Madrid tiene puerto de mar

De Madrid se dice que es donde mejor pescado se vende y se come de España. Era cuestión de tiempo que la ciudad se sumara a la tendencia gastronómica de disfrutar del producto de mar in situ, es decir, cocinado bajo las directrices del mismo profesional que se encarga de seleccionarlo en origen y venderlo al consumidor final. Como, por ejemplo, el conocido chef Pepe Solla.

Bajo esta filosofía, han aparecido en Madrid varios locales que, con sus cocinas a la vista y una puesta en escena bastante original –desde un chiringuito hasta una ambientación inspirada en una lonja pesquera–, nos invitan a realizar un recorrido gastronómico por nuestras costas sin salir de la capital. Repasamos tres espacios marineros muy originales de Madrid con un denominador común, su pasión por ofrecer el mejor pescado y marisco elaborado por ellos mismos.

El Chiringuito de El Señor Martín

La pescadería gourmet El Señor Martín, cuyo puesto está instalado en el Mercado de San Miguel (Plaza de San Miguel, s/n; +34 915 42 49 36), puso en marcha esta neotaberna marinera en 2015. Sorprende con su puesta en escena, a modo de un chiringuito playero, y la calidad de sus frituras, a escasos metros de la Puerta del Sol. En 2016, bajo la batuta del chef Beltrán Alonso –ex de Nodo y de Arola Gastro-, El Chiringuito de El Señor Martín (Mayor, 31; +34 917 957 170) presenta una nueva carta en la que, tomando como partida el recetario tradicional de nuestra rica y variada gastronomía marinera, nos ofrece un paseo lleno de creatividad por todos los mares de nuestro literal.

El pescaíto frito del Atlántico, moluscos y pescados del Cantábrico, o los arroces de pescado del Mediterráneo componen una amplia gama de sugerentes propuestas que puedes disfrutar a la carta, o eligiendo entre tres recorridos gastro-temáticos por diversas zonas del litoral español. Cada uno de los estos tres menús incluye cuatro elaboraciones con especialidades de sus respectivas mares y un precio entre 27 y 33 euros. Estos viajes culinarios pueden acompañarse con alguna referencia de su correcta selección de vinos, entre los que destacan blancos y espumosos.

Atlántico Casa de Petiscos

En una luminosa esquina acristalada frente al Parque de El Retiro comenzó recientemente la nueva aventura en Madrid del chef gallego Pepe Solla (una estrella Michelin por Casa Solla, en Pontevedra). Se trata del hermano pequeño, y más informal, del restaurante Atlántico Casa de Comidas (Velázquez, 31).

En el nuevo Atlántico Casa de Petiscos (Menéndez Pelayo, 11; +34 914 352 819) se puede disfrutar de su personal apuesta por la cocina sencilla, pero en esta ocasión, en versión picoteo. Y es que petiscos, en gallego, significa pequeños bocados. Buscando inspiración en las raíces, Solla plantea una vuelta al pasado, aunque al mismo tiempo su rica experiencia viajera se deja sentir en algunos de sus platos, como el aguachile de pulpo o el tartar de vieras.

Todos los productos de Atántico Casa de Petiscos –no solo pescados y mariscos, también quesos y vinos–, son de origen gallego y van cambiando en función de la temporada. Por eso, los platos, que se aparecen escritos en pizarras colgadas de las paredes, van también rotando en la carta, ofreciendo las novedades de cada estación.

Decorado con infinidad de detalles marineros, como cangrejeras y farolas de puerto recuperadas, y también toques de mercado (básculas retro, cestos convertidos en lámparas), el amplio y luminoso comedor sintoniza con la propuesta informal y divertida de Solla, invitando a un tapeo con los mejor de la gastronomía gallega y vistas al Retiro.

El percebe de Cedeira

A finales de 2015 abrió sus puertas, en pleno barrio de Tetuán, la pescadería y marisquería El percebe de Cedeira (Sor Ángela de la Cruz, 34; +34 91 649 27 00 y +34 699 903 505). Como novedad incluía un pequeño espacio de restauración para degustar in situ de sus productos frescos y de temporada, una fórmula que muy extendida en capitales internacionales, desde Nueva York hasta Oslo, donde muchas pescaderías tradicionales han incorporado mesas y sillas en sus locales para que los clientes se sienten a degustar el género comprado previamente.

En el caso de este local madrileño la mecánica es igual de sencilla y directa: el comensal solo tiene que elegir entre los pescados y mariscos disponibles cada día en el mostrador, pagando al peso por el plato que, un rato después, estará listo para tomar en alguna de las mesas de la pescadería. Para los indecisos, ofrecen un menú de plato único diario, con base siempre en productos marineros, como los de calamar o gambones. Durante los meses de buen tiempo dispone de terraza exterior.

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