“No ha habido un mejor momento para la ficción africana”
Dorothy Ghettuba es la cineasta keniana en la que Netflix ha confiado para nutrir su catálogo de contenidos africanos y expandirlos por el mundo. Ella insiste en el "grandísimo talento" de los creadores del continente y en el poderío del sector cultural para el desarrollo
Alguna que otra vez ha contado Dorothy Ghettuba (Kenia, 1978) cómo le cambió la vida por primera vez con 10 años, cuando después de una travesura infantil su madre decidió, de golpe y porrazo, matricularla en un internado. A partir de ahí, todo fueron buenas notas, disciplina y estudio. Pero, ¡ay!, descubrió el cine, el teatro, la danza, la música... Y se enganchó. Sin embargo, cuando dijo en casa aquello de "mamá, quiero ser artista", la idea cayó como un jarro de agua fría: le comunicaron que sería abogada. Ghettuba obedeció, dejó su Kenia natal y marchó a Canadá, donde estudió empresariales y fue, recuerda, tremendamente infeliz.
El segundo giro importante en su vida vendría muchos años después, cuando durante unas vacaciones en Zambia sufrió un accidente de tráfico sin consecuencias físicas, pero sí emocionales: se replanteó su vida de cabo a rabo y eso le llevó, con casi 30 años, a dejar su empleo para ponerse a averiguar qué le hacía feliz. En menos de una década no solo dio con la respuesta, sino que ha triunfado: ha construido su vida y su éxito a partir de su pasión, las artes escénicas. Dado que no acababa de cuajar como actriz, decidió crear sus propios contenidos. En 2009 nacía su productora, Spielworks Media, y en 2014 ya era incluida por la revista Business Daily en el Top 40 de mujeres de menos de 40 años más importantes de Kenia. Siete años después de su apuesta, ya había realizado 18 programas de televisión y 41 películas, y además emitía en 40 países de África.
Con la energía e ilusión de quien dedica su vida a lo que realmente le gusta, Ghettuba ha volado alto, tanto que en 2019 se convirtió en la responsable de Originales Internacionales en África de Netflix, es decir: la persona en la que este gigante del entretenimiento ha depositado su confianza para llevar los mejores contenidos africanos a las pantallas de sus 183 millones de clientes de 190 países del mundo.
Es una aventura que recién está empezando, ella lo sabe, pero tiene plena confianza en el producto que maneja: los creadores africanos, a los que siempre vuelve durante esta entrevista, realizada por correo electrónico, y la diversidad y calidad de las ideas y los contenidos que va descubriendo en el continente. "Ya hay regiones que son claras ganadoras en cuanto a producción de material de calidad", afirma. "Sin ir más lejos, Sudáfrica cuenta con una próspera industria cinematográfica. No en vano, nuestros dos primeros originales, Queen Sono y ¿Cuánto pesa la sangre?, han sido producidos allí", ejemplifica. El primero narra la historia de una espía que intenta mejorar las vidas de los africanos, y la segunda, cuyo nombre original es Blood&Water, está ambientada en una prestigiosa escuela para estudiantes de élite donde una chica de 16 años intenta desentrañar el misterio de la desaparición de su hermana, 17 años atrás. Pero son solo los ejemplos más llamativos, no los únicos. "¡Podría recomendar muchísimos títulos, tanto de producción original como licenciados!", asegura la productora, y anima a bucear en la colección Made in Africa (Hecho en África), compuesta por series, películas y documentales.
Kenia y Nigeria son las otras apuestas de Ghettuba, especialmente este último país, donde cada año ya se producen más de 2.000 largometrajes con una audiencia estimada de unos 150 millones de personas. "Estamos muy orgullosos del reciente acuerdo con Mo Abudu, una productora nacional, para la creación de dos títulos basados en obras literarias de autores nigerianos: una serie basada en el súper ventas Las vidas secretas de las esposas de Baba Segi, de la novelista y poeta contemporánea Lola Shoneyin, y una película adaptada a partir de la obra teatral La muerte y el caballero del rey, del premio Nobel de Literatura Wole Soyinka", adelanta. No en vano se conoce a Nigeria como Nollywood, el Hollywood africano.
Pero Ghettuba rechaza limitarse a unas regiones u otras, pues está firmemente convencida de que las grandes historias pueden proceder de cualquier rincón del planeta. De su continente, en este caso. Partiendo de tal premisa, busca trascender los cánones y entregar al público contenidos ricos y diferentes. "Este camino no estaría completo sin el patrimonio narrativo africano, que nos está inspirando para producir contenidos en formatos innovadores", afirma. Y aporta ejemplos, como la primera serie de animación africana, Mama K's Team 4, o JIVA!, otra trama de ficción centrada en la danza con equipo y reparto 100% local. "En África hay un talento grandísimo, un talento que busca generar un impacto en la industria global, un talento plural que refleja todo un crisol de realidades que merecen ser reflejadas de forma auténtica", asegura.
A su juicio, esta diversidad es esencial porque gracias a ella, cualquier persona que vea una serie, un documental o una película podrá verse reflejado. Para fomentarla, no hay más remedio que apoyar a los creadores de todo el continente: que imaginen, que diseñen y desarrollen historias inspiradoras —adjetivo al que recurre a menudo— que luego viajen por el mundo.
Estar en contacto con la vitalidad de las comunidades creativas y ayudar a reflejar su efervescencia y su particular visión en la pantalla me hace sentir muy orgullosa
La labor de esta keniana no es sencilla, pues debe apostar por unos contenidos y descartar otros. ¿Cómo estar segura de la elección? "Buscamos historias que aúnen la singularidad de lo local con un atractivo global", indica, para que la gente que se suscribe a Netflix encuentre —otra vez— "inspiración". Y ese potencial, para ella, está por todo África: "Encontramos una gran diversidad y belleza en las narrativas de esta región que aún no se han contado y queremos ayudar a que trascienda fronteras". Y también idiomas, edad... La prioridad para Ghettuba es que cada usuario pueda acceder al entretenimiento que más le guste y le emocione. "Lo importante es poder trabajar con grandes creadores", insiste. Creadores, por otra parte, a los que se debe dejar trabajar en libertad. "Mi labor es apoyarlos para que puedan llevar sus historias al mundo de forma auténtica, innovadora y manteniéndose fieles a su visión", sentencia.
Si hay alguna característica que la responsable de Netflix busca en los contenidos que selecciona es la diversidad. "Más gente debería ver sus vidas reflejadas en la pantalla", opina. "Esta diversidad, a través del entretenimiento, ayuda a las personas a sentirse comprendidas".
Para ella se trata de un trabajo totalmente vocacional, agradece. Lo considera estimulante por su carácter creativo, pero hay un componente que le resulta muy enriquecedor: "Estar en contacto con la vitalidad de las comunidades creativas y ayudar a reflejar su efervescencia y su particular visión en la pantalla me hace sentir muy orgullosa", afirma.
Ghettuba aterrizó en Netflix en plena vorágine expansiva: la empresa se introdujo en África en 2016, en 2018 comenzaron a producir contenidos originales desde el continente y en 2020 han anunciado un aumento de sus inversiones, amén de que ya están presentes en todos los países. Ella, no obstante, se plantea su compromiso por dar a conocer lo mejor de la narrativa audiovisual africana como una labor a largo plazo. "Creemos firmemente en que hay muchísimo talento tanto en ascenso como establecido, y somos conscientes de que estas historias merecen ser contadas. Precisamente, esto es lo que nos motiva. Estoy convencida de que no ha habido un mejor momento para la ficción africana", afirma.
Tanto en esta entrevista como en otras que ha concedido anteriormente, Ghettuba hace protagonistas a los creadores africanos e insiste en la necesidad de apoyarlos e invertir en ellos. Le importan hasta el punto de que, hace un par de años contó en una charla TEDx que se había propuesto crear un millón de empleos en el sector cultural en África. "Ya es tiempo de que la imaginación se convierta en algo financieramente viable" sostenía. La cineasta lamentaba que las carreras artísticas siempre se consideren de tercera o cuarta fila, o que un padre piense que lo peor que le puede pasar es que su hijo le diga que quiere ser DJ o escritor. "No podemos ser todos doctores y abogados", criticaba. "No veo nada bueno en apagar la ilusión de un niño que persigue el sueño de ser un creador". Ahora, trabaja codo con codo con ellos, por ellos y para ellos. Para que no reciban un "no" cuando digan en casa: "Mamá, quiero ser artista".
Dorothy Ghettuba recomienda...
- QueenSono. "Con esta serie no solo creamos una increíble historia, hecha por africanos para africanos, sino que también tuvimos la oportunidad de llevar África al mundo: fue un enorme éxito tras comprobar, con enorme orgullo, todos los comentarios positivos y el impacto que generó a nivel global". Narra la historia de una súper espía en una agencia de Sudáfrica cuyo objetivo es mejorar las vidas de los ciudadanos. Mientras se enfrenta a la misión más peligrosa de su vida, debe lidiar con los cambios que experimentan sus relaciones personales.
- Blood&Water. "Es nuestra última serie original producida aquí y ya ha cosechado una enorme comunidad de seguidores. Bajo mi perspectiva, nunca ha habido una mayor variedad de historias que reflejen de forma tan vívida la realidad de los jóvenes". Esta ficción para adolescentes se sitúa en el entorno de un instituto para estudiantes de élite y narra las aventuras de Puleng Khumalo, una chica de 16 años que investiga la desaparición de su hermana al nacer, 17 años atrás
- King of Boys. Este éxito de taquilla nigeriano narra la historia de Alhaja Eniola Salami, una mujer de negocios y filántropa con un pasado accidentado y un futuro político prometedor. Sin embargo, su ambición la arrastra a una lucha por el poder que amenaza todo lo que le es querido.
- 4th Republic. Drama que explora la dinámica de la política en el sistema electoral de Nigeria. Cuenta la historia de una aspirante al Gobierno tras unas elecciones violentas y fraudulentas que provocan la muerte de su director de campaña.
- Potato Potahto. Película ghanesa sobre una pareja divorciada que pasa, por distintas circunstancias, a compartir el mismo espacio en su antiguo hogar (y que muy pronto comprenden que esta ingeniosa idea es más fácil de decir que de hacer). Un proceso que se convierte en una montaña rusa emocional.
- Cupido en acción. Esta comedia romántica cuenta la historia del matrimonio entre una periodista y un profesor que no pasa por su mejor momento. Sus vidas terminan de ponerse patas arriba cuando un célebre escritor se muda con ellos a su casa de Johannesburgo.
En la fotografía de este artículo aparecen algunas de las creadoras de las distintas producciones de Netflix África. Ellas son, de izquierda a derecha: Malenga Mulendema, zambiana y guionista de Mama K’s Team 4; Dorothy Getthuba, keniana, responsable de Originales Internacionales en África; Pearl Thusi, actriz sudafricana protagonista de Queen Sono; Kate Henshaw, actriz nigeriana de la producción aún sin título de Akin Omotoso; Chi Mhende, actriz zimbabuense en Queen Sono; Ama Qamata, actriz sudafricana en Blood&Water; Genevieve Nnaji, actriz, directora y productora nigeriana de la próxima producción de Akin Omotoso; Gaopalelwe Kabe, cinematógrafa sudafricana de la serie JIVA!; Bontle Moloi, coreógrafa sudafricana en JIVA!; Busisiwe Ntintili, guionista, directora y productora sudafricana en JIVA!; Mo Abudu, productora nigeriana y CEO de EbonyLife Media, una productora asociada con Netflix en Nigeria; Nosipho Dumisa, escritora, directora y productora sudafricana de Blood & Water.
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