Jesús Madrazo Selección 2018, un expresivo equilibrio

La peripecia profesional de Jesús Madrazo habría desanimado a cualquiera, pero él se crece con la adversidad. A cada golpe de la vida profesional responde con un nuevo proyecto, haciendo buena la sentencia de Heráclito de que el carácter es el destino. Después de casi 20 años llevando el peso de la dirección técnica de Contino, la bodega alavesa del Grupo CVNE de la que era alma mater y de la que fue extrañamente despedido, y tras el fracaso en su ilusionada asociación con el francés Cordonnier para levantar el proyecto de Viña Leizaola, en Laguardia, ha conseguido finalmente consolidar un proyecto personal donde reflejar su concepto del vino como una delicada combinación de finura y profundidad, de personalidad y versatilidad, de tradición y modernidad. Por eso les pone su nombre y rubrica con su firma.

Se trata de pequeñas producciones en Rioja y Ribera del Duero. Este último, elaborado en la bodega Territorio Luthier en Aranda de Duero, a la que asesora, es el más destacable. Con las uvas de un viñedo de 40 años en Gumiel del Mercado, y tras una crianza de año y medio en barricas de roble húngaro, francés y americano, logra un expresivo equilibrio entre la intensidad aromática, rica en frutillos silvestres rojos y negros, matices especiados, sutilezas florales y elegantes tostados, y el fuerte carácter de su paso de boca, donde deja un sostenido y sabroso recuerdo.