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Vuelta a los ochenta

Juan Carlos de Marcos

En la sencillez y la utilidad reside la belleza. O eso al menos cree Jonathan W. Anderson. Por eso, cuando el diseñador irlandés tomó las riendas de Loewe en 2013, decidió apostar por los “iconos simplificados” de la casa. La firma fundada en Madrid en 1846 adoptó entonces una posición a medio camino entre la vanguardia y la tradición, reinterpretando algunos de sus modelos más populares, como el bolso Flamenco de la imagen. Apareció por primera vez en 1984 y desde entonces fue versionado en repetidas ocasiones hasta que el nuevo director creativo decidió volver a recuperar las líneas sencillas del diseño original. Esta temporada, Anderson le añade un cierre con asas de cordón rematado con nudos enrollados (según el modelo, también pueden ser borlas). De piel napa de ternera y disponible en varios tonos, todos ellos inspirados en la paleta cromática de la naturaleza, cuesta 1.600 euros en su versión más grande, y 1.250, en la pequeña.

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