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Más de cien mil niños afectados por la explosión en Beirut

A falta de datos por edades de muertos o heridos, se sabe que unos 100.000 menores de edad están desaparecidos o desplazados de sus viviendas a causa de la tragedia en la capital de Líbano, según Unicef. Distintas organizaciones internacionales piden ayuda en esta nueva emergencia humanitaria

Un hombre lleva en brazos a una niña tras explosión del pasado martes en Beirut.
Un hombre lleva en brazos a una niña tras explosión del pasado martes en Beirut. DPA (Europa Press)
Belén Hernández

Tras la conmoción y el aturdimiento por la tragedia llega la evaluación detallada de daños. Y estos son inmensos. A la ya delicada situación socioeconómica y política que vivía la población en Líbano, siendo el país que alberga el mayor número de refugiados per cápita del mundo, —1,5 millones sirios y otros 20.000 de otros orígenes, además de los palestinos bajo el mandato de la UNRWA—, la explosión en el puerto de Beirut ha terminado de colocar estos días a sus habitantes en una posición de extrema fragilidad.  

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Poniendo el foco en los más pequeños, lo que se sabe hasta el momento es que alrededor de 100.000 menores de edad se han visto afectados, o bien están desaparecidos, han quedado alejados de sus familias o están desplazados de sus viviendas a causa de la tragedia del martes en la capital de Líbano, que han dejado al menos 145 muertos y más de 5.000 heridos. A fecha de hoy no hay datos por edades de ninguno de los dos grupos. "Algunos niños podrían estar entre las casas dañadas o destruidas", ha apuntado hoy Marixie Mercado, portavoz de Unicef desde Ginebra.

"Durante las últimas 24 horas hemos estado en estrecha y constante coordinación con las autoridades y los aliados en el terreno para responder a las urgentes necesidades de las familias afectadas, dado que muchas viviendas han quedado con servicios de agua y electricidad limitados, con foco puesto en la salud, el agua y el bienestar de los niños", aseguraba también Violet Speek-Warnery, representante adjunta del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en el país.

Según los últimos datos de la organización, al menos 16 centros sanitarios de atención primaria, que atienden a 160.000 personas, han sufrido daños. La explosión afectó también al Hospital de Karantina, que tenía una unidad de cuidados intensivos para recién nacidos que quedó totalmente destruida. "Una decena de contenedores de equipos de protección personal, con cientos de miles de guantes, batas y mascarillas, que acababa de adquirir el Ministerio de Salud Pública para la respuesta a la covid-19, han sido destruidos al igual que cinco de las siete cámaras frigoríficas para vacunas de un almacén del puerto cuyo mantenimiento cuenta con el apoyo de Unicef", afirmó Mercado. Se teme que los programas de inmunización se vean afectados, aunque todas las vacunas "se trasladaron de forma segura a otras cámaras frigoríficas".

Al menos 12 centros sanitarios han sufrido daños, de entre los que figura un hospital infantil en el área de Karatina, en cuyo interior murió un recién nacido

Habría, además, más de 120 escuelas públicas y privadas con impactos, que van desde ventanas reventadas hasta infraestructura dañada. "Estos centros educativos atienden a aproximadamente 55.000 niños y será crucial rehabilitarlos antes del inicio del nuevo año escolar", indicó la portavoz de Unicef en Ginebra. Otro factor peligroso para los más pequeños es la calidad del aire: "Este está impregnado de polvo y existe la preocupación de que pueda ser tóxico, especialmente para ellos". Además, preocupa el impacto sobre la expansión de la covid-19: el número total de muertes hasta ahora en Líbano es de 70 y los contagios confirmados 5.672). Unicef señala que ha habido un aumento significativo de las infecciones en los últimos dos días: "Ayer se registró un número récord de 255. Las áreas alrededor de la explosión se encuentran entre las que tienen los grupos más activos... Es imposible que los afectados practiquen el distanciamiento seguro, hay una necesidad desesperada de mascarillas, pero para la mayoría de las personas en este momento, la covid-19 no es lo más importante", advirtió el organismo. Los hospitales operativos están desbordados.

Las autoridades han declarado el estado de emergencia para Beirut, han liberado una partida presupuestaria de 100.000 millones de libras libanesas (unos 56 millones de euros) y han creado una comisión de investigación que en cinco días debe aportar sus conclusiones sobre las causas de lo ocurrido. Unicef, por su parte, subrayó inicialmente que se necesitaban de inmediato fondos por valor de 3,7 millones de euros para poder responder a las nuevas necesidades, pero esta tarde, tras la evaluación de daños han estimado que serán de unos 8,25 millones de dólares.

Un efecto devastador sobre la población

La explosión ha tenido lugar en un momento en el que Líbano atraviesa una grave crisis económica, la peor desde la guerra civil (1975-1990), y se teme que la destrucción ocasionada por la misma impacte directamente en la importación de alimentos y otros productos básicos.

Así, son numerosas las organizaciones que han lanzado peticiones de ayuda. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha hecho hincapié en que se necesita un "apoyo enorme" para hacer frente a la devastación y ha incidido en que, al margen de la pérdida de vidas y los heridos, la gente ha perdido sus casas y negocios. "El país estaba ya en un estado extremadamente frágil, tras meses de una creciente crisis económica y la pandemia. Este es un duro golpe para gente que ya lo estaba pasando mal", lamenta la organización.

El CICR ha destacado que la destrucción del puerto podría tener "un impacto devastador" sobre la población por la pérdida de capacidad para importar bienes necesarios, al tiempo que "afectará a la vía de suministro humanitario", parte del cual se destina a Siria. La organización ha confirmado además que ha entregado suministros médicos de emergencia a 12 hospitales en Beirut y sus alrededores, y ha adelantado que dará más ayuda próximamente para intentar aliviar la carga de los centros de salud.

Una crisis dentro de otra crisis

La explosión en el puerto de Beirut, Líbano, el pasado 4 de agosto alcanzó al Hospital Karantina, localizado en ese sector de la ciudad. La sección neonatal, apoyada por Unicef, quedó dañada.
La explosión en el puerto de Beirut, Líbano, el pasado 4 de agosto alcanzó al Hospital Karantina, localizado en ese sector de la ciudad. La sección neonatal, apoyada por Unicef, quedó dañada.© UNICEF/UNI356601/Choufany

Oxfam Intermón se ha sumado a las voces de alarma y ha enfatizado que incluso antes de la explosión, el país ya estaba en una situación crítica, con la población luchando por hacer frente a múltiples y complejas crisis provocadas por el colapso económico y la pandemia. "La magnitud del desastre implica que cientos de miles de personas necesitan ayuda inmediata, incluidos alimentos, vivienda, agua, combustible, protección y apoyo para reconstruir sus vidas y medios de vida en el futuro", lamenta el portavoz de la ONG en Líbano, Bachir Ayoub, que ha enfatizado que es "una crisis dentro de otra crisis".

"Líbano ya estaba en dificultades antes. La economía ha caído en picado, la moneda local ha perdido aproximadamente el 80% de su valor, y el último mes ha visto un aumento dramático en los casos de coronavirus con hospitales ya bajo presión", ha resaltado.

Ayoub ha manifestado que las personas "cuyas casas hayan sido dañadas o completamente destruidas, no podrán acceder a su dinero para comenzar a reparar o reconstruir, y pronto escasearán artículos esenciales como el trigo y las medicinas, ya que el puerto de Beirut, el principal punto de suministro y almacenamiento, ha desaparecido". "La devastación en Beirut es inimaginable y el camino hacia la recuperación será largo y difícil", reconoce.

Una voluntaria recoge alimentos y productos básicos en Nicosia, Chipre, para enviar a Beirut.
Una voluntaria recoge alimentos y productos básicos en Nicosia, Chipre, para enviar a Beirut.YIANNIS KOURTOGLOU (REUTERS)

Por su parte, World Vision está proporcionando primeros auxilios psicológicos a los niños afectados por la explosión y la organización está muy preocupada por los impactos inmediatos y a largo plazo que esta explosión tendrá en ellos. "Los niños y niñas nunca olvidarán la magnitud de la destrucción y la conmoción causada por este trágico evento", dice Charbel El Khoury, miembro de la ONG.

“Antes de la explosión, parte de la asistencia que estábamos brindando era de paquetes de alimentos. Los no perecederos son productos importados y la mayoría de ellos vienen por el puerto. La explosión impacta severamente en nuestras operaciones y en nuestra capacidad de continuar brindando asistencia alimentaria a los más vulnerables. Una vez que se agoten las existencias que ya están en el país, será extremadamente difícil conseguir más”, afirma Hans Bederski, director nacional de World Vision Líbano.

Las prioridades inmediatas, según Unicef, son reemplazar los productos médicos y suministros básicos que los servicios de salud requieren, además de distribuir agua y materiales de higiene. Reunir a los niños separados de sus familias y brindar apoyo psicosocial a quienes enfrentan conmociones, traumas y duelo resulta fundamental, así como trabajar con jóvenes voluntarios para brindar apoyo a las familias afectadas en tareas de limpieza o comida. "Se necesita asistencia en efectivo de emergencia para las familias más vulnerables, incluidos los trabajadores de la salud y de la logística. Y las instalaciones de atención médica y las escuelas dañadas deberán rehabilitarse con rapidez".

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Sobre la firma

Belén Hernández
Redactora de Estilo de Vida, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde escribe sobre cultura y tendencias, pero también sobre infancia, medio ambiente y pobreza en países en desarrollo. Antes trabajó en El Mundo y Granada Hoy. Es granadina, licenciada en Periodismo por la Universidad de Málaga y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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