¿Cómo se puede probar un vino sin abrir la botella?
El último artilugio de moda lo hace posible. Además, la vinoterapia y los museos del vino amplían la perspectiva del enoturismo en España
El arte de beber a chorro
Beber en porrón es todo un arte que hace medio siglo se practicaba ampliamente en España, cuando imperaba el granel y las fiestas populares se regaban con vino de la zona. Ahora, impulsado por chefs como José Andrés en su cadena de restaurantes Jaleo, hace furor en Estados Unidos. En España también se recupera esta forma festiva de beber vino, compartiéndolo de forma higiénica y divertida entre varios bebedores. Por ejemplo, durante el Firagost, la Feria-Exposición del Campo Catalán que se celebra todos los años en Valls (Tarragona), donde además se organiza un concurso de beber en porrón. Y en el Moritz Bar a Vins, en Barcelona, se sirve vino por centilitros, copas, botellas o porrones, todo bajo la inteligente mirada del sumiller Sergi Figueras. Desde Vila Viniteca, en Barcelona (también tiene tienda en Madrid), Quim Vila no le hace reparos a utilizar este artilugio —que define como un refrescante “aireador” del vino—, aunque sigue pensando que “el buen vino, en cristal fino”. Y es que en Cataluña el porrón nunca ha desaparecido de las fiestas populares. Baste recordar aquel dicho: los calçots, con vino en porrón.
Blancos suben, tintos bajan
Un fenómeno tan novedoso como inesperado está alterando el mercado del vino en España: el consumo de los blancos crece más que el de los tintos. Un estudio de la empresa Nielsen llegó a esta conclusión teniendo en cuenta datos de 80.000 tiendas y 216.000 empresas hosteleras. Con esto, los españoles se asemejan al consumo mundial, donde el vino blanco es mayoritario. El incremento del blanco no es un fenómeno coyuntural, sino que tiene causas profundas e indica una tendencia que se irá incrementando. Las explicaciones son económicas, gastronómicas y climáticas. Por un lado, la mejora de la calidad de los blancos y la diversificación van acompañadas de precios más ajustados en comparación con los de los tintos. Por otra parte, el vino blanco tiene una gran versatilidad gastronómica en un momento en el que la gastronomía se aligera y apuesta por pescados y manjares crudos. Y, por último, el efecto del cambio climático propicia el consumo de bebidas frías.
Uvas antiarrugas
Comenzó siendo una exótica oferta de los spas de lujo, pero hoy la vinoterapia —el tratamiento de belleza que utiliza la uva, su zumo, el vino y sus residuos— se ha convertido en una moda muy difundida en establecimientos especializados y en bodegas que lo incluyen en su oferta de enoturismo, como en el hotel Marqués de Riscal. Sus ventajas, según sus promotores, son amplias: revitaliza los músculos y la piel, activa la circulación en hidromasajes con extractos de uva y sales biológicas… Hasta existen cremas con extractos de uva para reducir las arrugas, como las elaboradas por Esdor Cosméticos, del Grupo Matarromera.
Sin descorchar la botella
Alabado por el gurú Robert Parker, Coravin es lo último en utensilios para el vino. Se usa para servir copas sin tener que descorchar la botella. El artilugio es bastante sofisticado. Una vez adosado a la botella, se atraviesa el corcho mediante una aguja finísima que inyecta gas Argón, lo que hace que parte del vino pase a un pequeño depósito para su degustación. Al tiempo, el gas inerte preserva el resto del vino, manteniendo sus cualidades al no haber entrado en contacto con el oxígeno. Con este dispositivo no hay que retirar el corcho ni la cápsula, que permanece intacta. Sin duda, un ingenioso gadget que permite aprovechar mejor cada botella y realizar, por ejemplo, degustaciones y catas verticales. Y se puede tomar una copa de esa botella guardada para las ocasiones especiales sin necesidad de beberla entera. Lástima que tenga un precio un tanto elevado, unos 236 euros.
Historias vitivinícolas
Dentro del enoturismo cobran cada vez más relevancia los museos y espacios culturales dedicados al vino que proliferan en España. Un amplio patrimonio museístico que abarca desde instalaciones de gran prestigio hasta espacios más locales. Destaca por su magnitud el Museo Vivanco, ubicado en la bodega riojana del mismo nombre, con una gran colección de utensilios, herramientas de cultivo y labranza, y obras de destacados artistas como Picasso, Miró, Sorolla y Genovés. Excelentemente diseñado está también el Museo del Vino de Pagos del Rey, en una bodega de 1964. Aunque con carácter más local, resalta la labor divulgadora del Museo del Vino de Valdepeñas. Otros museos destacables son el de Perelada, parte de la visita al castillo; el Museo Provincial del Vino en el castillo de Peñafiel; el Museo de las Ciencias del Vino de Almendralejo, y el Museo de las Culturas del Vino de Cataluña.
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