los gloriosos frankfurts del Camp Nou, ni las sausages roll de Wembley ni mucho menos los hot dogs industriales del Yankee Stadium. Contra la plaga globalizadora del hot dog, parrilla, carbón y humo de galette saucisse. Y si puede ser, al natural, nada de kétchup ni mostaza.
Es realmente difícil hallar en este mundo una identificación tan profunda con un producto. Philippe Bohuon, coordinador adjunto de arquitectura y patrimonio en Destination Rennes, explicó en el diario Ouest-France: “Aunque las galettes se conocían desde la Edad Media, las primeras galettes saucisse se comían en el mercado de Lices en el siglo XIX por su practicidad. Es a partir de 1901, año de fundación del club de fútbol Stade Rennais, cuando también se empiezan a encontrar en los partidos de fútbol”.
La historia de este tentempié de imbatible calidad-precio (cuesta unos tres euros) dio para que el periodista Benjamin Keltz publicara el libro Galette saucisse, je t’aime (Éditions du Coin de la Rue y Éditions Goater), en el que remonta los orígenes de este perrito caliente bretón a finales del siglo XVIII: “En aquella época, la galette de trigo sarraceno era el pan de los bretones. Se comía con huevo y mantequilla. Rara vez con carne. Salvo cuando se sacrificaban los cerdos, que era una época de opulencia”.
La vinculación de los habitantes de Bretaña con la crepe suma 700 años. Gracias a su clima húmedo aquí se tenía un mayor cultivo de trigo sarraceno. Los primeros vestigios de la crepe moderna aparecen en el libro Le Tretiz (el tratado), un poema anglo-normando escrito a mediados del siglo XIII por Walter de Bibbesworth en que se hablaba de las crispes, derivado del latín crispus o crispa, en referencia a un elemento ondulado, con pliegues, claro precedente de nuestros crepes.
Autóctonos, aficionados, estudiantes y hasta turistas se saben de memoria el himno como nos sabemos las canciones aprendidas en la infancia. Cualquier momento es adecuado para celebrar este tótem de la gastronomía tradicional y cuando se acaba es el momento de alucinar con los autores del himno, aficionados del Rennes, pese a sus bajísimos instintos al aludir al equipo rival (siempre desde el cariño): “Me gustan los hinchas del Lavallois / cuando están muy hechos a la parrilla sobre un fuego de leña. / Pero no los como. / Son malos para el hígado… Galette-saucisse, yo te amo…”.
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